Para un día frío, gris y lluvioso como es el que me envuelve, no hay nada mejor que embriagarse con este romántico e hiperconocido 4º movimiento de la Quinta de Mahler. El famoso adagietto es una enorme declaración de amor hacia Alma Schindler, a quien había conocido un 13 de agosto de 1901. Al verano siguiente ya estaban casados.
El movimiento se abre muy suave, en un susurro. Va creciendo lentamente hasta llegar a un maravilloso éxtasis musical. Después desciende tan suavemente como ha crecido y se remansa en un mar de serenidad. Simplemente fatástico.
Quienes hayan visto la película Muerte en Venecia, lo recordarán con toda nitidez. Es difícil olvidar tanta belleza.
Gustavo Dudamel dirige la Filarmónica de Los Ángeles.
Feliz día, feliz música.