Desde hace poco más de un año este blog comenzó a recibir visitas desde Francia. Visitas diarias y constantes que superaban con mucho las que se producían desde España, donde aparentemente deberían estar mis lectores. Ahí y en Latinoamérica, por eso del idioma, las amistades y la familia.
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Visitas al blog durante el día de ayer a las 8:00. |
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Visitas durante los últimos seis meses. |
Desconozco cuál puede ser la razón. Nada tiene que ver con las entradas que he redactado sobre literatura francesa. Tampoco destaca nunca una entrada en particular. Son visitas que tienen ese país de procedencia y nada más.
Sea la razón que sea la que viene motivando este comportamiento, quiero agradecer esta atención trayendo hoy hasta aquí este poema de Lamartine:
LE PAPILLON
Naître avec le printemps, mourir avec les roses,
Sur l’aile du zéphyr nager dans un ciel pur,
Balancé sur le sein des fleurs à peine écloses,
S’enivrer de parfums, de lumière et d’azur,
Secouant, jeune encor, la poudre de ses ailes,
S’envoler comme un souffle aux voûtes éternelles,
Voilà du papillon le destin enchanté!
Il ressemble au désir, qui jamais ne se pose,
Et sans se satisfaire, effleurant toute chose,
Retourne enfin au ciel chercher la volupté!
LA MARIPOSA
Nacer con la primavera, morir con las rosas,
nadar en un cielo puro en alas del céfiro,
acunada en el fondo de flores casi abiertas,
embriagarse de perfumes, de luz y de azul,
sacudirse, aún joven, el polen de sus alas,
como un soplo volar a las bóvedas eternas,
éste es el mágico destino de la mariposa.
Se parece al deseo que nunca reposa,
acariciando todo sin satisfacerse,
por fin gira hacia el cielo buscando el placer.
Et bien sûr, merci beaucoup, France!