jueves, 23 de noviembre de 2023

POESÍA BONITA Y QUE SE ENTIENDE

Editorial. Ejemplar del KM.
No salía de mi asombro al leer el lomo del libro que aparecía en el estante de novedades: Poesía bonita y que se entiende. Pero si lo que leía en el lomo me dejó perplejo, más ¿atrevido, kitsch, desesperado? me pareció lo que leí en la contraportada: Hay que leer poesía. Es conveniente leer en general, pero, sobre todo, hay que leer poesía. El mundo sería mejor si todos leyéramos poesía a diario (el subrayado es mío). Y en la línea quinta del prólogo se insiste: el que sale a la calle sin leer poesía es un peligro público 🙈🙋😲. Esto sí que es ser rompedor, además de usar el hipérbaton de una forma atrevida y transgresora. Aun así, me llevé el libro a casa. La curiosidad pudo conmigo.

La verdad es que si se hace caso omiso de todas esas expresiones altisonantes y desnortadas, la idea de la antología es interesante, aunque no sea novedosa. Se recogen poemas de nueve poetas. Una breve nota nos indica quién es. Luego, uno, dos o tres poemas, y todos ellos van acompañados de un comentario de la autora o del autor, más otro, generalmente más extenso, del editor en el que explica por qué lo ha elegido. Todo eso permite disponer de una información interesante que aproxima el poema a quien lo lee. 

Se trata en definitiva de una antología para promocionar los nombres con los que viene trabajando la editorial y, especialmente, quien dirige la colección, Juan Romeu, que como es la misma persona que ha escrito el prólogo y la contraportada, utiliza el mismo tipo de expresión para hablar de sí mismo: Juan Romeu (Madrid, 1984) es un escritor casi novel que, como una exhalación poética, escribe tanto, con tanto sentido y tan maravillosamente, que ya parece un escritor consagrado. (Lo que será en muy poco tiempo, ¡qué duda cabe!). Es un mago de las ciencias y de las letras, conoce perfectamente el sentido de las palabras; es un mago del puzle tetradimensional, sin ir más lejos. Pichichi de su equipo de balonmano, es gran amigo y colaborador.

Lo mejor en estos casos es hacer abstracción de lemas publicitarios y discursos dislocados e ir directamente al contenido. Recojo aquí un poema de Pilar Roig Ferreruela:

LLUEVE

                                   Este poema lo escribí

                       tras la muerte de mi abuelo.


Llueve.

Todavía llueve.

Ayer mamá me dijo que había salido el sol,

pero yo sé que también llovía.

Si no, te hubiera visto entre los olivos,

sorteándolos con la facilidad de quien,

en lugar de pies,

tiene alas.

Llueve,

y lo noto incluso aquí, en la cama,

tapada hasta las cejas,

esas que son más tuyas que mías

y con el frío agarrotándome

las ganas de quitarme las sábanas.

Yo lo intento,

aunque hace cuatro días que pesan demasiado.

Y estoy harta.

Harta de que llueva,

de llover,

de las gotas secándome las ganas de verte

y de pensar sin descanso

todo lo que no vivimos.

Quiero echarte de menos

pero el vacío

me aterra.

***


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