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jueves, 1 de octubre de 2020

GRACIAS, QUINO, SIEMPRE TE TENDREMOS EN MAFALDA

 


Seguramente no hay tira cómica más leída en el mundo de habla hispana que las de Mafalda. Las hemos leído todo tipo de personas: gruñonas y afables, intelectuales y sin formación, de izquierdas y de derechas, activistas y pasotas, amantes del cómic e irredentas del ensayo, urbanitas y rurales, con hijos y sin hijos, solitarias y extremadamente sociales, neurasténicas y equilibradas, maduras e inmaduras, viejas y jóvenes..., y en todo tipo de lugares.

A Mafalda, a Quino, a Joaquín Lavado, le debemos un montón de sonrisas y una enorme cantidad de momentos estupendos. Momentos tan agudos como el lápiz de esa niña de preescolar de la que nos enamoramos por su clara inteligencia y lúcida tristeza desde la primera viñeta que cayó en nuestras manos. 


Si podéis, localizad la entrevista con Joaquín Soler Serrano, realizada en 1977 para el programa A fondo.

Adiós, Quino, te seguiremos leyendo, a ver si logramos que entre sonrisa y sonrisa, el mundo se ponga bueno.

domingo, 6 de septiembre de 2020

MUJERES EJEMPLARES


Mucho tiempo llevábamos sin que las paredes de este subterráneo que conecta el Puente María Cristina con la Plaza Néstor Basterretxea de Donosti vistiera sus paredes para mostrarnos algún evento reseñable, alguna cualidad del ser humano, determinada característica reseñable de la sociedad donostiarra. 

Pues bien, desde el pasado lunes 31 de agosto, cada vez que atravesamos el pasadizo de Egia, podemos recorrer un pequeño muestrario de mujeres que sirven de ejemplo por alguna o muchas de sus virtudes. Aquí podemos hallar a Wangari Maathi, a Rigoberta Menchú, a Christina Koch... y un par de niñas de ficción.

Han sido las alumnas y los alumnos de Kontadores Gazte Zentroa quienes se han encargado de realizar los carteles de la docena de imágenes que ilustran el pasadizo, así como de los breves textos explicativos que las acompañan.

Aquí os dejo, junto con la invitación a que os déis una vuelta por el pasadizo, tres imágenes tomadas de las tres mujeres que a mí más me gustan. Dos son reales y una de ficción:

Augusta Ada King

Mafalda/Quino

Malala Yousafzai

domingo, 5 de octubre de 2014

¿QUÉ ES ESO DE LA FILOSOFÍA?

Para los mismos del otro día


Tan genial como siempre, Quino nos da, probablemente sin querer, la mejor de las respuestas. Es la que se recoge en la 8ª viñeta de esta microhistoria.

Y ya puestos, ilustremos un poquito más la pregunta con un breve pasaje de El Banquete (trad. Marcos Martínez, Gredos, pp. 739,740):

(...) Ninguno de los dioses ama la sabiduría ni desea ser sabio, porque ya lo es, como tampoco ama la sabiduría cualquier otro que sea sabio. Por otro lado, los ignorantes ni aman la sabiduría ni desean hacerse sabios, pues en esto precisamente es la ignorancia una cosa molesta: en que quien no es ni bello, ni bueno, ni inteligente se crea a sí mismo que lo es suficientemente. Así, pues, el que no cree estar necesitado no desea tampoco lo que no cree necesitar.

—¿Quienes son, Diotima, entonces —dije yo— los que aman la sabiduría, si no son ni los sabios ni los ignorantes?

—Hasta para un niño es ya evidente —dijo— que son los que están en medio de los dos.

Conclusión: el padre de Mafalda es un auténtico filósofo aunque no lo sepa, porque es el que no sabiendo, desea saber.                                    

jueves, 5 de septiembre de 2013

HUMANO, DEMASIADO HUMANO


Efectivamente no es una alusión al libro de Nietzsche. Se trata de una de las muchas reflexiones a través del chiste del gran Quino. ¿Se puede decir más y mejor con una sola pregunta? 

Y lo peor es que todavía no sabemos si ser humano es una enfermedad incurable o no.

domingo, 24 de junio de 2018

SOBRE LA FELICIDAD

Quino
Decía Eduardo Punset que teniendo en cuenta las últimas investigaciones científicas “la felicidad (…) depende de la organización social” (El Semanal, 11-01-2009); es decir, que nuestros sentimientos, nuestro estado de ánimo, se ven claramente afectados por la organización socio-política de la sociedad en la que vivimos.

Yo me tenía a mí mismo por una persona relativamente feliz; a ratos, incluso, muy feliz, especialmente desde que abandoné infancia y juventud y alcancé la autonomía suficiente como para organizar mi propia vida y decidir por mí mismo. Pero, mira por dónde, ahora encuentro la explicación a ese desfase que existe entre lo que opinan mis hijos y la percepción que tengo de mí mismo.

Me dicen ellos que soy un poco gruñón. Si es así, eso significa que no soy una persona feliz, porque cómo puede ser feliz una persona que se manifiesta a disgusto o enfadada. Y ahí estaba la explicación: la mala gestión de los políticos hace que yo no sea feliz. Y no es que quiera ahora hablar mal de los políticos, pero datos hay más que suficientes para decir objetivamente que nuestro mundo no funciona bien. Solo con que exista una guerra ya es suficiente para afirmar que nuestra sociedad no funciona bien, y la realidad es que en la actualidad hay muchos conflictos armados en nuestro planeta.

A pesar de todo, sigo considerándome una persona feliz. Debe de ser algo así como un empeñarme en querer ir a contracorriente. A contracorriente de las evidencias, a contracorriente de lo que ocurre en la sociedad —tanto próxima como lejana—, a contracorriente de lo que de vez en cuando me dicen en casa. O que me conformo con muy poco. Por ejemplo, con el placer que me aporta la lectura de un poema, la audición de una sinfonía o la contemplación de una puesta de sol como la de ayer.


Sea como fuere, intentaré seguir siendo una persona que se cree feliz y, desde luego, un poco menos gruñón cuando esté con mi familia. Mientras tanto, seguiré colaborando con Amnistía Internacional en cuantas campañas sean necesarias, a ver si logramos erradicar esa bestialidad que supone seguir matando personas legalmente a través de la condena a muerte. Este es, por cierto, el enlace donde podéis colaborar en la erradicación de esa barbarie.

Y que seáis felices.