domingo, 1 de septiembre de 2019

MALCOLM LOWRY, POETA

Editorial
Toda persona aficionada a la literatura sabe que Malcolm Lowry escribió una de esas novelas imprescindibles que te dejan sin respiración, una de esas historias que impactan de tal manera que no puedes quitártela de la cabeza durante muchos días. Me refiero a Bajo el volcán. Qué os voy a contar, seguramente la habréis leído y es posible que hasta más de una vez.

Malcolm Lowry, ya lo sabréis, era un alcohólico pertinaz. Lo que tal vez no sepáis es que padecía un trastorno psicológico llamado puer aeternus que, de alguna manera, le impedía enfrentarse con la realidad. Acaso tampoco sepáis que escribió un buen puñado de poemas, que no es que estén en todas las librerías, pero que no son excesivamente difíciles de localizar. 

De mi viejo ejemplar Poemas extraigo dos de ellos. La traducción es de M. Antolín Rato



LOS BORRACHOS 


El ruido de la muerte aquí en este bar desolado, 
Donde la tranquilidad se sienta encorvada sobre su oración 
Y la música sirve de concha al sueño del amante, 
Pero cuando ninguna moneda introduce esta dura desesperación 
Hasta aquí, el más solitario de los hogares 
Y de todos los destinos el más solitario además, 
Cuando ninguna música eléctrica rompe el batir 
De corazones doblemente rotos pero ahora reunidos 
Por el cirujano de paz en la astilla del desastre, 
Penetra más profundamente que lo hicieran las trompetas 
El movimiento de la mente dentro de ese entramado 
Donde el desórdenes son simples como la tumba 
Y la araña de la vida se asienta, duerme.




POEMA RARO 

Conocí a un hombre sin corazón: 
Los niños se lo habían arrancado, decían, 
Y dado a un lobo hambriento 
Que lo cogió y huyó. 

Y huyeron los niños, su amo también, 
Muy lejos huyó la bestia, 
Y tras ella, original persecución, 
El hombre sin corazón seguía titubeando. 

Conocí a este hombre el otro día 
Paseando un orgullo grotesco. 
Su corazón restaurado, su semblante alegre, 
El dócil lobo a su lado.

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