Fuente: Wikipedia. |
"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
sábado, 13 de mayo de 2023
HEINRICH HEINE
viernes, 5 de mayo de 2023
HEINRICH HEINE
Editorial |
Editorial |
Editorial |
Escribe Munárriz en su Nota del traductor al Intermezzo lírico: La poesía de Heine puede considerarse a un tiempo la culminación del romanticismo alemán y el final de esa corriente. Romántico como ninguna es su poesía juvenil, de la que su Intermezo lírico es la mejor muestra. Pasados los años. Alemania, un cuento de invierno y Atta Troll, el sueño de una noche de verano, de shakesperianos subtítulos, se apartarán de la lírica para, entre sátira y épica, abrir para la poesía alemana caminos por los que transitarán más tarde Bertolt Brecht, Erich Fried o Hans Magnus Enzensberger (p 157).
Heine, el poeta que más determinante influencia tuvo sobre Bécquer a través de su poesía primera, es, sin embargo, el más consciente y abiertamente político de los poetas románticos. En la Historia de la literatura alemana (Cátedra, 1991) se puede leer: Desde el exilio en París, a partir de 1831, Heine finaliza la iniciada crítica al romanticismo, "poesía de desmayo", con una serie de publicaciones teóricas (...) En ellas, Heine ofrece una particular interpretación y define la nueva función social de la literatura. Heine se colocará en la vanguardia de los escritores (...) para quienes, según sus palabras y su programa "no existe diferencia entre vida y literatura; la política es inseparable de la ciencia, el arte y la religión, y los artistas son al mismo tiempo tribunos y apóstoles" (p 244).
Disponéis de una breve selección de poemas que prepararé para una tertulia de 2013.
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sábado, 19 de octubre de 2019
UN POEMA DE HEINE
Editorial |
Ein Fichtenbaum steht einsam
Im Norden auf kahler Höh’.
Ihn schläfert; mit weißer Decke
Umhüllen ihn Eis und Schnee.
Er träumt von einer Palme,
Die, fern im Morgenland,
Einsam und schweigend trauert
Auf brennender Felsenwand.
El poema encaja perfectamente si lo entendemos como una alusión a la tradición de la poesía amorosa judía que tiene como referente la inalcanzable Sión, personificación de la mujer amada, que a su vez es la patria perdida. El Salmo 137, uno de los favoritos de Heine, comienza así: Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos / y llorábamos acordándonos de Sión. La palmera solitaria, erguida sobre un despeñadero ardiente, sería una referencia en clave a la Jerusalén de la que les han apartado.
Incluso puestos a buscar alusiones, los versos de Heine se pueden leer como un homenaje a la más famosa de la odas dedicadas a esa ciudad, Jerusalén. Me refiero a la casida que Yehuda Ha'Levi escribió, ese gran poeta del XII, la época dorada de los judíos en la Península (Sefarad); poeta, por cierto, que Heine adoraba. El primer verso de su oda dice así: Mi corazón está en Oriente, y yo en los confines de Occidente.
Incluso partiendo del sustrato judío, podemos entender los versos del poeta romántico alemán como una alusión a la angustia del autor ante la imposibilidad de conciliar sus raíces norteñas con el deseo de ir al sur y abandonar las brumas y las bajas temperaturas alemanas. De hecho, hay toda una tradición poética que se dedica a subrayar ese deseo de un sur imaginario desde un norte en el que se vive semiencerrado.
Simplemente, nunca conoceremos el significado profundo de estos ocho versos porque quien los escribió no ofreció las pistas necesarias para hacernos con él. Que cada cual los tome como quiera.
sábado, 24 de enero de 2015
LO QUE EL CIELO NOS CUENTA
Nut, diosa del cielo y creadora del universo |
Villa Farnese. Bóveda de la Sala Mapamundi. Giovanni Antonio da Varese
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En otras ocasiones, el cielo, en lugar de hablarnos, produce música. Pero éste es un sonido ya perdido. El gran místico y matemático Pitágoras estaba convencido de que la Tierra se hallaba en el centro del cosmos. Girando sobre ella se encontraba la Luna, el Sol, los cinco planetas visibles a simple vista (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno) y las estrellas. Todos estos cuerpos giraban en esferas concéntricas, esferas que, al desplazarse, producían un sonido armónico, audible en las noches más serenas. Él y sus alumnos tenían una concepción ideal del universo, como corresponde a una teoría basada en la relación matemático-musical, más que en la observación directa. De esta forma, suponían que cada esfera, sobre la que se deslizaban los cuerpos celestes, estaba situada en una relación numérica, que era la que correspondía a la relación que se da entre las notas musicales. Cuando Pitágoras descubrió la relación que había entre la longitud de una cuerda y el tono que producía al hacerla vibrar, descubrió también que esta relación es proporcional. Convencido como estaba de que el mundo debe expresar armonía y de que ésta se manifiesta a través de los números, el ilustre griego aplicó este orden a todo el universo.
Nicolas Oresme. Livre du ciel et du monde |
martes, 30 de abril de 2013
HEINRICH HEINE, 3
Están en el firmamento
inmóviles la estrellas,
y con dulce arrobamiento
se miran y hablan entre ellas.
Se hablan con amor profundo
en lengua tan singular,
que ningún sabio del mundo
la ha podido descifrar.
Yo la tengo descifrada
y jamás la olvidaré:
en el rostro de mi amada
el vocabulario hallé.
Libro de los cantares. Traducción de Teodoro Llorente, 1885.
Y para los que podáis leer en alemán un enlace en el tenéis la obra completa de Heinrich Heine.
Feliz lectura.
domingo, 28 de mayo de 2023
G. HERRMANN: Du bist wie eine Blume (H. Heine)
So hold und schön und rein;
Ich schau’ dich an, und Wehmuth
Schleicht mir in’s Herz hinein.
Mir ist, als ob ich die Hände
Auf’s Haupt dir legen sollt’,
Betend, daß Gott dich erhalte
So rein und schön und hold.
tan bella, dulce y pura;
mi corazón, al mirarte
se vuelve triste con ternura.
Es como si debiera
ponerte mi mano sobre la cabeza,
pidiendo a dios que te guarde
tan pura, tan dulce, tan bella.
lunes, 22 de abril de 2013
HEINRICH HEINE, 2
Además, también podemos encontrar buena parte de la obra poética en Internet. En este sentido, la mejor página es la de Cervantesvirtual, que recoge todas las ya clásicas traducciones del romántico alemán realizadas por Teodoro Llorente y Olivares.
Aquí tenéis los enlaces a algunas de las obras traducidas del poeta:
Sin lágrima en el ceño duro
Están junto al telar y aprietan los dientes:
Alemania, tejemos tu sudario,
Y en él la triple maldición.
Tejemos, tejemos.
Maldito el ídolo al que impetramos
En fríos de invierno y angustias de hambre,
En vano creímos y le miramos,
Nos ha vendido, nos ha engañado.
Tejemos, tejemos.
Maldito el rey, el rey de los ricos,
Que no ablandó nuestra miseria,
Que nos arranca lo que sudamos,
Que como perros nos manda matar.
Tejemos, tejemos.
Maldita sea la patria falsa,
Para nosotros humillación,
Siega temprana de toda flor,
Festín podrido de los gusanos.
Tejemos, tejemos
Cruje el telar, la lanzadera vuela,
Siempre tejemos, de día y de noche,
Vieja Alemania, es tu sudario,
Y en él la triple maldición.
Tejemos, tejemos.
Traducción Manuel Sacristán Luzón.
Y una breve explicación: El 4 de junio de 1844 la policía detuvo a un tejedor que cantaba este himno bajo la ventana de un fabricante. La respuesta no se hizo esperar, por la tarde, una multitud se echó a la calle y saqueó las casas de los industriales y destruyó los libros de contabilidad en la localidad de Peterswaldau. Al día siguiente, 3.000 tejedores se dirigieron al pueblo de Reichenbach para continuar la revuelta. Allí se enfrentaron al ejército que, a pesar de disparar contra la multitud y ocasionar 11 muertos, no pudo contener la furia de los tejedores que lograron expulsar a los soldados del pueblo con piedras y palos.
El gobierno mandó el 6 de junio a 3 compañías de infantería y a una batería de artillería que aplastó la rebelión. Los sobrevivientes buscaron refugio en las montañas y en los bosques vecinos. Otros fueron apresados y condenados.
miércoles, 19 de junio de 2024
UN LIBRO, UN POEMA (Heinrich Heine)
Traductor: Jesús Munárriz |
Alemania, un cuento de invierno hay que leerlo de principio a fin, no se pueden entresacar unas estrofas porque no hay poemas independientes como en otros muchos libros de poesía. Es una historia y hay que leerla completa. Por ofrecer algo, he transcrito el caput I, es decir, el primer capítulo de los XXVII que contiene. En él sí aparece el objetivo y el deseo que motiva el resto. Sirva de introducción y para despertar las ganas de leer esta sátira política de la primera mitas del siglo XIX. Como alguien dijo, no es casualidad que Heine entablara amistad y colaborara con Marx en Neue neuerheinische Zeitung
CAPUT I
Fue en el triste mes de noviembre,
—los días se agrisaban,
deshojaba el viento los árboles—
cuando viajé a Alemania.
Y cuando llegué a la frontera,
sentí un palpitar más fuerte
en mi pecho; incluso creo que
empezaron a gotear mis ojos.
Y al oír la lengua alemana,
sentí una cosa extraña:
creo que era como si el corazón
sangrara muy a gusto.
Cantaba con un arpa una niña
con sentimiento auténtico
y voz desafinada, aunque a mí
me conmovió su música.
Cantaba de amores y penas de amor,
de abnegación y reencuentro
allá arriba, en el mundo mejor,
donde todo dolor se esfuma.
Cantaba del valle de lágrimas terrenal,
de alegrías pronto deshechas,
del más allá, donde el alma goza
radiante en la gloria eterna.
Cantaba la vieja copla de la resignación,
el tralaralá del cielo
con que se arrulla, cuando lloriquea,
el pueblo, ese gran trasto.
Conozco la música, conozco la letra,
y a los señores que la han escrito;
sé que a escondidas bebían vino
y en público predicaban el agua.
Otra canción, nueva y mejor,
amigos, quiero componeros
Aquí en la tierra queremos fundar
Queremos ser felices aquí
y no pasar más hambre;
el vientre perezoso no debe atiborrarse
de lo que produjeron manos laboriosas.
Crece aquí abajo suficiente pan
para todos los hijos de los hombres,
también rosas y mirtos, belleza y placer,
y no menos guisantes dulces.
en cuanto estallen las vainas!
El cielo se lo dejamos
a los ángeles y a los gorriones.
Y si al morir nos crecen alas
iremos a visitaros
allá arriba, y comeremos con vosotros
los más gloriosos pasteles y tartas.
¡Un canto nuevo, un canto mejor,
como de flautas y violines!
Ni el Miserere suena ya
ni doblan las campanas.
La virgen Europa se ha prometido
al hermoso genio de la libertad;
saborean su primer beso.
Y aunque falte la bendición del cura,
su boda es igual de válida.
¡Viva la novia y viva el novio
y sus futuros hijos!
Mi canto es un canto nupcial,
Se alzan en mi alma las estrellas
Estrellas entusiastas, de salvaje ardor,
deshechas en torrentes de llamas...
Me siento maravillosamente fuerte,
¡capaz de partir robles!
Desde que pisé suelo alemán,
corren por mí mágicas savias;
el gigante ha vuelto a tocar a su madre
Y le resurgen las fuerzas.
domingo, 4 de noviembre de 2018
LO QUE EL CIELO NOS DICE
Fuente: NASA. |
Hace ya mucho tiempo, cuando cursaba COU en el instituto, leí estos cuatro versos de Heine:
Sie sprechen eine Sprache,
Die ist so reich, so schön;
Doch keiner der Philologen
Kann diese Sprache verstehen
Dámaso Alonso los tradujo así: ¡Hablan un lenguaje tan rico y tan hermoso!; pero ningún filólogo puede entenderlo. Heine hablaba del lenguaje de las estrellas.
Yo no entendía muy bien lo que el poeta alemán quería decir, pero los versos me parecían hermosos y subyugantes, quizás por el misterio que encerraban para mí, pues como ocurre muchas veces, aquello que no entendemos se nos hace más atractivo, si bien me parecían llenos de verdad.
Muchos años más tarde, gracias a un viaje, entré de lleno en la mitología griega y empecé a leer todo cuanto caía en mis manos sobre el tema y a disfrutar como pocas veces lo he hecho con la literatura. Al mismo tiempo, pude disponer de un planisferio celeste y unas noches tan limpias como hermosas ante mis ojos. Aquellas noches se convirtieron en uno de los viajes más bellos que haya hecho nunca, en este caso, a través de las constelaciones y de la mano de las leyendas a las que están unidas. Fue entonces cuando empecé a darme cuenta de que el cielo nos hablaba, pero lo hacía, y lo hace, en diferentes idiomas. Lenguas que, cuando ejercemos de filólogos, no somos capaces de entender, seguramente, porque la gramática nos lo impide.
En un principio, las sociedades antiguas unieron en una misma esfera el cielo y la religión, es decir, las creencias. El cielo era la casa que habitaban los dioses. Del cielo nos venían tanto los premios como los castigos, lo que debíamos aprender y lo que teníamos que olvidar. Los seres que dominaban el cielo determinaban nuestro destino. Y de ahí surgen las más antiguas narraciones, y es ahí donde se hallan escritas. Así mismo, podemos encontrar en el cielo la primera interpretación de las relaciones que se forjaron entre nosotros, humildes habitantes de la tierra, y los orgullos seres celestiales. Para descubrir ese mundo casi perdido, sólo necesitamos conocer los nombres de las estrellas y de las constelaciones, y un buen libro de mitología. Esa es la primera y más antigua de las lenguas que podemos hallar en los puntos luminosos de la noche.
Algunos de esos relatos podéis encontrarlos en este mismo blog si entráis en el apartado de Mitología y constelaciones. Pero si lo que queréis es leer un buen libro, aquí tenéis dos:
Feliz lectura y feliz observación del cielo.
jueves, 18 de abril de 2013
HEINRICH HEINE, 1
sábado, 8 de septiembre de 2018
MARINA TSVETÁIEVA, NOTA (AUTO)BIOGRÁFICA
Se trata de una antología publicada por Rubiños en 1994, y tiene la particularidad de que en las páginas 7, 8 y 9 recoge unos párrafos redactados por la propia autora a manera de nota autobiográfica. Tienen cierto encanto infantil y una medida espontaneidad que dotan al texto de un gran atractivo. Recojo algunos párrafos en esta entrada, aunque podéis encontrar el documento completo haciendo clic aquí.
(...)
Influencias principales: de mi madre (música, naturaleza, poesía, Alemania, Pasión por el hebreo. Uno contra todos. Heroica). Más oculta, pero no menos fuerte, es la influencia de mi padre (pasión por el trabajo, falta de arribismo, sencillez, introversión). Doble influencia de mi padre y de mi madre: lo espartano. Dos "leitmotivs" en mi casa: la Música y el Museo. Atmósfera de mi casa ni burguesa, ni intelectual... sino caballeresca. Vida de elevada armonía.
(...)
Primer encuentro con la Revolución: entre 1902-1903 (inmigrantes), el segundo entre 1905-1906 (Yalta, socialistas-revolucionarios). Tercero no hubo.
Sucesión de libros preferidos (cada uno en su época): Sirena (primera infancia), Gauf-Lichtenstein (adolescencia), Aiglon de Rostand (primera juventud). Más tarde y hasta ahora: Heine-Goethe-Hölderlin. Prosistas rusos... hablo desde el día de hoy... Leskov y Aksakov. De mis contemporáneos... Pasternak. Poetas rusos... Derzhavin y Nekrasov. De mis contemporáneos... Pasternak.
(...)
Libros preferidos de todo el mundo, con los que me quemarán: "Nibelungos", "Ilíada", "Cantar del Regimiento de Igor".
(...)
No conozco influencias literarias, conozco las humanas.
(...)
No he pertenecido ni pertenezco a ningún movimiento poético ni político.
(...)
Completa indiferencia ante la vida social, el teatro, las artes visuales y plásticas.
Mi sentido de la propiedad se limita a mis hijos y a mis cuadernos.
Si tuviera un escudo, grabaría en él: "Ne daigne". (No hagas daño).
La vida... una estación, pronto me iré, adónde... no lo diré.
domingo, 3 de enero de 2021
SCHUBERT, SERENETA
Esta es una de las piezas más bellas y populares creadas por el genial vienés. Forma parte de la colección póstuma de lieder que lleva por título El canto del cisne. El título lo decidió el editor, en la creencia de que esos lieder eran algo así como el testamento musical de Schubert. Fueron, efectivamente, sus últimas composiciones antes de morir a la temprana edad de 31 años.
STÄNDCHEN Leise flehen meine Lieder Durch die Nacht zu dir;
In den stillen Hain hernieder, Liebchen, komm zu mir!
Flüsternd schlanke Wipfel rauschen In des Mondes Licht,
Des Verräters feindlich Lauschen Fürchte, Holde, nicht.
Hörst die Nachtigallen schlagen? Ach, sie flehen dich!
Mit der Töne süßen Klagen Flehen sie für mich.
Sie verstehn des Busens Sehnen, Kennen Liebesschmerz,
Rühren mit den Silbertönen Jedes weiche Herz. Laß auch dir die Brust bewegen, Liebchen, höre mich, Bebend harr' ich dir entgegen!
Komm, beglücke mich!
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SERENATA Suavemente te suplico con mis canciones a través de la noche;
Aquí, abajo, en la tranquila arboleda, ¡Amada, ven a mi lado!
Murmurantes, las esbeltas copas susurran A la luz de la luna,
Del acecho hostil del traidor No temas, tú, amada.
¿Oyes gorjear a los ruiseñores? ¡Ay! Ellos te suplican,
Con el sonido de dulces quejas Suplican por mí.
Comprenden el anhelo de mi pecho, Conocen el dolor del amor,
Conmueven con sus argénticos sonidos A todo tierno corazón. Deja también conmoverse tu pecho, Amada, escúchame; ¡Trémulo aguardo el encuentro!
¡Ven, hazme feliz!
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lunes, 30 de enero de 2023
SUBIR AL ORIGEN. Antología comentada de poesía occidental no hispánica (1800-1941)
Editorial |
-La sonrisa de un delfín (Heracles y Nosotros, 1991),
-Animal de compañía (Nómadas, 1998),
-Aún por recorrer (Magua, 2004),
-La vieja munición (Idea, 2005),
-el círculo y la piedra (Trea, 2006),
-gramos (Trea, 2010).
Todos ellos son poemarios. Este último, en cambio, es una antología que tiene un fuerte carácter didáctico (o si lo preferís, divulgativo), pues al mismo tiempo que ofrece una selección de textos de la época de la que se ocupa, realiza una introducción de carácter general sobre las características más sobresalientes de ese período histórico, así como otra individual para que ayudar a colocar los textos personales dentro del paorama de la época o de la tendencia en la que se inscriben y a la que aportan nuevos elementos estilísticos y poéticos. Sabido es que toda expresión creativa de alguna relevancia tiene su origen en una tradición sobre la que se construye y a la que, a su vez, modifica.
Además del recorrido que hace —Wordsworth, Novalis, Leopardi, Keats, Baudelaire, Verlaine, Rimbaud, Whitman, Dickinson, Mallarmé, Rilke, Yeats, Cavafis, Apollinaire, Pessoa, Eliot, Saint-John Perse, Stevens, Eluard, Montale, Benn, Ajmátova— y que no tiene ninguna intención de convertirlo en canónico, ofrece otro itinerario posible para recorrer lo que fue la poesía occidental no hispánica durante ese crucial siglo y medio. En este caso sin selección de textos, pero sí con comentarios precisos y relevantes que ayudan a quien se quiera iniciar en la otra lectura de esa misma tradición occidental y tener así una panorámica más completa —Hölderlin, Heine, Coleridge, Byron, Shelley, Blake, Nerval, Hopkins, Laforgue, Poe, Pound, W. C. Williams, Moore, Frost, Crane, Valéry, Ungaretti, Trakl, Mayakovski, Breton, Tzara, Tsvetáieva—.
Y por si todo esto resultara poco, cada poeta antologado se cierra con un apartado que Castrillón titula como Homenaje en la poesía hispánica. Aquí se recoge un brevísimo comentario sobre la incidencia que ha tenido en la poesía escrita en castellano más un poema que algún poeta ha escrito a manera de homenaje o que ha surgido por la influencia que el poeta antologado ha ejercido en el autor de escritura hispana.
Una antología especialmente recomendable para quienes deseen tener una visión panorámica inicial acerca de la poesía que se practicaba durante ese período.
PS: No transcribo ningún texto porque en este mismo blog podéis encontrar muchos poemas de la casi totalidad de los autores recogidos o citados en la antología.
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