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lunes, 31 de marzo de 2014

CELEBRACIÓN DE CORTÁZAR, 3

Sirva esta entrada a un doble fin: celebrar a Cortázar en su centenario y ofrecer la primera aproximación a Keats para la tertulia de mayo.

Ignoro cuál fue el motivo por el que este libro no se publicó en vida de Cortázar, pero estoy convencido de que si existe algún libro que pueda introducirnos en la vida, la obra y los sentimientos de un poeta, ese libro es éste. 

Imagen de John Keats es un ensayo y es una obra de creación. Participa de ambos impulsos por igual. Su escritura, sin dejar de ser escritura creativa, compone un fascinante estudio sobre la vida y la obra del poeta inglés. Su contenido, entreverado todo él de opiniones personales, no deja de ofrecernos el mejor conocimiento del joven romántico. Excelente en su composición, magnífico en su resultado.

Sólo una lectura atenta y sosegada de la obra de Keats, y una capacidad creativa inusitada como la del argentino son capaces de componer semejante texto, en el que conviven de forma natural la poesía propia —de Cortázar— y ajena —de Keats y otros muchos más—, la biografía, el análisis de la obra, la interpretación, el género epistolar, la cita apropiada, la visión oportuna y los sentimientos —los de Keats, claro—, porque leyendo el libro de Cortázar parece que estamos dentro de él mismo.

Un libro tan seductor como su autor.

Un comentario más reflexivo y mucho más completo podéis leerlo en el blog del poeta Francisco José Cruz.

jueves, 21 de julio de 2022

JOHN KEATS, POESÍA COMPLETA

Editorial
Llevábamos mucho tiempo sin una traducción de la poesía completa de Keats y la editorial Almuzara, a través del trabajo de José Luis Rey, nos ha regalado esta elegante edición bilingüe, que apareció a finales de abril. Para alguien que no posea la edición de Libros Río Nuevo de 1978 (o su posterior integración en Ediciones 29), esta es, sin duda, su oportunidad.

De la tríada central del romanticismo inglés, John Keats es el que a mí más me gusta, aunque no cuando escribe largos poemas narrativos —en ese aspecto Byron es superior—, sino cuando utiliza el poema breve. Composiciones como "Oda a un ruiseñor", "Oda a una urna griega", "Oda a la melancolía" o "Al otoño", son, sencillamente, maravillosas. 

De esta edición, de la que me gusta mucho el papel elegido, el tipo de letra y hasta la presentación de la cubierta, echo de menos un índice de títulos y otro de primeros versos. No es que sean estrictamente necesarios, pero ayudan mucho en la labor de búsqueda, y resulta difícil entender que una poesía completa carezca de ellos.

Os dejo la traducción de la de la urna griega, pura belleza: 


ODA A UNA URNA GRIEGA


I

¡Oh tú, intacta novia de la tranquilidad!
Tú, niña amamantada por Silencio y Tiempo,
silvana historiadora, que relatas
una historia florida más dulce que mi rima:
¿qué leyenda de hojas ha hechizado tu forma
de dioses o mortales, o de todos, 
en Tesalia o los valles de la Arcadia?
¿Qué hombres o qué dioses son los tuyos?
¿Qué doncellas? ¿Qué meta? ¿Qué lucha por huir?
¿Qué gaitas y timbales? ¿O qué salvaje éxtasis?

II

Son dulces las canciones que escuchamos,
pero aquellas no oídas son más dulces aún:
por tanto, sonad, gaitas; mas no para el oído,
tocad para el espíritu melodías sin tono:
hermosa joven, tú, que bajo árboles
jamás dejarás ya de cantar tu canción,
ni tampoco los árboles han de perder sus hojas;
y tú, valiente amante, jamás has de besar,
tan cerca de tu amada —pero no te lamentes;
ella no se marchita —aunque tú no la alcances,
¡la amarás para siempre y siempre será hermosa!

III

¡Ramos, ramos felices! Jamás os desharéis
de las hojas, jamás
diréis adiós a tanta Primavera;
¡feliz músico quieto y sin cansarte,
cantando para siempre canción nueva!;
¡y el amor más feliz! ¡el más feliz amor!
Amor siempre presente y siempre cálido,
suspirando por siempre y siempre joven; 
dejando atrás la gran pasión humana,
la que deja dolido el corazón,
abrasada la frente y la lengua tan seca.

IV

¿Quiénes son los que vienen a hacer el sacrificio?
Misterioso oficiante, ¿hacia qué altar verde
traes el corderillo que se inclina ante el cielo,
adornada su piel con las guirnaldas?
¿Qué pueblo junto al mar o junto a un río?
¿Qué montaña con una ciudadela pacífica
quedó deshabitada esta misma mañana?
Oh pueblo, ya tus calles para siempre
se quedarán desiertas; ni un alma ha de volver
a decirnos por qué estás desolado.

V

¡Ática forma! ¡Qué bellas posturas!
Qué mujeres y qué hombres de mármol
entre ramas de un bosque y pisando la hierba;
¡tú, forma tan callada, que excede el pensamiento
como si fueras tú la eternidad!
¡Oh fría pastoral! Y cuando el tiempo
destruya esta generación humana,
tú permanecerás, aliviando el dolor
ya de otros, amiga tú del hombre,
y a la humanidad toda le dices:
"La belleza es verdad y la verdad, belleza,—
amigos, he aquí todo cuanto hay que saber".


Es Keats uno de los poetas que con mayor insistencia buscó —y lo logró— expresar la belleza del mundo en los detalles más insignificantes que nos rodean y, junto con la belleza, el refugio y consuelo que la poesía nos puede proporcionar, tal y como nos lo recuerda el primer verso de la "Epístola a George Felton Mathew": ¡Oh qué dulce placer nos dan los versos!

***


Путин, немедленно останови войну!

sábado, 26 de abril de 2014

JOHN KEATS, y 3

Con la subida de la colección de poemas de J. Keats doy por terminada la serie dedicada al poeta romántico. Tan sólo quiero recordaros que en internet podéis encontrar miles de grabaciones de poemas suyos en inglés. Dentro del maremágnum que es YouTube a mí me ha hecho gracia la explicación que ha dejado una alumna de filología. Siempre es agradable ver el nacimiento de una admiración.

Y si os sentís más atraídos por la vida y milagros del poeta, quizá os pueda interesar la novela que acaba de publicarse ahora mismo sobre los últimos días de la vida del poeta: Los últimos pasos de John Keats, de Ángel Silvelo.

Y para cerrar la entrada, un soneto:


Cuando siento el temor de que mi vida acabe
sin que mi pluma espigue mi fecundo cerebro,
sin que pilas de libros con caracteres guarden,
como ricos graneros, el grano madurado;
cuando observo en el rostro de la noche estrellada
vastos, nublados símbolos de un romance sublime,
y pienso que no pueda vivir para rastrear
sus sombras con la mano mágica del destino;
y cuando siento, hermosa criatura de un instante,
que ya nunca podré a ver tu imagen,
ni disfrutar tampoco del poderío idílico
del amor instintivo; entonces, en la orilla
del ancho mundo quedo solitario, y medito
hasta que amor y gloria naufragan en la nada.

Odas y sonetos, Hiperión, 1995. Traducción de AlejandroValero

martes, 15 de abril de 2014

JOHN KEATS, 2


Si vienes de haber leído el texto de Cortázar, ya estás más que introducido en la vida y milagros de Keats. Ahora sólo tienes que sumergirte en su obra, sorprendentemente amplia para una persona que murió tan joven, para un poeta que estuvo escribiendo poco más de cinco años.

 Cualquiera de estos dos libros puede servir como aproximación a su poesía. Ambos recogen una buena selección de lo que hoy nos gusta más de aquella escritura y ambos cuentan con una introducción aclaratoria sobre la vida, el estilo y la obra del poeta. En cualquier caso, Keats está muy bien recogido en castellano y resulta sencillo hacerse con sus textos, tanto si queremos comprarlos en las librerías como si queremos utilizarlos a través de bibliotecas.

Mención aparte merecen las ediciones de Reino de Cordelia (hasta ahora, La víspera de Santa Inés y Lamia) por su cuidado trabajo. No sólo cuentan con la traducción en verso de Luis Alberto de Cuenca y José Fernández Bueno —también el prólogo es de ellos—, sino que además vienen ilustrados con los trabajos de E. H. Wehnert, el primero, y Will Low, el segundo, y están encuadernados en rústica y cosidos. 

Hay más, muchas más traducciones de la obra del romántico inglés, pero éstas son las que me parecen más asequibles y atractivas.

Así que, hala, a leer y a disfrutar.

viernes, 5 de abril de 2019

CONCURSO DE VÍDEOS ON ZIENTZIA



Un año más, Teknopolis, Elhuyar y el Donostia International Physics Center (DIPC) han organizado la 9ª edición del concurso de vídeos On Zientzia. Aunque todavía tenéis tiempo, no os descuidéis para mandar vuestro vídeo porque el plazo termina el 24 de abril.

El vídeo que he cogido para dar noticia del concurso es de Patxi Razkin Senar, pertenece al concurso de 2017 y me interesa de él, sobre todo, aquello que dijo mi admirado Feynman de que para disfrutar y fascinarnos con los "misterios" de la naturaleza el conocimiento nunca es perjudicial, antes al contrario, nos ayuda a que el disfrute y la fascinación sean todavía mayores. 


Aunque el vídeo me gusta mucho y aprecio en lo que vale la intención, no me parece muy equilibrado colocar en un platillo de la balanza a una persona de comienzos del XIX, mientras que en el otro platillo se encuentra una del XX. Los conocimientos, las perspectivas y las costumbres cambian. Prefiero, en este caso, la cita de Dawkins: Un Keats y un Newton que se escucharan mutuamente podrían oír cantar las galaxias.

Y recalco: que se escucharan mutuamente. Porque puestos a subrayar errores, ¿qué es más grave desde el punto de vista del conocimiento, que Keats, un poeta romántico, indicara la pérdida de "encanto" ante la descripción científica de la descomposición de la luz, o que Newton, uno de los más grandes científicos de todos los tiempos, estuviera convencido de las bondades de la alquimia y persiguiera durante toda su vida la piedra filosofal?

Afortunadamente, nos hemos olvidado de las "tonterías" de Newton y no recordamos que las páginas que dedicó a sus "trabajos" sobre pseudociencia y demás lindezas son mucho más abundantes que las que utilizó para formular la ley de la gravitación universal, establecer las leyes de la mecánica, desarrollar el cálculo infinitesimal o su descubrimiento sobre el espectro del color, por citar solo sus trabajos más relevantes.

El esfuerzo debe producirse por ambos lados, y para eso necesitamos de una buena divulgación que ponga al descubierto y haga llegar al gran público tanto los más complejos hallazgos del conocimiento científico en todos los campos de la investigación, como los mejores logros del pensamiento artístico y humanístico que, por desgracia, suelen quedar relegados a grupos muy minoritarios. Las especialidades pueden ser muchas, pero el conocimiento debe ser uno.

Una buena divulgación podrá favorecer el deseo de saber y estimular la curiosidad de la población, lo que contribuirá a su vez a crear redes entre los distintos conocimientos y un tejido social más consciente. Y para eso es indispensable la implicación de los grandes medios de comunicación. Sin su concurso, la divulgación quedará reducida a los centros de enseñanza y a las bibliotecas. 

En este terreno, como en otros muchos, es imprescindible la colaboración de toda la tribu.

martes, 27 de septiembre de 2022

LA LUNA, SÍMBOLO DE TRANSFORMACIÓN, de Jules Cashford

Editorial. Traducción: Francisco López Martín.

¿Qué hay en ti, Luna, que mueve
mi corazón con tanta fuerza?

                 John Keats. Endymion, III, vv 143-144.

En principio, este hermoso libro se ocupa extensa y sabiamente de la mitología, pero va más allá de eso. Jules Cashford —por cierto, traductora de los Himnos homéricos al inglés—, ciertamente, bucea y exprime con una enorme erudicción todas las mitologías que han surgido en la historia de la humanidad en todos los puntos del planeta sobre la Luna, pero no se queda en la simple narración del mito. Frase a frase, página a página, mito a mito, va tejiendo una bellísima reflexión sobre lo que somos. En ese trabajo tienen cabida el arte, la poesía, los estudios de Jung, las religiones, la antropología y el pensamiento filosófico. Sobre la amplitud y belleza de este ensayo podéis echar un vistazo en las primeras páginas que la propia editorial ha liberado. Por si no os da por ir al enlace, os dejo un párrafo:

Uno de los descubrimientos de la psicología en el último siglo ha sido el de mostrar que los mitos estructuran nuestro pensamiento, tanto si somos conscientes de ello como si no. Todos nosotros, en cuanto especie, cultura e individuos, tenemos un relato sobre el mundo en que vivimos, el lugar que ocupamos en él y el propósito que nos guía. Un mito, conforme al significado original de la palabra griega —mythos—, no es más que eso: un relato que intenta volver la vida transparente remitiéndola a una fuente inteligible. Puede ser consciente, autorreflexivo, y estar abierto al diálogo con otros relatos; o bien ser inconsciente, o consciente solo en cierto grado, como sucede a menudo cuando se entiende como literalmente verdadero y no sujeto a la crítica, casi siempre porque se considera justificado por la Autoridad Superior que lo ha revelado. Lo que los relatos tienen en común es que siempre son construcciones de la psique humana. Deben serlo, porque el mundo no es un hecho dado, sino algo que habitamos por medio de la interpretación. (p 21).

Un libro para amantes del pensamiento, las culturas antiguas, las mitologías y los libros hermosamente escritos, editados e ilustrados. Un libro para tener a mano y consultarlo. Un libro caro, sin duda, 58€. Pero los vale. Sus 650 páginas llenas de conocimiento deslumbrante, su formato 21x27 cms, y sus 2'5 kg de peso lo convierten en un magnífico libro de regalo... para uno mismo o para otra persona.

¡Oh Luna! Las sombras más viejas entre losárboles más viejos
sienten palpitaciones cuando tú las miras.
¡Oh luna! Las viejas ramas tartamudean un bullicio más sagrado
mientras sienten tu aérea compañía.
Tú lo bendices todo, con labios de plata
besas para devolver la vida a las cosas muertas.

                 John Keats. Endymion, III, vv 52-57. 

***


 Путин, немедленно останови войну!

jueves, 9 de febrero de 2023

EL MUNDO COMO OBRA DE ARTE, Frank Wilczek

Ejemplar del KM
Un Keats y un Newton que se escucharan mutuamente podrían oír cantar las galaxias.
                                                      R. DAWKINS

He aquí un libro indispensable para quien guste de la divulgación científica bien hecha, esté convencido o a medio convencer de que la belleza existe y de que una explicación, sea cual sea, gana en belleza y profundidad cuanto mejor combine los conocimientos procedentes de la ciencia, del arte y de la filosofía. 

El mundo como obra de arte es un fascinante viaje por los hallazgos más destacados que el conocimiento humano ha realizado hasta la fecha desde la aparición de la ciencia contemporánea, esto es, la que corresponde a los siglos XX y XXI. Eso incluye incluye lo más extraordinariamente ínfimo —partículas— y lo más grande que podamos pensar. Y todo eso para intentar contestar la pregunta inicial que se formula Wilczek, Nobel en 2004: ¿Encarna el mundo ideas bellas?, ¿Es el mundo una obra de arte?

En cualquier caso, no es Wilczek el primero en acudir a la idea de belleza para explicar el mundo. Einstein o Dirac ya se sumergieron en ella, seguramente porque crearon teorías y fórmulas que toda la comunidad ha descrito posteriormente como extraordinariamente bellas. De hecho, Dirac decía aquello de que la belleza matemática era casi una religión.

Y para responder con solvencia y elegancia a la cuestión de la belleza el autor no tiene ninguna dificultad ni reparo en acudir, por ejemplo, a Platón, Aristóteles, Descartes, Russell, Whitehead, Brunelleschi, da Vinci, Blake, Keats, Galileo, Newton, Maxwell, Faraday, Einstein, Noether o Dirac. Leer textos con semejante capacidad de fusión y síntesis es uno de los placeres más grandes que nos puede dar la divulgación, equiparable al del texto creativo.

Seguramente Picasso no estaría de acuerdo con Wilczek, pues afirmaba que no existía la belleza y odiaba el juego estético entre ojo y mente al que decía que jugaban los mandarines que la apreciaban. Él solo amaba u odiaba algo —¿Amaba el Partenón, pero era incapaz de apreciar su belleza?—. Es lo que tienen las afirmaciones pasionales del arte. Solo admiten la adhesión incondicional o el rechazo absoluto. Excluyen toda racionalidad. Tanta pasión puede matar la belleza... y la verdad. Prefiero a Wilczek, que además de apreciar la belleza enseña a reconecerla en multitud de objetos, espacios, acciones y pensamientos.

***


viernes, 8 de octubre de 2021

PLATÓN, KEATS Y LAS ORUGAS

Oruga atravesando el Paseo del Urumea, posiblemente en busca de refugio para convertirse en crisálida (3/10/2021).

 Por muy acostumbrados que estemos a los cambios y transformaciones de la naturaleza, resulta difícil imaginar que de esta oruga de vívidos colores salga una polilla como esta:

Calliteara pudibunda en fase de mariposa nocturna. Fuente: Wikipedia.

Me entero por un artículo de Luis Monje que esta oruga se ha dedicado a devorar las hojas de las hayas de Urbasa (el artículo es de 2015). La descripción del destrozo es terrible: Hay quien dice que en septiembre, si se permanece un rato en silencio en las sendas que ascienden a la zona del Bosque Encantado, se escucha un misterioso rumor parecido al de la lluvia. Son legiones de cientos de miles de orugas devorando en las alturas las hojas de las hayas. La ficha del Gobierno de Navarra sobre este patógeno tampoco anima demasiado a encariñarse con ella: Las larvas causan defoliaciones, incluso totales, siendo las afecciones más importantes sobre los hayedos. No obstante, y debido a que las defoliaciones más importantes se dan a finales de verano, los daños son limitados, y menores que otros defoliadores, dado que en la práctica, adelantan la caída de la hoja.

Escribía Anatole France en El crimen de Silvestre Bonnard que todos los cambios, aun los más ansiados, llevan consigo cierta melancolía; porque aquello que dejamos es una parte de nosotros mismos: debemos morir una vida para entrar en otra. Ignoro lo que pueda sentir la polilla al abandonar el estado de crisálida, ni lo que sienta la crisálida al dejar de ser oruga. Yo, aunque no soy ingenuo y conozco los daños que realiza la famosa procesionaria del pino, no puedo evitar cierta tristeza al enterarme de que mi pudibunda haya podido dejar sin hojas ella sola algún tilo o abedul de la zona. Estaba tan contento con mi colorido y vistoso hallazgo que casi me arrepiento de haber buscado información sobre él. 

¿Serviría este ejemplo para hacer dudar a Platón, o a Keats, sobre la relación entre Belleza y Verdad?

domingo, 20 de enero de 2013

KIRMEN URIBE, 2

Después de darle muchas vueltas, he decidido que la selección de poemas fuera la misma que realizaron en su momento en la página basqueliterature.com

K. Uribe sólo tiene publicado un libro de poemas y el que yo organizara una selección distinta iba a suponer que, entre un espacio y otro, estuviera el poemario casi completo en Internet. Ya sabemos que la poesía no da de comer, pero no llegaría ni para unas cañas si no promocionáramos la lectura original del texto. Internet debe cumplir su misión dando a conocer e impulsando autores, pero no saqueándolos de tal forma que, una vez colocados aquí los textos, nadie se acerque a comprarlos en las librerías.

DEL EPITAFIO* DE JOHN KEATS

Escribid mi nombre también en el agua,
que en nuestra tierra es la lluvia
quien define la silueta de los hombres.

*Keats está enterrado en Roma, en el cementerio protestante. En su lápida puede leerse: Aquí yace alguien cuyo nombre fue escrito en el agua.

domingo, 4 de enero de 2015

JOHN KEATS, PRIMERA TERTULIA DEL AÑO

Recupero la tertulia sobre Keats que no se pudo realizar en mayo del año pasado y os remito a las entradas que preparé en su tiempo para ir dando noticia de su obra. Así pues, esta nota no es nada más que un aviso para recordar que el próximo 9 de enero, en la tertulia de la biblioteca, tendremos la obra del joven romántico inglés.

En el vídeo, compuesto con fotogramas de la película Bright Star, se recita la famosa Oda a un ruiseñor. Por cierto, si tenéis la oportunidad de ver la película, hacedlo. Refleja bien los últimos tres años de la vida del poeta.


Los textos están alojados, como siempre, en el apartado dedicado a las tertulias.

miércoles, 10 de agosto de 2016

RECORDANDO A WORDSWORTH DESDE EL JARDÍN DE SU CASA

Casa de Wordsworth, en el Distrito de los Lagos, hoy museo.
William Wordsworth fue un enamorado de la tierra en la que nació, el Distrito de los Lagos, y el poeta que aglutinó a su alrededor el grupo que después se ha conocido como lakistaslake, lago en inglés—. De los 80 años que alcanzó a vivir, tres cuartos los pasó en su provincia, la única montañosa de Inglaterra y la que ofrece un paisaje natural más variado y hermoso de ese país. Los otros 20 años los dedicó a viajar por Europa —algún estudioso ha calculado en más de 150.000 kilómetros los que hizo caminando durante toda su vida—.

Los lakistas —Wordsworth, Coleridge, Southey— fueron los primeros poetas propiamente románticos en lengua inglesa. Después vendrían Byron, Shelley y Keats. Pero es Wordsworth el que reivindica por primera vez el lenguaje cotidiano como elemento de expresión sustancial para la poesía. Esta característica ha sido auténticamente seminal, pues ha impregnado toda la poesía occidental desde entonces. Con ello quería demostrar hasta qué punto el lenguaje de la conversación en las clases medias y bajas de la sociedad sirve para los propósitos del placer poético (Prólogo a Baladas Líricas).


Iba solitario como una nube... 

Iba solitario como una nube
que flota sobre valles y colinas,
cuando de pronto vi una muchedumbre
de dorados narcisos: se extendían
junto al lago, a la sombra de los árboles,
en danza con la brisa de la tarde.

Reunidos como estrellas que brillaran
en el cielo lechoso del verano,
Poblaban una orilla junto al agua
dibujando un sendero ilimitado.
Miles se me ofrecían a la vista,
moviendo sus cabezas danzarinas.

El agua se ondeaba, pero ellas
mostraban una más viva alegría.
¿Cómo, si no feliz, será un poeta
en tan clara y gozosa compañía?
Mis ojos se embebían, ignorando
que aquel prodigio suponía un bálsamo.

Porque a menudo, tendido en mi cama,
pensativo o con ánimo cansado, 
los veo en el ojo interior del alma
que es la gloria del hombre solitario.
Y mi pecho recobra su hondo ritmo
y baila una vez más con los narcisos.


                          Versión de Gabriel Insausti.

lunes, 25 de septiembre de 2017

SOBRE LA POESÍA Y SUS CONTIENDAS

En el discurso del acto de entrega del Premio Reina Sofía, Salamanca 1996, Ángel González citaba una significativa anécdota sobre Mallarmé y su manera de entender la poesía. Recojo el párrafo completo a través del libro La poesía y sus circunstancias, editado en 2005.

Lo quiera o no, el poeta, cuando junta palabras, está configurando una idea del mundo. Insisto: lo quiera o no. Incluso los versos sonoros y pretendidamente inanes de Mallarmé son a su manera elocuentes, dicen algo, aunque no sepamos qué. "Cuando escribí ese poema —cuentan que respondió Mallarmé a quien le preguntaba por el sentido de una de sus composiciones—, Dios y yo sabíamos lo que quería decir; ahora, sólo Dios" (p 274).

La poesía, como todas las cosas del mundo, puede ser clasifica en dos. No otra cosa hacen los manuales cuando para explicar el desarrollo de la literatura, recurren a etiquetas como barroco, clasicismo, romanticismo, simbolismo, naturalismo, modernismo... Siempre es por oposición al anterior movimiento, al que se pretende superar.

En este sentido es en el que recojo la referencia al poeta francés para señalar que la poesía se puede dividir en dos: la clara y la hermética. La poesía en la que alusiones, significados e imágenes son más o menos inteligibles desde un primer momento por un gran público, y la poesía cuyo significado exige un gran esfuerzo por parte del lector para adentrarse en ella.

No es una mejor que la otra. La calidad, por desgracia, suele asociarse a la cantidad de estudios críticos, tesis y demás publicaciones que se realizan sobre una obra determinada. Es una cuestión de gustos, de momentos y de preferencias. ¿Quién podría demostrar que la poesía de Lorca es mejor o peor que la de Machado, que la de Pessoa, que la de Verlaine, que la de Keats o que la de Góngora?

Sin embargo, de tanto en tanto, como si quien escribe tuviera que justificar la opción personal por la que se inclina y menospreciar el resto de las opciones, se puede oír el ruido de batallas dialécticas, peleas de bar literarias y ajustes de cuentas poco honrosos para la comunidad. Los navajazos aquí, afortunadamente, no son literales sino metafóricos. Y es que, como ya nos advirtió Cipolla, la estupidez está democráticamente repartida entre todas las capas y colectivos sociales.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

¿POR QUÉ NECESITAMOS CREER?

Somos hijos del caos, y la estructura profunda del cambio es la degradación. En el fondo, sólo existe la degradación y la imparable marea del caos. No hay finalidad; hay tan sólo dirección. Esta es la cruda realidad que tenemos que aceptar si escudriñamos con profundidad y de forma desapasionada el corazón del universo. Con estas palabras cerraba La segunda ley el químico y profesor Peter Atkins. Sin embargo, los humanos, la mayoría de los humanos, nos aferramos a la creencia, al lado edulcorado de la realidad, al sentimentalismo cósmico, a la finalidad de la vida, y aunque nos reconozcamos incluso materialistas, seguimos actuando en nuestra vida diaria como auténticos creyentes.

Las palabras con las que Atkins concluía su libro se refieren a la materia, es decir, al universo, a todo cuanto existe, a la vida. El que una estrella nazca y otra muera no forma parte de un plan determinado. Que la vida se haya desarrollado como lo ha hecho en el planeta Tierra, tampoco. Que la especie humana haya sido capaz de generar autoconciencia y diseñar planes sobre sí misma y lo que le rodea, lo mismo. Somos la consecuencia, entre otras cosas, de tan numerosos como azarosos cambios genéticos. Nada más y nada menos. Es, simplemente, así.


Esto que la comunidad científica ha explicado tan bien; esto que está recogido en tantos y tantos libros científicos, divulgativos y escolares; esto que los que no nos dedicamos a la ciencia somos capaces de entender sin problemas; esto que parece tan claro, tan sencillo y tan natural; esto, y la racionalidad que esto implica, lo olvidamos alegremente y lo sustituimos por unas buenas dosis de irracionalidad llena de fe que impregna todas y cada una de las actividades humanas, desde las manifestaciones artísticas a las ceremonias festivas, desde la organización política a los gestos más consuetudinarios.


La verdad es que no sé por qué necesitamos creer. Supongo que será por eso de que es más fácil terminar creyéndonos que todo va a salir mejor, que las cosas van a cambiar a bien, que hay algo en alguna parte que reconocerá el esfuerzo de lo bueno que hemos hecho, y que es más fácil dejarse llevar por ese estilo blandengue y rosado que afrontar los hechos, encararse con la realidad y ofrecer nuestro generoso esfuerzo para que la realidad cierta y racionalmente mejore. Supongo que es por eso de la famosa esperanza, el último regalo envenenado de los dioses que quedó dentro de la caja de Pandora.


O tal vez sea porque llevamos siglos poblando las más excelsas manifestaciones del género humano —es decir, todas y cada una de las manifestaciones artísticas en todas y cada una de las grandes civilizaciones que han sido y son en el planeta—, de seres divinos y fantásticos que hacen lo que nosotros no nos atrevemos a hacer, de fenónemos extraordinarios que resuelven nuestros problemas, de justificaciones fantasiosas para dar por buena nuestra falta de convicción en lo que somos y podemos. Y no me refiero, por supuesto, a la literatura fantástica y de evasión, que esa tiene su función y nada que ver con lo que aquí digo.


Insisto en mi ignorancia: no sé por qué necesitamos creer. Ni tan siquiera sé si necesitamos hacerlo, espero que no, aunque parezca que sí. Lo cierto, lo constatable, lo que nos rodea es la enorme extensión aún del pensamiento mítico en cualquiera de sus formas, cuando lo verdaderamente hermoso y fantástico es sabernos capaces de comprender lo que nos rodea y mejorarlo utilizando el más poderoso de los instrumentos que tenemos: la capacidad de razonar y descubrir, el pensamiento creativo. Dawkins lo dice mejor que yo: Un Keats y un Newton que se escucharan mutuamente podrían oír cantar las galaxias (p 330, Destejiendo el Arco Iris, Tusquets).  

martes, 25 de diciembre de 2018

LA SALVACIÓN DE LO BELLO

Editorial
Primer movimiento:

Lo pulido, lo pulcro, liso e impecable es la seña de identidad de la época actual. Es en lo que coinciden las esculturas de Jeff Koons, los iPhone y la depilación brasileña. ¿Por qué lo pulido nos resulta hoy hermoso? Más allá de su efecto estético, refleja un imperativo social general: encarna la actual sociedad positiva. Lo pulido e impecable no daña. Tampoco ofrece ninguna resistencia. Sonsaca los "me gusta".

Segundo movimiento:

Lo bello, cuando se concreta en sus mejores posibilidades, es una poderosa combinación de familiaridad y extrañeza. Lo bello reconforta y conmociona, hiere y sana, sacude y aquieta. En lo bello, además, asoma el vértigo de lo insólito, la fuerza de lo inesperado, el destello de lo distinto. en lo bello, como nudo de relaciones, lo oculto se desvela y se articula lo posible. 

Tercer y último movimiento:

La verdad como verdad del ser es un suceso, un acontecimiento que es lo único que otorga a lo ente sentido y significado (...) La verdad hace que todo se muestre de otro modo. El acontecimiento de la verdad define de nuevo lo que es real. Engendra un "es" distinto. La obra es el lugar que gesta, recibe y encarna el acontecimiento de la verdad. El Eros está apegado a lo bello, a la manifestación de la verdad. En eso se diferencia del me gusta.

Me gusta el esfuerzo por ofrecer entidad y consistencia a la belleza, es decir, al pensamiento. Keats, que no había leído a Platón, lo dijo de forma más bella que el filósofo griego en los dos versos finales de la Oda a una urna griega
"Beauty is truth, truth beauty, —that is all / Ye know on earth, and all ye need to know".
"La belleza es verdad, y la verdad belleza / —Todo eso y nada más habéis de saber en la tierra". (Traducción Pedro Nicolás Payá).

Mi duda es si actualmente el arte, esto es, la comunidad artística, persigue y pretende la belleza. Tampoco tengo claro que la reflexión sobre el arte y la obra de arte transcurran por el mismo sendero. Y la divergencia viene de lejos.
Nocturno en negro y oro. Fuente: Wikipedia.

En 1875 John Ruskin escribía ante Nocturno en negro y oro, de James McNeill Whistler: Yo he visto y oído antes una considerable insolencia cockney; pero nunca pensé que escucharía a un gallito petulante pedir doscientas guineas por echarle a la gente un tarro de pintura en plena cara. El juicio posterior por difamación donde fue compensado con una guinea no fue ciertamente una victoria del artista. Sí lo fue la plataforma que surgió para defender los derechos de los artistas, liberados de las constricciones de la crítica.

Como señaló Dupré: Cada época actualiza la batalla entre el artista y el crítico. Es un eterno conflicto imposible de resolver porque su origen es la discrepancia sobre una de las preguntas más fundamentales: ¿qué es el arte?


***
Una explicación más didáctica y un comentario más detallado del contenido del libro lo encontraréis en este vídeo:

domingo, 3 de noviembre de 2013

TERTULIAS DEL 2014

Ya está diseñada la programación de las tertulias para el próximo año.

17 de enero: W. B. Yeats.
14 de febrero: José Martí.
14 de marzo: Paul Valery.
11 de abril: Aurora Luque.
16 de mayo: John Keats.
***
13 de octubre: Dante.
7 de noviembre: B. Brecht.
12 de diciembre: Ana Merino.

Espero que podamos disfrutarla como se merecen los nombres que en ella aparecen.

Y un poema de la autora que tendremos en diciembre, Ana Merino:

ADORACIÓN NOCTURNA

                                                                   
Para Luis Muñoz

Que te devuelvan el tiempo de los lunes
y los hagan festivos en tu agenda
para que la semana no te pese tanto
y puedas sentir los dientes de las calles
mordisquear con ternura
el último tramo del domingo.

Que te devuelvan las horas de los lunes
y las puedas guardar entre las sábanas
para que la ciudad se duerma en tu regazo
y se llenen de ti los que te miran.

Que te traigan el ritmo de los sueños
y los puedas bailar,
que la luz de tu abrazo
se guarde algún secreto.

Que los lunes se aprendan
de memoria tu cuerpo.
Que no le falte nada a tu universo
porque el dios de la noche
el lunes descansó
para esperarte.

                    De Compañera de celda. Visor, 2006

sábado, 9 de julio de 2022

LA BELLEZA Y LA FELICIDAD ("A thing of beauty is a joy for ever")

Solemos asociar, y en muchos casos es así, la poesía de la época romántica con el amor pasional e intempestivo, la ruptura con las normas sociales, el coqueteo con lo fúnebre, el suicidio y la muerte, en una palabra con lo exaltado. 

Nadie pondrá en duda ahora que Keats (1795-1821) es precisamente uno de los más altos valores de la poesía romántica, por hallazgos poéticos, por intensidad expresiva y hasta por biografía. 

Escribió el largo poema Endimión cuando tan solo contaba con 22 años. Su comienzo me resulta fascinante por su belleza, pero también porque resulta increíble que alguien tan joven pueda escribir esa poesía celebrativa, de exaltación de la vida, más propia de espíritus menos románticos y mucho más maduros. 

(Libro I, primeros versos).

Alegrías eternas son las cosas bellas:
nunca conecerán la muerte
con su encanto elevado y serán para nosotros
tranquilas enramadas y formas de dormir
con los más dulces sueños
entre suaves latidos de un dulce bienestar.
Por eso guirnaldas florecidas
todas la mañanas
nos unen a la tierra,
a pesar del desánimo, de la inhumana escasez
de nobles criaturas, de los días sombríos,
de los insalubres y tenebrosos caminos
que tenemos que recorrer: sí, a pesar de esas sombras,
retiran el negro velo de nuestro negro espíritu
figuras hermosas como el sol y la luna,
y los viejos árboles y nuevos que dan benditas sombras
a las simples ovejas; y los narcisos
de todo el mundo verde del que son habitantes;
y los claros arroyos que frescos matorrales
contra el calor tórrido para ellos mismos
alzan; y los helechos en la fronda del bosque
donde las rosas almizcleñas esparcen su esplendor;
y los grandiosos destinos
que hemos imaginado para los soberanos muertos;
y las hermosas leyendas que nos han relatado
o que hemos leído: inteminables fuentes
de inmortales bebidas que nos regala
el cielo.
Y no sentimos todas esas esencias
sólo por una hora; no: así como a los árboles
que susurran alrededor de un templo los queremos
tanto como al mismo tempo, así también la luna,
la apasionada poesía, las glorias infinitas
nos persiguen hasta convertirse en prometedoras luces
dentro de nuestra alma, y se nos pegan tanto
que, brille el sol o se nuble el cielo,
siempre estarán con nosotros, o, si no, moriremos.

Traducción: Ángel Rupérez.

Me permito partir de Hölderlin y realizar una afirmación tal vez más cauta, pero no menos intensa: la belleza, en su perdurabilidad, nos permite el goce de la existencia. 
***

Путин, немедленно останови войну!

jueves, 13 de julio de 2017

LA SOLEDAD DE UN CUERPO ACOSTUMBRADO A LA HERIDA

Hay quien opina que la poesía debe expresar solo el dolor, la pérdida. Conozco incluso algunas personas que solamente leen poesía si saben que van a estar sumergidas en el llanto. La poesía, ciertamente, es un género singular que tiene el don de los afectos y se hace minoritaria cuando trastea con las notas de la racionalidad, por más leña que eche al fuego carnal de las palabras. Eso explica que en el imaginario colectivo popular romanticismo y poesía sean términos equivalentes. 

La edad también tiene algo que ver. No es extraño que comencemos a leer poesía de la mano de Bécquer, de Keats, de Hölderlin o de Leopardi. Lo raro sería que nuestras primeras lecturas fueran Horacio, Li Bai, Mallarmé o Eliot. Por eso mismo, tampoco es rara la hipérbole La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida en una persona tan joven. Lo extraño, tal vez, es la belleza del alejandrino. 

No voy a descubrir nada de las bondades de la escritura de Elvira Sastre, porque a pesar de su juventud es una poeta con cinco títulos publicados, que además cuenta con el apadrinaje de pesos pesados de la poesía española como Benjamín Prado y García Montero, y un hermosísimo prólogo sin hipérboles de Joan Margarit.

Sí diré que este es un poemario que gustará mucho a quienes anden abismados en los confines de la pérdida, a quienes gusten de la palabra limpia y a quienes aspiren a la ternura del desamor. 

EL DESIERTO DE MI ISLA

Soy una isla.

Todos quieren llegar,
traerse un libro,
algo de comida
y un amor.

Imaginan los árboles,
piensan en el mar que no se vacía,
son capaces de tumbarse sobre
mi arena
y dejarse ser por completo
porque es terriblemente sencillo:
en mí no existen los espejos,
cuido con esmero la contracción del paisaje,
acaricio el pasado y los errores ajenos,
marco el camino y no el tesoro
y me mantengo siempre estática,
sin hacer ruido, sin causar peligro,
esperando el golpe con las palmas abiertas.

Es fácil querer llegar.
Querer quedarse es igual de fácil
que ahogarse en una gota
de agua.

Es así: todos quieren llegar
y, sin embargo,
todos quieren irse
en el momento en el que llegan.

Quizá sea por el olor a polvo que me cubre,
por el viento que va dejando partes de mí
en cada trozo de tierra que piso
y me devuelve incompleta a la orilla,
por el cansancio de mis ojos
que siempre están en otra parte
o, quizá, porque nadie quiere vivir
en un lugar deshabitado.

Nadie quiere estar en una isla desierta
cuando se hace de noche.

Podéis escucharla recitando sus poemas en su canal de YouTube.

lunes, 1 de mayo de 2023

SHELLEY Y KEATS


 
HIMNO A LA BELLEZA INTELECTUAL



1. 

La sombra de una Fuerza incognoscible
flota, aunque incognoscible, entre nosotros;
visita este amplio mundo con la misma
inconstancia que el viento entre las flores;
como un rayo de luna tras un pico
turba secreto, imprevisible,
el corazón y rostro humanos;
como el rumor pausado de la tarde,
como una nube en noche clara,
como el recuerdo de una música,
como aquello que se ama por hermoso
pero más todavía por ignoto.

2. 


Espíritu, Belleza que consagras
con tu lumbre el humano pensamiento
sobre el que resplandeces, ¿dónde has ido?
¿Por qué cesa tu brillo y abandonas
este valle de lágrimas desierto?
¿Por qué el sol no teje por siempre
un arco iris en tu arroyo?
¿Por qué cuanto ha nacido languidece?
¿Por qué temor y sueño, vida y muerte
ensombrecen el mundo de este modo?
¿Por qué el hombre ambiciona tanto
odio y amor, desánimo, esperanza?

3. 

Ninguna voz de un ámbito sublime
ha respondido nunca a estas preguntas.
Los nombres de Demonio, Espectro y Cielo
testimonian este inútil empeño:
débiles palabras cuyo encanto no suprime
de cuanto aquí vemos y oímos
el azar, la duda, lo mudable.
Sólo tu luz, cual niebla entre montañas
o música que el viento vespertino
arranca de algún tácito instrumento
o cual claro de luna a medianoche,
sosiega el sueño inquieto de esta vida.

4. 

Amor, Honor, Confianza, como nubes
parten y vuelven, préstamo de un día.
Si el hombre inmortal fuese, omnipotente,
Tú -ignoto y sublime como eres-
dejarías tu séquito en su alma.
Tú, emisario de los afectos,
que creces en los ojos del amante;
¡Tú que nutres al puro pensamiento
cual penumbra a una llama que agoniza!
No partas cuando al fin llega tu sombra:
sin Ti, como la vida y el temor,
la tumba es una oscura realidad.

5. 

Cuando niño, buscaba yo fantasmas
en calladas estancias, cuevas, ruinas
y bosques estrellados; mis temerosos pasos
ansiaban conversar con los difuntos.
Invocaba esos nombres que la superstición
inculca. En vano fue esa búsqueda.
Mientras meditaba el sentido
de la vida, a la hora en que el viento corteja
cuanto vive y fecunda
nuevas aves y plantas,
de pronto sobre mí cayó tu sombra.
Mi garganta exhaló un grito de éxtasis.

6. 

Hice un voto: a Ti ya cuanto es tuyo
dedicaría el ser. ¿No ha sido así?
Aún hoy, con inquieto pulso, llamo
a los turbios espectros que en sus tumbas
acompañan mis horas. En fingidos lugares
donde aplico mi espíritu al amor o al estudio,
han contemplado conmigo la noche.
Saben que la alegría no ilumina mi rostro
si no es con la esperanza de que absuelvas
al mundo de su oscura esclavitud;
de que tú, Terrible Hermosura,
concedas cuanto el verso no logra proclamar.

7. 


El día es más sereno y más solemne
cuando llega la tarde. Y hay un orden
en Otoño y un lustre en su horizonte
que el estío prohíbe alojo humano
hasta hacernos creer que es imposible.
Así pues, deja que tu fuerza
-talla naturaleza, cuando joven-
provea a mi existencia venidera
de sosiego, a mí que te venero
con cuantas formas te contienen,
a mí, hermoso Espíritu, a quien diste
el temor de sí mismo y amor al ser humano.

Percy Bysshe Shelley. Traducción: Gabriel Insausti.



ODA A UN RUISEÑOR

Me duele el corazón y aqueja un soñoliento
torpor a mis sentidos, cual si hubiera bebido
cicuta o apurado algún fuerte narcótico
ahora mismo, y me hundiese en el Leteo:
no porque sienta envidia de tu sino feliz,
sino por excesiva ventura en tu ventura,
tú que, Dríada alada de los árboles,
en alguna maraña melodiosa
de los verdes hayales y las sombras sin cuento,
a plena voz le cantas al estío.

¡Oh! ¡Quién me diera un sorbo de vino, largo tiempo
refrescado en la tierra profunda,
sabiendo a Flora y a los campos verdes,
a danza y canción provenzal y a soleada alegría!
¡Quién un vaso me diera del Sur cálido,
colmado de hipocrás rosado y verdadero,
con bullir en su borde de enlazadas burbujas
y mi boca de púrpura teñida;
beber y, sin ser visto, abandonar el mundo
y perderme contigo en las sombras del bosque!

A lo lejos perderme, disiparme, olvidar
lo que entre ramas no supiste nunca:
la fatiga, la fiebre y el enojo de donde,
uno a otro, los hombres, en su gemir, se escuchan,
y sacude el temblor postreras canas tristes;
donde la juventud, flaca y pálida, muere;
donde, sólo al pensar, nos llenan la tristeza
y esas desesperanzas con párpados de plomo;
donde sus ojos claros no guarda la hermosura
sin que, ya al otro día, los nuble un amor nuevo.

¡Perderme lejos, lejos! Pues volaré contigo,
no en el carro de Baco y con sus leopardos,
sino en las invisibles alas de la Poesía,
aunque la mente obtusa vacile y se detenga.
¡Contigo ya! Tierna es la noche
y tal vez en su trono esté la Luna Reina
y, en torno, aquel enjambre de estrellas, de sus Hadas;
pero aquí no hay más luces
que las que exhala el cielo con sus brisas, por ramas
sombrías y senderos serpenteantes, musgosos.

Entre sombras escucho; y si yo tantas veces
casi me enamoré de la apacible Muerte
y le di dulces nombres en versos pensativos,
para que se llevara por los aires mi aliento
tranquilo; más que nunca morir parece amable,
extinguirse sin pena, a medianoche,
en tanto tú derramas toda el alma
en ese arrobamiento.
Cantarías aún, mas ya no te oiría:
para tu canto fúnebre sería tierra y hierba.

Pero tú no naciste para la muerte, ¡oh, pájaro inmortal!
No habrá gentes hambrientas que te humillen;
la voz que oigo esta noche pasajera, fue oída
por el emperador, antaño, y por el rústico;
tal vez el mismo canto llegó al corazón triste
de Ruth, cuando, sintiendo nostalgia de su tierra,
por las extrañas mieses se detuvo, llorando;
el mismo que hechizara a menudo los mágicos
ventanales, abiertos sobre espumas de mares
azarosos, en tierras de hadas y de olvido.

¡De olvido! Esa palabra, como campana, dobla
y me aleja de ti, hacia mis soledades.
¡Adiós! La fantasía no alucina tan bien
como la fama reza, elfo de engaño.
¡Adiós, adiós! Doliente, ya tu himno se apaga
más allá de esos prados, sobre el callado arroyo,
por encima del monte, y luego se sepulta
entre avenidas del vecino valle.
¿Era visión o sueño?
Se fue ya aquella música. ¿Despierto? ¿Estoy dormido?

John Keats. Traducción: Juan González-Blanco de Luaces.

***


domingo, 22 de noviembre de 2020

¿ESTAMOS SOLOS? EN BUSCA DE OTRAS VIDAS EN EL COSMOS

Mientras existamos sobre este punto azul pálido, o en los planetas que logremos colonizar, seguiremos mirando al cielo estrellado cada noche, nos haremos grandes preguntas sobre nuestros orígenes... y buscaremos otras vidas en el Cosmos (p 506) [porque]  nuestra inquieta mente parece necesitar el contacto con otros seres equivalentes a nosotros, con pensamiento abstracto y lenguajes estructurado: criaturas racionales que utilicen símbolos y transmitan emociones. que perciban la belleza. Que construyan metáforas. Espejos en los que mirarnos, aunque la imagen reflejada sea muy diferente de la nuestra (p 474-5).

No creo que me equivoque si digo que esta es la obra de un científico, de un investigador, apasionado con su trabajo y entusiasmado con la divulgación, que pone al alcance de cualquiera cuál es el estado de la cuestión, qué podemos suponer, qué nos es dado imaginar y qué es lo que efectivamente sabemos sobre la vida más allá de nuestro diminuto planeta. Y es que Carlos Briones, a quien he tenido el placer de escuchar en directo en varias ocasiones, parece que lo sabe todo sobre el tema. Y cuando digo todo quiero decir todo, no solamente cuanto tiene que ver con su especialidad como bioquímico y biólogo molecular entregado a la investigación astrobiológica.

Por el texto van desfilando referencias y citas del mundo del cine, de la literatura, de la música, la ecuación de Drake, el programa SETI, la señal Wow!, la estrella Tabby, cuanto tiene que ver con la ciencia ficción, y con la ficción a secas. Desde Lucrecio a Saint-Exupéry, Sagan o el mismísimo Winston Churchill. Deliciosa la cita del primer ministro británico, no os la perdáis (p 474), o la de Brian May, guitarrista de Queen y ¡doctor en astrofísica!

Y qué decir de esas conversaciones de café que se trae con especialistas al acabar cada uno de los capítulos. Broche de oro a sus palabras. Mirad qué pedazo nómina: Muriel Gargaud, Emmanuelle Javaux, Ricardo Amils, Víctor Parro, Michel Viso, J. A. Rodríguez Manfredi, Olga Prieto Ballesteros, Jonathan I. Lunine, Joseph A. Nuth, Luisa Lara, Aki Roberge y David Dunér.

Hacer divulgación requiere claridad y sencillez, además de hacerlo de manera atractiva para que quien lee se sienta a gusto con el texto. En este sentido, e independientemente de que los descubrimientos avancen de manera significativa en este terreno, yo creo que la belleza y la verdad —Keats al fondo— que nutren las páginas del libro van a permanecer inalterables durante mucho tiempo. Es un regalo tanto para nuestro deseo de conocimiento como para nuestro sentido estético.

Dicho esto, conviene advertir que para poder acceder al estudio de la vida extraterrestre ha sido necesario pasar por muchas etapas previas para que la cuestión quede bien delimitada y se entienda. Etapas como intentar responder a la difícil cuestión de qué es la vida, cuál es su origen, qué es eso de la química prebiótica, quién es ese tan importante llamado LUCA, cuánto hay de azar y de necesidad en todo ello o por qué es tan esencial el agua y el carbono para estar donde estamos. Y el autor se abre camino por tan graves cuestiones con absoluta soltura y nos va seduciendo con su prosa ágil.

***

Nota para despistados: este es un libro de divulgación científica. Todavía no tenemos ninguna evidencia de vida más allá de nuestro planeta. Es muy probable que haya incluso vida inteligente en alguna parte del universo. El único problema es que el universo es muy, muy, pero que muy grande. Así, pues, desengañémonos. Podremos observar los planetas extrasolares desde la superficie o la órbita de la Tierra, aprenderemos cada vez más sobre ellos e incluso quizá encontremos señales moleculares de vida en algunas atmósferas. Esa es la ciencia real. Pero están a tantísima distancia de nosotros, incluso los más cercanos, que es una fantasía pensar que en algún momento vamos a poder viajar hasta allí. Por tanto, limitemos nuestro entusiasmo (p 427, palabras recogidas de Michel Mayor). 

O dicho a la manera de James Miller, en A small fiction