miércoles, 13 de enero de 2021

BLAS DE OTERO, ruta literaria

Editorial
Ahora que la pandemia y sus gestores nos reducen el perímetro explorador a la provincia que habitamos, me encuentro en la biblioteca del Koldo Mitxelena esta curiosa guía/antología/incitación poética sobre el grandísimo Blas de Otero y sus paisajes de la infancia y adolescencia.

El formato es de lo más práctico. Permite llevarlo en cualquier bolsillo y sacarlo en el momento oportuno para leer el poema que se relaciona con el punto en que nos hallemos de la ruta. Comodísimo. 

Aunque los poemas están en su idioma original, la ruta está en euskara y en castellano. La ruta, por cierto, ya se encontraba en línea, con la posibilidad de descargarla, pero disponer de ella y de los textos en formato libro ahorra muchas molestias, al menos a los que somos adictos al papel y al objeto real.

La ruta en realidad es doble. Incluye los lugares del entorno bilbaíno, ciudad donde nació y vivió durante un tiempo, así como Orozko, el pueblo de su abuela materna al que acudía los veranos. A él le dedica este hermoso soneto:

Orozco cabe en un soneto. Acaso
poco aireado, un poco angosto y frío,
pero por él va cavilando el río
y va el aldeano antiguo paso a paso.

¿En barrotes de hierro? No hagas caso.
Escucha Rosamunde, Schubert mío
y del aire: una esquila, un cohete, un pío
del alba rosa y el grosella ocaso.

El palacio está viejo. Los perales
del huerto, añosos, y los pejugales
pisados por un niño entristecido.

Aquí jugué al frontón, allí me he muerto
adolescentemente en los trigales.
Doña Pepita está sola en el huerto.

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