miércoles, 23 de octubre de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Ósip Mandelstam)

 #unlibrounpoema   

Tomo dos poemas de Tristia  (1916-1921), segundo libro de la poesía de Mandelstam. Todo él se halla bajo la influencia de la Revolución de Octubre. En realidad Tristia es el diario del poeta y de la revolución en forma de homenaje a Ovidio y a Pushkin. A Ovidio porque es el símbolo más universal del destierro y sirve de enlace entre el mundo clásico y el mundo eslavo. A Pushkin porque en Rusia siempre ha sido considerado por sus compatriotas como el símbolo de la dignidad del poeta perseguido.

La fecha en la que está escrito hace que no solo se pueda leer como un diario en torno a los decisivos acontecimientos que están ocurriendo en su país, sino que también se deja traslucir el ambiente bélico europeo

La razón por la que he recogido esos dos poemas es porque mientras en el primero, "El decembrista", el poeta saluda a la Revolución de Octubre, poco después la ilusión y la esperanza puestas en ella han desaparecido totalmente, tal y como podemos leer en el segundo, "Tristia". 


EL DECEMBRISTA


—¡Que el senado pagano sea testigo!—
¡Estos hechos no mueren!
Encendió la pipa y se abrochó la blusa.
Al lado juegan al ajedrez.


Trocó su sueño ambicioso por una cabaña
en los sórdidos confines de Siberia
y una pipa adornada en su boca mordaz,
que clamó la verdad en el mundo de la pena.


Chapotearon por vez primera las barcas germanas,
Europa lloraba cautiva,
y las negras cuadrigas se encrespaban
en las vueltas triunfales.


En los vasos flambeaba a menudo el ponche azul.
Y con el gran rumor del samovar
en voz muy baja hablaba la amiga renana,
guitarra amante de la libertad.


—¡Aún suscita vivas voces
la dulce libertad del ciudadano!
Pero los ciegos cielos no quieren sacrificios:
son más seguros el trabajo y la constancia.


Todo se ha enredado, y no hay nadie a quien decir
que el frío poco a poco invade todo.
Todo se ha enredado, y es dulce repetir:
Rusia, Leteo, Lorelei.


***



TRISTIA


Estudié la ciencia de la despedida 
en las calvas quejas de la noche. 
Rumian los bueyes y la espera se alarga, 
la última hora de las vigilias de la ciudad.
Sigo el rito de esta noche del gallo, 
cuando, tras llevar una penosa carga, 
los ojos llorosos miraron a lo lejos, 
y lágrimas de mujer se mezclaron con el canto de las musas.

¿Quién puede saber al oír la palabra “despedida” 
qué separación nos aguarda? 
¿Qué nos anuncia el canto del gallo 
cuando la llama arde en la Acrópolis? 

Y en la aurora de una nueva vida, 
cuando en el zaguán perezosamente rumia el buey, 
¿por qué el gallo, heraldo de la nueva vida, 
en la muralla de la ciudad agita sus alas?

Y yo amo el hilo de la costumbre, 
se desliza la canoa, susurra el huso. 
Mira, a nuestro encuentro, como pluma de cisne
vuela ya, descalza, Delia. 
¡Oh, mísera trama de nuestra vida, 
donde es tan pobre el lenguaje de la alegría! 
Todo pasó antes, todo se repetirá de nuevo. 
Y sólo es dulce el instante del reconocimiento.

Que así sea: una figura transparente 
yace inmaculada en el plato, 
como la piel tersa de una ardilla. 
Una muchacha, inclinada hacia la cera, la contempla. 

No nos toca adivinar la suerte del Érebo. 
Para las mujeres es cera lo que para los hombres es cobre. 
A nosotros sólo en las batallas nos habla el destino, 
y a ellas, les es dado morir leyendo el futuro.



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martes, 22 de octubre de 2024

PORTADA DE SANTA MARÍA DE SANGÜESA


Por si a alguien le sirve, dejo un audio con la descripción de la portada a partir del texto (está muy resumido) que Carlos J. Martínez Álava realizó para la publicación Todo el románico de Navarra, una excepcional guía, imprescindible para visitar con solvencia el románico navarro. La edición corrió a cargo de la Fundación Santa María del Real del Patrimonio Histórico, Aguilar de Campoo, 2016. 


Unos pequeños prismáticos de teatro os serán de gran utilidad. Para ver la portada con detenimiento es mejor colocarse en la acera de enfrente, y aunque la calle es la entrada de Sangüesa y resulta molesto el tráfico, desde ella se tiene una visión completa y una mejor perspectiva, pero los detalles requieren ese pequeño objeto.



Tímpano

Tímpano, parte de los condenados
 

Enjuta izquierda


Pedro, Pablo y Judas (ahorcado)

Las tres Marías

María mater Cristo.
Leodegarius me fecit.

Independientemente de las calidades artísticas de la talla, a mí me resulta fascinante el contraste entre el caos de las enjutas, el ordenamiento geométrico un tanto envarado de la parte superior y el interés del románico más puro por introducir todo el universo simbólico entre arquivoltas, tímpano, columnas y capiteles. Ese contraste, aunque haya sido involuntario, resulta profundamente original y muy expresivo. 

Otro detalle que me gusta especialmente es la sinuosa hilera en caída hacia atrás de la gente condenada a ser tragadas por las fauces del temible Leviatán. 

Termino esta entrada con la recomendación de un par de páginas que podéis utilizar para tener una explicación detallada y la identificación de buena parte de la figuras. Saber lo que se ve mejora la experiencia de la visita.

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lunes, 21 de octubre de 2024

SOS DEL REY CATÓLICO, UN PUEBLO DE CINE


No creo que haya nadie que ponga en duda que Sos del Rey Católico sea una localidad fuera de lo común  por su belleza excepcional. Con todo merecimiento figura en la lista de los pueblos más bonitos de España. Pero no es en ese sentido en el que utilizo la expresión, sino en el más literal, porque fue allí donde se rodó La vaquilla. Así, en 2009, cuando se cumplía el vigésimo quinto aniversario del rodaje, en el municipio se decide realizar un recorrido por las calles. Se colocan doce sillas en bronce que imitan las que se utilizan en los rodajes para que actores y actrices principales puedan descansar mientras no intervienen, y se acompañan de un breve texto colocado en el suelo para recordar aquello que decían en un determinado pasaje de la película. El mapa con el recorrido y las escenas a las que hacen referencia está situado en la Plaza del Mesón, justo a la entrada del pueblo, en un cartel:


Por supuesto, en la oficina de turismo, ubicada en el hermoso Palacio de Sada, os podrán ofrecer un mapa con todas las localizaciones para que encontréis cada una de las sillas





y el premio mayor, que es, qué duda cabe, la silla del director con él sentado en ella


Sí, está descalzo. Según dicen, tenía la costumbre de descalzarse, porque de esa manera se encontraba más cómodo. Cada cual tiene sus manías y sus costumbres.

El recorrido de La vaquilla no es el mayor atractivo que puede ofrecer Sos. Lo mejor de Sos es el mismo Sos, que nadie lo ponga en duda; sin embargo, estoy seguro de que a grandes cinéfilos, admiradores de Berlanga y amantes de anécdotas y curiosidades varias, este recorrido les va a encantar. Un reclamo más, dentro de los muchos que tiene, para visitar el lugar donde nació el que sería conocido como Fernando el Católico.

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domingo, 20 de octubre de 2024

VOU A CAMBIAR O MUNDO


Hoy va de deseos, de bondades y de música interpretada por un coro infantil y una orquesta solamente un poquito menos infantil.



Voy a cambiar el mundo en un plis plas. Cambiaré el mundo por uno que me guste más. 

Ningún pájaro baila sobre la piel de mi río. ¡Tienen miedo! Ningún caballo trota sobre la piel de mi montaña. ¡Están abrumados! ¡Ni ríos contaminados, ni montañas quemadas! 

Voy a cambiar el mundo en un plis plas. Cambiaré el mundo por uno que me guste más. 

En la boca de la noche la luna no cena. ¡Está muy enferma! En la boca del poeta la voz estaba silenciada. ¡Eso es una tortura! ¡Ni cielos con toldos, ni versos callados! 

Voy a cambiar el mundo en un plis plas. Cambiaré el mundo por uno que me guste más. 

Las palomas no se posan en el banco del pueblo. ¡Tienen miedo a las bombas! No se oye ningún cuento en el banco de la guerra. ¡El diablo anda suelto! ¡Ni pueblos lisiados, ni cuentos borrados! 

Voy a cambiar el mundo en un plis plas. Cambiaré el mundo por uno que me guste más.
Música: Néstor Blanco.

Qué la música os sea favorable y que algún día veamos un mundo que pueda gustar más a toda la humanidad que lo habita. Por pedir, que no quede.

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viernes, 18 de octubre de 2024

VERSOS MEMORABLES

No, no me refiero a poemas completos como los que recoge la estupenda antología de la derecha, sino a versos sueltos a los que en ocasiones acudimos como si se tratara de refranes o de sentencias, a versos que son capaces de expresar por sí solos toda una concepción del mundo, o de lo que somos, o del amor, o de la tristeza, o de la solidaridad, o de la justicia, o de lo que sea, y que somos capaces de recordar en un momento dado bien sea por su enorme belleza, por su expresividad o porque queremos reforzar con una frase brillante y redonda lo que estamos diciendo, porque tiene la capacidad de comunicar mejor lo que deseamos sugerir. Son versos que, sin que seamos necesariamente lectores de poesía, y, acaso sin saber quiénes los escribieron, podemos citar de memoria. He aquí unos pocos: 



Polvo serán, mas polvo enamorado.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien.

Quiéreme toda… O no me quieras.

Hombres necios que acusáis / a la mujer sin razón.

A mis soledades voy, / de mis soledades vengo;

Lo que permanece lo fundan los poetas.

La belleza es verdad y la verdad, belleza.

Escribía silencios, noches, anotaba lo inexpresable. Fijaba vértigos.


Conmigo lo llevaba todo: / llevaba mi dolor por compañía.



Hay muchos más versos memorables. Cada cual tiene su propia colección, aunque algunos de ellos están en las de todos. Con el paso del tiempo y las lecturas van aumentando paulatinamente. 

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jueves, 17 de octubre de 2024

AVISO SOBRE EL CALENDARIO Y LAS TERTULIAS 2024/25


Debido al desventurado incidente del pasado 1 de octubre en el que se concitaron unas cuantas casualidades para impedir que yo pudiera llegar a la tertulia y, tal y como ese mismo día comuniqué a unas pocas personas, he retrasado la sesión sobre Martín Fierro y he reajustado ligeramente el calendario para mantener todas las obras que estaban programadas. Queda, pues, así:

5 de noviembre: José Hernández.
3 de diciembre: Bécquer.
7 de enero: R. de Castro.
4 de febrero: Verlaine y Rimbaud.
4 de marzo: Mallarmé.
1 de abril: J. Martí.
6 de mayo: S. Díaz Mirón.
3 de junio: J. Asunción Silva.

Además del retraso que sufren todas las tertulias hasta febrero, el cambio principal corresponde a la sesión de ese mes donde he colocado a los dos poetas franceses en la misma sesión. Lo he realizado así porque la vida de ambos estuvo íntimamente unida y buena parte de sus biografías resulta más fácil estudiarlas colocándolas en relación la una con la otra. No soy yo el único que los pone en relación para hablar de ellos. La Fundación Juan March ya lo hizo hace mucho tiempo y el resultado fue brillante:

 

En fin, espero que no volvamos a tropezar con un contratiempo similar y que la temporada transcurra sin más adversidades.

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miércoles, 16 de octubre de 2024

UN LIBRO, UN POEMA ( Nâzim Hikmet)

#unlibrounpoema  
En librerías


No sé si Hikmet sigue siendo tan conocido por aquí como lo era a finales de los años 60 y primeros 70 del siglo pasado. En aquella época, quien sabía algo de poesía, conocía alguno de sus versos, aunque tan solo fuera la "Canción" (la que habla de la niña de Hiroshima) y a la que pusieron música Pete Seeger, The ByrdsAguaviva y, más recientemente, Jorgelina Piana Trío). El poema tiene tres partes, pero es solamente la primera la que se utiliza para ser cantada y reproducida en redes sociales y páginas internautas (podéis leerlo completo en la Antología que corrió a cargo de Solimán Salom para Visor, p 207 en mi edición).

Sea como sea el ir venir de modas, famas y olvidos, hoy voy a colocar aquí un poema que a mí me gusta más, porque utiliza menos tópicos que la célebre "Canción" y, sobre todo, es menos efervescente e idealista. O si lo preferís, está más cerca de sí mismo y de la tierra que le habita.


AUTOBIOGRAFÍA

Nací en 1902
no he vuelto nunca a mi ciudad natal
no me gustan los retornos
a los tres años en Alepo era nieto de bajá
a los diecinueve estudiante en la universidad comunista de Moscú
a los cuarenta y nueve otra vez en Moscú invitado por el Comité Central
y desde los catorce años soy poeta

hay hombres que conocen las diferentes clases de hierbas; otros, de peces; yo, de separaciones
hay hombres que se saben de memoria el nombre de cada estrella; yo, de nostalgias

he dormido en las cárceles y en los grandes hoteles
he conocido el hambre y también la huelga de hambre y no hay plato que no haya probado

a los treinta años quisieron ahorcarme
a los cuarenta y ocho quisieron concederme el Premio mundial de la Paz y me lo concedieron
a los treinta y seis durante medio año sólo pude recorrer cuatro metros cuadrados de hormigón
a los cincuenta y nueve volé desde Praga a La Habana en dieciocho horas

no conocí a Lenin pero hice la guardia de honor junto a su féretro en 1924

en 1961 el mausoleo que visito son sus libros

han intentado alejarme de mi partido
                                                      pero han fracasado
tampoco he sido aplastado por los ídolos caídos

en 1951 viajé por mar hacia la muerte con un joven camarada
en 1952 con el corazón cascado esperé la muerte durante cuatro meses

estuve locamente celoso de las mujeres a las que amé
no envidié a nadie ni siquiera a Charlot
engañé a mis mujeres
pero nunca hablé mal de mis amigos a sus espaldas

he bebido pero no soy un borracho
tuve la suerte de ganarme siempre el pan con el sudor de mi frente

si mentí fue porque sentí vergüenza ajena
por piedad
               pero también he mentido porque sí

he montado en tren en avión y en coche
la mayoría no puede hacerlo 
he ido a la ópera
                la mayoría no puede ir y ni siquiera sabe que existe
sin embargo desde 1921 no voy a muchos de los sitios
                donde va la mayoría la mezquita la iglesia la sinagoga
                el templo el curandero
                pero a veces me gusta que me lean los posos de café

se me ha publicado en treinta o cuarenta lenguas
                pero estoy prohibido en Turquía en mi propia lengua

hasta ahora no he tenido cáncer
tampoco es obligatorio
nunca seré primer ministro o algo parecido
tampoco me gustaría serlo
nunca he ido a la guerra

no he descendido a los refugios en medio de la noche
no he recorrido los caminos del exilio bajo el vuelo rasante de los aviones
pero me he enamorado ya cerca de los sesenta
camaradas en pocas palabras
hoy en Berlín aunque muerto de nostalgia
                               puedo decir que he vivido como un hombre
pero los años que me quedan por vivir
                y las cosas que puedan sucederme
                                                  ¿quién lo sabe?

(Traducción: Fernando García Burillo).

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martes, 15 de octubre de 2024

XU BING Y LA ESCRITURA CHINA

Fuente: https://www.xubing.com/

La escritura es una invención fascinante en sí misma que nos ha permitido avances de todo tipo en el campo del conocimiento. En su grado menos práctico y más hermoso se encuentra el uso creativo de la misma para transmitir belleza o estados de ánimo o abstracciones de todo tipo, es decir, ese conjunto de acciones al que damos el nombre de literatura. 

Con el correr del tiempo, la imparable imaginación humana, la búsqueda de nuevas maneras de expresión y el siempre insaciable anhelo de originalidad nos han ofrecido propuestas tan entrañables y curiosas como, por ejemplo, el movimiento OuLiPo (Ouvroir de littérature potentielle). 

Pero en Occidente, nuestro juego con la escritura se basa en un conjunto bastante reducido de letras (en español, tan solo 27). El chino dispone de miles de caracteres que por sus peculiares características ofrecen mayores posibilidades creativas. Un magnífico ejemplo de este infinito juego inventivo es Un libro del cielo, la creación artístico-literaria de Xu Bing, quien en 1988 escribió este libro con 4000 caracteres inexistentes, es decir, inventados por él.

Fuente: https://www.xubing.com/

Fuente: https://www.xubing.com/

 Podéis leer detalles sobre este Un libro del cielo la entrada que Wikipedia le dedicó.

Xu Bing es un artista de reconocido talento y estos son algunos de los premios recibidos: el Premio MacArthur en 1999 por su originalidad, creatividad, dirección personal y capacidad para hacer importantes contribuciones a la sociedad, especialmente en los campos del grabado y la caligrafía. En 2003, ganó el Premio de Cultura Asiática de Fukuoka por su contribución al desarrollo de la cultura asiática. En 2004, el primer Premio Internacional de Artes Visuales de Gales (Artes Mundi). 

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lunes, 14 de octubre de 2024

IX DÍA DE LAS ESCRITORAS 2024

 
El Día de las Escritoras se celebra, como siempre, el lunes más cercano al 15 de octubre, aniversario del fallecimiento de Teresa de Jesús (1515-1582). Con esta celebración, se pretende reivindicar el legado literario de mujeres que han escrito a lo largo de la historia y que tantas veces han sido silenciadas y olvidadas.

El acto se centra en la lectura continuada de una veintena de textos de escritoras, seleccionados por la comisaria, Ana Iris Simón, que tratan sobre la temática elegida este año: La mujer y el mundo rural.

En esta IX edición, leeremos clásicos de mujeres que miraron a nuestros pueblos y campos como Teresa de Jesús, Rosalía de Castro o Emilia Pardo Bazán; textos de escritoras que visibilizaron las duras condiciones del mundo rural como la Concha Espina de El metal de los muertos. También, se leerán textos de mujeres que, tristemente, no trascendieron tanto, como María de la O Lejárraga o Caterina Albert (Del texto de presentación que ha publicado la BNE).

Y esta será mi participación en el acto que ha organizado la biblioteca y espacio cultural CBA:


 El acto dará comienzo esta tarde a las 19:00.

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domingo, 13 de octubre de 2024

OSKAR MERIKANTO, a los cien años de su fallecimiento

 

Hoy algo amable, intrascendente y, si os lo pide el cuerpo, bailable (o casi).

Aprovecho el centenario de la muerte de este compositor finlandés poco conocido por el sur de Europa, Oskar Merikanto (1868—1924), para recordar su obra a través de dos pequeñas y entrañables piezas musicales: Vals de una tarde de verano (la que interpreta la Orquesta Filarmónica de Helsinki) y el Vals lento (a cargo de la pianista Chenyin Li).


Que la música os sea favorable.

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sábado, 12 de octubre de 2024

MALLARMÉ, LA LUCIDEZ Y SU CARA DE SOMBRA

Ejemplar del KM

Bajo este título se recogen los dos trabajos que escribió Sartre sobre el poeta francés. Ambos están redactados en la misma época, en torno a 1952, aunque el primero, mucho más amplio, iba para libro, quedó inacabado y se hizo público después de la muerte del filósofo, mientras que el segundo es un amplio artículo —16 páginas— que se publicó aquel mismo año. 

Como muy bien recoge la idea en el brillante prólogo que redacta el traductor, Juan Manuel Aragüés, todo el texto está dominado por la cuestión de la muerte de dios y, en consecuencia, por la muerte del hombre. Y todo ello envuelto en la reflexión sobre la pertenencia a una clase social, la burguesía, de la que tanto Mallarmé como los poetas coetáneos reniegan, mas sin implicarse en el coherente corolario al que les debía haber llevado la conciencia social que nunca tuvieron.

Que nadie busque, por tanto, un ensayo sobre la obra poética mallarmeana o un comentario propiamente interpretativo de sus poemas. Se trata de una estudio de carácter general sobre las implicaciones existenciales del alejamiento de la verdad empírico-científica, del refugio que buscaron en las palabras para acceder a la Belleza a través de las palabras, tanto él como su generación; lo mismo parnasianos que simbolistas. Sartre lo dice más crudamente: Mallarmé convirtió su fracaso personal en imposibilidad de la Poesía; y luego, por una nueva inversión, transforma el Fracaso de la Poesía en Poesía del Fracaso.

En cualquier caso, los dos textos de Sartre resultan de gran interés para conocer cuál era la posición ideológica del filósofo en la época y cuál su posicionamiento ante la creación literaria. Yo me quedo con el largo párrafo con que acaba el segundo texto, el artículo que sí publicó en vida:

Héroe, profeta, mago y actor trágico, ese hombre bajito,femenino, discreto, poco mujeriego merece morir en el umbral de nuestro siglo: así lo anuncia. Más y mejor que Nietzsche, vivió la muerte de Dios; mucho antes que Camus, presintió que el suicidio es la cuestión original que el hombre debe plantearse; su lucha de cada día contra el azar, otros la retomarán sin superar su lucidez; pues él en suma se preguntaba: ¿es posible encontrar en el determinismo una salida? ¿
es posible invertir la praxis y encontrar de nuevo una subjetividad reduciendo el Universo y uno mismo a lo objetivo? Sistemáticamente aplica al Arte lo que no era más que un principio filosófico e iba convertirse en una máxima de la política: "Hacer, y al hacer hacerse"; poco antes del desarrollo gigantesco de las técnicas, inventa una técnica de la Poesía; en el momento en que Taylor imaginaba movilizar a los hombres para dar a su trabajo plena eficacia, él moviliza el lenguaje para asegurar la plena productividad de las palabras. Pero lo que tendrá aun más impacto, me parece, es esta angustia metafísica que vivió plena y modestamente. No pasó un día sin pensar en matarse, y si vivió, fue por su hija. Pero esta muerte aplazada le otorgaba una especie de ironía encantadora y destructiva; su "iluminación nativa" fue, sobre todo, el arte de encontrar y establecer en su vida cotidiana y hasta en su percepción unas "asociaciones que corroen", en las que comprometía todos los objetos de este mundo. Fue enteramente poeta, enteramente comprometido en la destrucción crítica de la Poesía por sí misma; y al mismo tiempo, se quedaba fuera; silfo de fríos techos, se mira: si la materia produce el pensamiento; ¿quizá el pensamiento lúcido de la materia escapa al determinismo? Así entre paréntesis su propia poesía; le enviaron un día algunos dibujos que le gustaron; pero le gustó sobre todo un viejo mago sonriente y triste: "Porque, dice, bien sabe que su arte es una impostura. Pero también parece decir: Esto hubiera sido la verdad".

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viernes, 11 de octubre de 2024

ISABEL HERGUERA, RETROSPECTIVA


Los tres primeros párrafos de la guía de la exposición redactada por Nekane Aramburu son una excelente presentación y descripción de lo que nos vamos a encontrar en esta Retrospectiva de la artista donostiarra: 

La obra creativa de Isabel Herguera (San Sebastián, 1961) tiene un desarrollo internacional y se extiende hasta nuestros días. Su producción abarca diversos campos que van del dibujo a la videoinstalación, pasando por diferentes formatos del audiovisual. Su devenir profesional está basado en la voluntad de experimentar entre lo artesanal y lo tecnológico, y su eje es la animación, un proceso artístico y técnico consistente en generar la sensación de movimiento a partir de imágenes, dibujos y/u objetos inanimados. 

Esta exposición presenta cuatro décadas del trabajo de Isabel Herguera, aquellas que abarcan sus comienzos profesionales en 1983 a 2024, año en que se visibiliza el proceso de ordenación, catalogación y digitalización de su obra a través de una puesta en escena específica —tanto documental como experiencial— en la sala Kubo de Kutxa Fundazioa. 

La muestra propone un recorrido por los inicios del videoarte en los años 80, el desarrollo histórico de las prácticas audiovisuales en el contexto del País Vasco y la expansión de las posibilidades del campo de la animación en los últimos treinta años, ya como práctica global deslocalizada. Todas estas líneas inherentes al trabajo de Isabel Herguera están atravesadas por la investigación en metodologías propias a través de la praxis artística, pero también por la transmisión del conocimiento a otras generaciones desde el ámbito académico o los talleres itinerantes que ha desarrollado intensamente ya en los años 2000.


Los muertitos

Spain Love You

Lavomatic

El lavabo

Amore d'inverno

Teatro de sombras

Teatro de sombras, Bajo la almohada


Ámár

Video instalación

El sueño de la sultana

Hasta el 6 de enero de 2025

  • Visitas comentadas:
Sábados a las 17:30 en euskara y a las 18:30 en castellano. Gratuitas.

  • Taller:
Animación con multiplano ¡luces, cámara y animación!, ofrecido por Laura Ibáñez.
Los sábados 26 de octubre y 2 de noviembre, de 11:30 a 13:30, en castellano.
Niños y niñas de 6 a 12 años, acompañados de una persona adulta. (5 euros. Personas adultas gratis).


Isabel Herguera tiene un canal en Vimeo donde podéis ver numerosos trabajos suyos.
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jueves, 10 de octubre de 2024

WHAT IS FAME? A FANCIED LIFE IN OTHERS' BREATH

Editorial
No sé qué obras leerán los bachilleres angloparlantes del más alto representante del clasicismo inglés, supongo que algún fragmento que aparezca en las antologías escolares y, tal vez, algunas sentencias (en castellano) extraídas de acá o de allá, porque como señalaba Pujals en su Historia de la literatura inglesa, Pope es un maestro insigne del pareado heroico, y el poeta del cual se pueden citar más frases lapidarias. Si dejamos a un lado el nivel de cultura general, quien desee leer al escritor inglés en castellano tendrá que conformarse con este título publicado por Cátedra en 2017. Claro que si me atengo a lo que mi Historia de la literatura de 6º curso decía sobre el autor, acaso pueda resultar un lujo cultural que Antonio Lastra se haya tomado el trabajo de traducirlo: Fue un hombre enfermizo y contrahecho, lleno de encono y de amargura. Su obra más famosa es el poema "El rizo robado", composición histórico-burlesca en la que se satiriza la sociedad de su tiempo. Está inspirada en "El facistol" de Boileau y es un reflejo de aquella época ultrarrefinada del "rococó", llena de frivolidad y amaneramiento. El estilo de Pope es frío y correcto, muy neoclásico. No se puede decir que fuera un texto ni objetivo ni ponderado, y desde luego no animaba a la lectura.

Sin embargo, siendo Pope un escritor del clasicismo del XVIII, ofrece en dos de sus poemas de temprana fecha (1717), Eloisa to Abelard y Elegy to the Memory of an Unfortunate Ladyrasgos claramente prerrománticos. Aquí, si no, la traducción que Silvina Ocampo realizó para que opinéis con libertad:


ELOÍSA A ABELARDO



De estas hórridas celdas y soledades hondas
en donde la celeste Contemplación reposa,
donde reina la fiel Melancolía atenta,
¿qué expresan los tumultos de las vestales venas?
¿Por qué mis pensamientos huyen de este retiro?
¿Por qué en mi corazón arde el fuego escondido?
La culpa es de Abelardo, si yo amo todavía,
y ha de besar su nombre, todavía, Eloísa.


¡Fatal y amado nombre! Permanece el secreto
de estos labios sellados con sagrado silencio;
mi corazón, escóndelo en su íntimo disfraz
donde mezclado a Dios su amada Idea yace;
visible se hace el nombre — ¡ah, no escribas, mi mano!
íntegro está ya escrito— ¡mis lágrimas, borradlo!
Eloísa perdida, vano es que llore y rece,
su corazón aún dicta, y su mano obedece.


¡Inexorables muros cuyo orbe oscuro tiene
tristezas voluntarias, suspiros penitentes!
¡Oh rocas desgastadas por piadosas rodillas!
¡Oh grutas y cavernas con ásperas espinas!
¡Túmulos donde vírgenes de ojos pálidos velan,
santos cuyas estatuas a llorar aprendieron!
Silenciosa, inmutable como vosotras, fría,
no me ha tornado en piedra todavía el olvido.
Divide el corazón la ardua naturaleza;
soy parte de Abelardo, no soy toda del Cielo;
ni llantos que por siglos vanamente existieron,
ni oraciones, ni ayunos, de la ansiedad son frenos.


Cuando llegan tus cartas y las abro temblando
el conocido nombre despierta mi ansiedad.
¡Oh nombre para siempre amado y siempre triste!
¡Aun murmurado en lágrimas que en suspiros persiste!
Cuando descubro el mío también yo me estremezco,
alguna atroz desdicha lo persigue de cerca.
Recorriendo las líneas derrámanse mis ojos
guiados por una triste variedad de dolores.
¡De amor ardiendo o bien mustia en mi lozanía,
en un convento sola, y en tinieblas perdida!
La religión severa calmó indómitas llamas,
de la pasión murieron aquí el Amor, la Fama.


Mas escríbeme todo para que unirse puedan
todos nuestros suspiros, mis penas a tus penas.
Ni enemigos, ni dichas, ese poder nos roba,
¿y Abelardo podrá ser menos bondadoso?
Las lágrimas son mías, no pretendo ahorrarlas,
reclama el amor llantos que en la oración sobraron.
Mis ojos no persiguen otra labor amable;
lo que pueden hacer sólo es leer y llorar.


Comparte mi dolor, admite ese consuelo;
¡ah, más que compartirlo dame toda tu pena!
Enseñó a escribir cartas el Cielo a desdichados,
a doncellas cautivas, a amantes desterrados:
inspirados de amor, respiran, hablan, viven,
constantes a su fuego, el alma enardecida;
desea vincularse la virgen sin temor,
eximir los rubores, dar todo el corazón,
avivar intercambios suaves del alma al alma,
del Polo hasta las Indias propagar su ansiedad.


Cuando el amor llegó con nombre de amistad,
sabes con qué inocencia sentí tu primer llama;
con virtudes angélicas te formó mi conciencia,
la emanación total de un bello entendimiento.
Esos ojos sonrientes, atenuando sus rayos,
brillaban con dulzura de una luz celestial.
Te contemplé inocente: tu canto el Cielo oyó;
las verdades divinas las enmendó tu voz.
De labios semejantes, ¿qué preceptos no encantan?
Bien pronto me enseñaron que no es pecado amar:
retorné a los senderos de los sentidos goces,
no quise hallar un ángel, lo que amaba era un hombre.
De los santos la dicha, vaga y remota veo;
ni les envidio el Cielo que por ti sólo pierdo.


Inducida a casarme, recuerdo que exclamaba:
¡Maldigo toda ley que el amor no ha inventado!
Liviano como el aire frente a lazos terrestres
abre alas el amor, y en un momento vuela.
Riqueza, honor aguardan a la fiel desposada;
augustos son sus actos, venerada su fama;
transformará todo eso la pasión verdadera.
¿Qué son para el amor, fama, honor y riquezas?
Y cuando profanamos del Dios celoso el fuego,
para vengarse inspira un amor sin sosiego,
y ordena equivocados lamentos a mortales
que buscan el amor y solitarios aman.
Si el dueño de este mundo sucumbiera a mis pies,
despreciaría todo, su trono y sus riquezas:
ser yo la emperatriz de César no quisiera,
sólo del hombre que amo la amante quiero ser,
y si es que existe un nombre, todavía más libre
y más enamorado, por ti lo llevaría.
¡Oh dicha afortunada! Cuando se atraen las almas,
cuando el amor es libre y la ley natural:
entonces poseer, ser poseída, no es
un vacío vehemente, un dolor en el pecho;
los pensamientos se unen al salir de los labios,
y mutuos los deseos del corazón renacen.
Esto podrá ser dicha, si es que en el mundo existe,
la dicha que una vez fue de Abelardo y mía.


¡Ah, cómo cambió todo! ¡Un nuevo horror asciende:
un amante desnudo yace atado, lo hieren!
¿Dónde estaba Eloísa y su voz y su mano,
su puñal deteniendo el horrible mandato?
¡Ah, Bárbaro, detente!, y el ultraje refrena,
si el crimen fue común, que lo sea la pena.
Muda ya de vergüenza, reprimido el furor,
dejo que hablen mis lágrimas, mis ardientes rubores.


¿Podrías olvidar aquel solemne día,
cuando al pie del altar, yacíamos las víctimas?
¿Podrías olvidar qué lágrimas cayeron
diciendo adiós al mundo con juventud ferviente?
Cuando con fríos labios besé el velo sagrado,
palidecieron lámparas, temblaron los altares.
Se asombraron los santos al oír mis promesas;
la conquista lograda vaciló en creer el Cielo,
y a los tristes altares cuando yo me acercaba,
no en la cruz, en tus ojos, mis ojos se clavaban.
Ni indulgencia ni celo pedía, sino amor;
y si pierdo tu amor habré perdido todo.
Con miradas, palabras, ven, alivia mi pena;
todo eso para darme por lo menos te queda.
En ese amado seno deja que me demore
bebiendo el delicioso veneno de tus ojos,
en tu labio anhelante, abrazada a tu pecho;
dame lo que tú puedas — y soñaré yo el resto.
¡Ah, no!, más bien instrúyeme a gozar de otras cosas,
y con otras bellezas encántame los ojos.
Muéstrame claramente la morada suntuosa;
que Abelardo se aleje de mi alma y busque a Dios.


Piensa que tu rebaño merece tu cuidado,
niños en tu oración, plantas entre tus manos.
En la primera edad del vasto mundo huyeron
buscándote en montañas e infinitos desiertos.
Elevaste altos muros; y el desierto sonrió,
abriose el Paraíso en el yermo, en las sombras.
Ningún huérfano vio los bienes de su padre
irradiar esplendores sobre nuestros altares;
ningún santo de plata de algún avaro obsequio
sobornó acá la ira de un defraudado Cielo;
simples son nuestros techos, piadosas construcciones,
vocales solamente de elogios al Creador.
Entre estos muros tristes (que atan los días solos),
de agujas coronadas, con musgos estas bóvedas
donde terribles arcos tornan días en noches
y confusas ventanas vierten luz majestuosa,
tus ojos difundían rayos conciliadores
y alegraban las horas con fulgores de gloria.
Ningún rostro divino nos trae ahora dichas,
todo es dolor turbado y lágrimas continuas.
En los otros que rezan yo busco mi fervor,
(¡Oh fraude tan piadoso de caridad, de amor!)
y ¿por qué depender de oraciones ajenas?
¡Ah, tú, que eres mi padre, mi hermano, esposo, ven!
Y deja que conmueva con numerosos nombres,
hija, hermana y esposa, congregados, tu amor.
Reclinados en rocas esos pinos oscuros
murmuran en el viento y ondulan en la altura,
los arroyos que vagan brillando entre montañas,
las grutas que hacen eco a los torrentes de agua,
jadeantes en los árboles, los moribundos vientos,
por la brisa ondulada el lago estremecido:
todas estas escenas a meditar no inspiran
ni entregan al descanso la visionaria virgen.
Entre las arboledas nocturnas y las grutas,
sonora es la aflicción, se entremezclan las tumbas,
y la Melancolía inmóvil nos prodiga
un silencio de muerte y un reposo temible;
su lúgubre presencia ensombrece estos ámbitos,
entristece las flores, oscurece los pastos,
de las altas cascadas los murmullos ahonda
e inspira un más profundo horror entre los bosques.


¡Quedaré para siempre en este claustro, siempre!
¡Qué entristecida prueba de amor y de obediencia!
Sólo podrá la muerte romper eternos lazos:
y aun permanecerá mi frío polvo aquí,
con todas sus flaquezas, sus llamas sometidas,
cuando no sea un crimen que a las tuyas se mezclen.


¡Desdichada! Me creen de Dios, en vano, esposa:
¡soy consabida esclava del amor y del hombre!
¡Cielo, asísteme! ¿Cómo nace en mí esta plegaria?
¿Nace en mí por piedad o por desesperanza?
Aquí donde la helada castidad se retira,
el amor halla altares con fuegos prohibidos.
El arrepentimiento no me aflige bastante;
lloro por el amante y no por el pecado;
considero mi culpa, su visión me enardece,
me arrepiento de goces pasados, quiero nuevos:
ora contemplo el Cielo, lloro ofensas antiguas,
ora pensando en ti, mi inocencia maldigo.
¡De tantas enseñanzas pérfidas para amantes,
la ciencia más difícil, sin duda, es olvidar!
¿Podré olvidar el crimen sin perder la razón?
¿Aborrecer la ofensa y amar al ofensor?
¿Del pecado arrancar el adorado objeto?
¿Podré yo distinguir nuestro amor de la pena?
¡Tarea irrealizable, abjurar su pasión
para alguien que ha perdido como yo el corazón!
Antes que llegue mi alma a un apacible estado
¡cuántas veces tendrá que amar y detestar!
La desesperación, el pesar, la esperanza,
el desdén logran todo, todo salvo olvidar.
Si el Cielo se apodera del alma le da llamas,
no la toca, la rapta; la inspira, no la apaga.
¡Oh, enséñame a vencer a la naturaleza,
renunciar a mi amor, a mi vida — a la nuestra!
Llena mi corazón con la imagen de Dios;
puede rivalizar y sucederte Él sólo.


¡Feliz es el destino de la Vestal sin culpas!
Por el mundo olvidada, se olvidará del mundo:
eterna luz del sol, inmaculada mente,
aceptadas plegarias, resignados deseos;
labores y descansos puntualmente cumplidos;
"obediencia del sueño, que llora o que despierta"
deseos sosegados, siempre iguales afectos,
lágrimas que deleitan y que inspiran el Cielo.
La gracia la circunda, la iluminan sus rayos,
le dan sueños dorados ángeles en voz baja,
la rosa del Edén que eternamente brilla
y alas de serafines con perfumes divinos;
por ella blancas vírgenes epitalamios cantan;
oyendo celestiales arpas ella se muere;
con visiones de eterno día se desvanece.


El alma errante emplea otros sueños distintos,
otros arrobamientos de una profana dicha:
al fin de cada día triste y atormentado
devuelve la venganza ilusiones robadas;
entonces la conciencia dormida ya está libre,
y mi alma sin sus lazos se entrega toda a ti.
¡Maldecidos horrores de la noche consiente!
¡Con qué esplendor exalta el pecado deleites!
Demonios tentadores suprimen restricciones
y reavivan en mi alma las fuentes del amor.
Yo te escucho y te veo, estudio tus encantos
y enlazo tu fantasma con mis ávidos brazos.
Despierto — y ya no te oigo, no te contemplo ya,
me esquiva tu fantasma, como tú, sin bondad.
Clamo en voz alta el nombre: no escucha lo que digo
si le tiendo mis brazos vacíos se desliza.
Para soñar de nuevo cierro mis ojos dóciles;
¡surgid, amados fraudes, vosotras, ilusiones!
¡Ah!, no, ya me parece que vagando seguimos
llorando nuestras penas, entre páramos tristes,
donde hay pálidas hiedras y una ruinosa torre,
y ahondando el abismo oscurecidas tocas.
Te elevas de repente; me llamas desde el Cielo;
las nubes se interponen, braman olas y vientos,
me estremezco gritando, la misma pena encuentro;
me despierta el dolor que había abandonado.


Severamente buenas, por ti ordenan las Parcas
del placer y la pena la fresca interrupción;
larga muerte tu vida, calmo y fijo reposo;
ni la sangre se aviva ni el pulso se enardece:
tranquila como el mar antes que hubiera viento,
o espíritus que ordenan al agua movimientos,
dulce como los sueños de un perdonado santo,
de un Cielo prometido, como el destello suave.


¡Ah, ven aquí, Abelardo, no tienes que temer!
La antorcha de Afrodita no arde para los muertos.
¡Refrenado el deseo seremos condenados;
permanecerás frío—, aunque Eloísa te ame!
Llamas sin esperanza, eternas como aquellas
que iluminan los muertos y las urnas estériles.
¡Ah, qué imágenes surgen donde clavo mi vista!
Mis amadas ideas sin cesar me persiguen,
se elevan entre árboles, frente al altar se elevan,
oscureciendo mi alma ante mis ojos juegan;
gasto la luz del alba, suspiro por tu amor,
tu imagen se intercala entre mi Dios y yo,
parecería que oigo tu voz en cada cántico,
las cuentas del rosario van marcando mis lágrimas.
Cuando fragantes nubes del incensario vuelan
y el sonido del órgano profundo mi alma eleva,
de ti un solo recuerdo elimina la pompa;
confunde los altares, cirios y sacerdotes;
mi alma se hunde y se ahoga entre mares de llamas,
mientras tiemblan los ángeles, y los altares arden.


Mientras estoy postrada, con una pena humilde,
la virtud de las lágrimas en mis ojos se aflige.
Mientras que imploro, trémula, rodando sobre el polvo
una incipiente gracia se abre en mi corazón.
Ven aquí si te atreves, con todos tus encantos,
y oponiéndote al Cielo dispútale mi alma;
con tus alucinantes ojos mírame, ¡ven!
Borra cada brillante idea de los Cielos,
toma todas mis lágrimas, mi gracia y mi tristeza;
toma los infructuosos castigos y oraciones;
mientras asciendo, ráptame de las santas mansiones,
asiste a los demonios y arráncame de Dios.


¡No!, huye de mi lado — a distancias polares;
eleva entre nosotros océanos, los Alpes.
¡Ah!, no vengas, no escribas y no pienses en mí,
no compartas ni un ansia que por ti yo he sentido,
renuncio a tus promesas, tu memoria abandono;
renuncia a mí, olvídame, otórgame tu odio.
¡Semblante seductor (que aún miro), bellos ojos,
pródigo amor, dilectos pensamientos, adiós!
¡Oh Virtud celestial, oh Gracia tan serena,
maravilloso olvido de las tristes tareas,
hija del firmamento, luminosa Esperanza,
resplandeciente Fe, temprana eternidad!
Entrad, amables huéspedes, todos los apacibles,
envolvedme en eterno descanso: recibidme.


Contemplad en la celda a Eloísa extendida,
inclinada en penumbras de la muerte vecina.
En el viento más tenue un espíritu clama,
voces que no son ecos entre los muros hablan.
Aquí, mientras vigilo lámparas moribundas
de vecinos sepulcros, oigo oscuros murmullos,
"¡Hermana, ven, hermana, (parece que dijeran)
este lugar es tuyo, hermana triste, ven!
Temblé, lloré y recé una vez como tú,
víctima del amor aunque ahora soy pura.
Mas todo es calma en este sueño eterno;
aquí el Amor, la Pena, olvidan sus lamentos,
aun la Superstición pierde todo temor,
pues absuelve estos males no el hombre sino Dios".


¡Ah! ya voy, preparad las rosadas glorietas,
las celestiales palmas, las flores sempiternas,
donde haya pecadores que encuentren su descanso,
donde las refinadas llamas arden seráficas.
Y tú, Abelardo, al último oficio triste asiste,
suaviza mi trayecto a los reinos del día;
mira mis labios trémulos, mis ojos que se inquietan,
besa mi último soplo, toma mi alma que vuela.
¡Ah!, no — con las sagradas vestiduras aguarda,
con el cirio piadoso en tu mano temblando,
presenta al crucifijo mi levantada vista,
enséñame y aprende de mí misma a morir.
Y contempla a Eloísa — ¡la que un día fue amada!
Entonces no será ya un crimen contemplarla.
¡Ved!, dejan mis mejillas las transitorias rosas,
y el último destello languidece en mis ojos,
hasta que no queden ni pulso ni suspiro
y no seas amado, mi Abelardo, por mí.
Muerte grande, elocuente, solamente nos pruebas,
si amamos a los hombres, que es polvo el amor nuestro.


Después, cuando el destino tu semblante destruya
(la causa de mis dichas y de todas mis culpas),
en extático trance que se extingan tus ansias,
nubes brillantes bajen, los ángeles te guarden,
que el brillo de la gloria baje del Cielo abierto,
como yo enamorados, que los santos te besen.


Que ampare nuestros nombres una tumba afectuosa,
a tu fama inmortal agregando mi amor.
Dentro de muchos siglos, pasadas ya mis penas,
cuando mi corazón belicoso esté quieto,
si dos enamorados vagando trae la suerte
a estas fuentes y muros blancos del Paracleto,
unirán sus cabezas sobre el pálido mármol,
bebiendo uno del otro las abrasadas lágrimas,
con temor compasivo, presiento que dirán,
"No tengamos que amarnos como éstos han amado".


En medio de los salmos del numeroso coro,
del sacrificio horrible que engrandece la pompa,
en las desnudas piedras, si unos ojos amantes
se posan donde nuestras frías reliquias yacen,
del Cielo robará con devoción momentos
una lágrima humana, que será perdonada.
Y si el destino quiere que un poeta futuro
en su suerte y la nuestra halle similitudes,
condenado por años a deplorar la ausencia,
a imaginar encantos que ya no habrá de ver —
si existen otros seres que tanto tiempo aman —
deja que nuestra tierna y triste historia cante;
dirá mejor mi pena el que mejor la sienta,
y calmarán sus cantos mi pensativo espectro.

 

Ah, lo que dice la sentencia de Pope es esto: ¿Qué es la fama? Una vida imaginada en el aliento de los demás. O en traducción más literaria de Gregorio González Azaola (1821): ¿Y qué viene á ser la fama? Una vida imaginaria que respira en los demás.

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