sábado, 16 de noviembre de 2019

RUBENS Y MONTEVERDI EN MANTUA

Resulta fascinante descubrir qué historia, qué anécdota, qué conjunto de casualidades y de asociaciones puede haber detrás de cada acción humana. Como es natural, la mayoría de las veces nos quedamos sin saberlo o, incluso, ni tan siquiera nos lo preguntamos, lo que nos interesa es la obra, la acción, el gesto, lo que sea que nos interese, y ahí acaba todo.

Me encontré con este libro del historiador del arte Hans Ost, leí las dos primeras páginas y no pude resistir la tentación de llevármelo. Quería saber en qué pudo consistir la colaboración de esos dos grandes genios del XVII, cuál pudo ser la relación y en qué se concretó la colaboración, si es que la hubo.

El libro, como indica el subtítulo, Sobre "El consejo de los dioses" del castillo de Praga,

El consejo de los dioses. Rubens. Fuente: elcorreo.com

es una investigación sobre esa pintura que en la actualidad se encuentra en Praga, pero que, tal y como explica el autor, todo parece indicar que fue realizada en Mantua como telón frontal, como dosel, que se utilizaba antes de comenzar una representación y que cuando empezaba era recogido en el foso. No es incluso descartable que fuera la pieza de ambientación previa a esa magistral fabula in musica que hoy consideramos como una de las primeras óperas de la historia de la música, es decir, el Orfeo de Monteverdi.

Efectivamente, pintor y compositor coincidieron en 1600 en la corte de Mantua. y ambos trabajaron juntos allí hasta que Rubens, a finales de 1608, regresó a Amberes por la muerte de su madre. Y tal como indica Ost uno y otro desplegaron su arte y fueron los iniciadores de un momento crucial de la historia del arte y de la música surgido a partir de intuiciones e intereses semejantes. Nos referimos sobre todo a la representación de las pasiones mediante la pintura y la música (p 6).


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El libro es un regalo para adentrarse en todas las historias que hay detrás del cuadro, su significado, las alusiones mitológicas y sus proyecciones sobre la corte del duque Vicente I de Mantua; sin embargo, nada comparable al sublime Orfeo que compuso el músico italiano y que es un prodigio de recursos y expresividad para la época. Aquí lo tenéis bajo la dirección de Jordi Savall y la participación de la Capella Reial de Catalunya.

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