domingo, 24 de noviembre de 2019

JOHN LOCKE

Voltaire nos dejó esta semblanza del pensador inglés: Con seguridad, nunca ha habido un espíritu más juicioso, más metódico, ni un lógico más exacto que Locke; sin embargo, no era un gran matemático. Nunca pudo someterse a la fatiga de los cálculos ni a la aridez de las verdades matemáticas, incapaces de dar nada sensible al espíritu; nadie como él ha demostrado que se puede tener un espíritu geométrico sin geometría. Antes de él, los grandes filósofos habían dado definiciones del alma humana, pero como lo ignoraban todo sobre el tema, es natural que sus opiniones fueran diversas (...) hasta que llegó un sabio y modestamente escribió su historia. Locke ha desarrollado en el hombre la razón humana como un excelente anatomista explica los resortes del cuerpo humano (Cartas filosóficas, decimotercera carta, carta sobre Locke).

John Locke (1632-
1704) es uno de esos pensadores a los que debemos muchas cosas que hoy nos parecen normales, cotidianas, pero que en el siglo XVII ni tan siquiera se enunciaban. De sus obras quiero destacar estas tres: Carta sobre la tolerancia, Ensayo sobre el entenedimiento humano y Dos tratatados sobre el gobierno civil. De los dos tratados, el segundo de ellos nos ofrece lo que podríamos enunciar como la teoría política de Locke, y lo que ahí defiende es, ni más ni menos, lo siguiente: 
  • La libertad e igualdad de los seres humanos.
  • La necesidad de la formulación y respeto de los derechos humanos.
  • La separación de los poderes legislativo y ejecutivo (el judicial llegará con Montesquieu).
  • La legitimación de la revolución cuando el gobierno hace un uso del poder que va contra la ciudadanía.
  • La separación entre Iglesia y Estado.
Y alguna que otra más que no señalo para que podáis descubrirlas leyendo directamente a este clásico del pensamiento. De hecho, él es el primero en formular sistemáticamente la teoría del contrato o pacto social (desarrollado posteriormente por Rousseau), y podemos considerarle como el inspirador de las distintas declaraciones de derechos del hombre (en aquella época todavía en masculino), así como uno de los más importantes impulsores de lo que luego hemos llamado pensamiento ilustrado. Todo un lujo. Y, además, escribía clarito.

Hay una edición de 2014 del Segundo tratado sobre el gobierno civil, que es el más interesante de los dos, en la editorial Alianza, por si no queréis leerlo en la pantalla. En 2015 Biblioteca Nueva publicó los dos tratados en un solo tomo al cargo de Daniel Mielgo.

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