El hallazgo casual de un buen libro puede cambiar el destino de un alma. M. Prevost.
Supongo que no a todo el mundo le consuela la filosofía, aunque puede hacerlo, pero no os preocupéis que lo que voy a contaros va de letraheridos y de recetas lectoras según el estado de ánimo que tengáis.
Es evidente que quienes más libros conocen son aquellas personas que los escriben (bueno, más o menos, no vamos a ponernos quisquillosos con esto). A partir de este hecho (suposición si así lo preferís), la Escuela de Escritores ha organizado un consultorio para todas aquellas personas letraheridas que no encuentran sosiego durante esta convalecencia quasimundial o que tienen algún otro síntoma preocupante y que una buena receta lectora puede curar.
Si os encontráis en el grupo de quienes necesitan que le receten un buen libro para sobrellevar mejor el encierro, podéis reservar vuestra consulta aquí. Y, además, también podéis elegir el doctor o la doctora que más os guste: Ana Merino, Marcelo Luján, Juan Cruz, Leila Guerriero, Inés Mendoza, Benjamín Prado, Lara López, Manuel Vilas...
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