jueves, 22 de octubre de 2020

FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE MEDELLÍN

 


El Festival Internacional de Poesía de Medellín es el acontecimiento poético más grandioso de cuantos eventos poéticos se celebran en el mundo. Este año, debido a la pandemia, se ha celebrado de manera telemática entre el 1 de agosto y el 10 de octubre. Pero a quienes no podemos acudir a Colombia, ni este ni otros años, siempre nos queda el consuelo de poder disponer de una muestra importante de las palabras que poetas de todos los continentes, y casi de todos los países del mundo, dejan en Medellín, porque la organización tiene una magnífica página donde quedan recogidos buena parte de los contenidos del mismo. Para que os hagáis una idea —pero que esto no sea excusa para que dejéis de visitar la página oficial—, aquí están solamente los contenido que aparecen en la página de inicio. 

                                               

miércoles, 21 de octubre de 2020

SI ESTO ES VERDAD, ALGUIEN DEBERÍA DAR EXPLICACIONES

 


Y este es el texto con el que Greenpeace acompaña el vídeo:



Ecoembes no es lo que parece. Ha llegado el momento de que todo el mundo lo sepa.

Ecoembes se vende como una organización que cuida el medioambiente a través del reciclaje de envases. Pero, como demostramos en nuestra última investigación, Ecoembes está mintiendo.

Dicen que reciclan el 75% de los envases de plástico, pero la realidad es que solo se está reciclando el 25%. El resto acaba enterrado en vertederos, incinerado o en países con menos recursos.

Pero, ¿qué se puede esperar de una organización que está formada por las principales empresas contaminantes del mercado? Mercadona, Nestlé, Carrefour, Pescanova, Coca Cola o Bimbo son solo algunos de los nombres que hay detrás de Ecoembes.

Es el momento de quitarles la careta. Y tú puedes ayudarnos a conseguirlo.


Si esto es así, parece evidente que los Ayuntamientos deberían empezar a dar explicaciones, pedir disculpas y cambiar la gestión de los residuos plásticos.

POETAS DE GRECIA Y ROMA

Editorial
Ocurre muchas veces que no nos atrevemos a leer a los clásicos porque están ya muy lejos de nosotros, porque creemos que nos vamos a aburrir o porque pensamos que no vamos a entenderlos. Poetas de Grecia y Roma es una magnífica oportunidad para una primera aproximación, es un auténtico regalo para quien todavía no conozca esos textos esenciales que han fertilizado toda la poesía occidental.

Esteban Torre, escritor, investigador y catedrático emérito de la Universidad de Sevilla, se ha encargado de seleccionar y traducir 40 poemas, solo 40 poemas, de siete poetas griegos y siete latinos: Homero, Hesíodo, Safo, Píndaro, Sófocles, Teócrito, el pseudo-Anacreonte, Catulo, Virgilio, Horacio, Tibulo, Propercio, Ovidio y el pseudo-Ausonio. Una especie de antología mínima y esencial de esos textos que ninguna persona medianamente culta debería desconocer. 

Además, todos y cada uno de los autores vienen introducidos por una presentación muy eficaz; breve, pero intensa. De esas que despiertan las ganas de saber más. Se cierra el volumen con un glosario onomástico y mitológico que puede servir de ayuda ante cualquier dificultad que surja durante de la lectura.

Pero si eres de esas personas que conoces bien la poesía clásica greco-latina, esta antología también es un hermoso regalo por la traducción actual y elegante, por la selección verdaderamente acertada y porque es una edición muy cuidada, como si se tratara de cualquier otro libro de poesía actual. Una forma de tener a mano esos textos que solemos consultar muy a menudo, sin el envoltorio de la edición erudita.

Os dejo el último poema de la selección:


COLLIGE, VIRGO, ROSAS

                       De rosis nascentibus


Era la primavera

y, en el amanecer azafranado,

el día respiraba con dulzura

tras un frío punzante.


Una atrevida brisa 
se adelantaba al carro de la Aurora, 
queriendo anticipar 
el caluroso día. 

Vagaba yo por las cruzadas sendas 
de los regados huertos, 
deseoso de vida, 
en las horas primeras. 

Vi la escarcha cuajada, 
colgando de las hierbas que se inclinan, 
o reposando encima 
de las erguidas plantas, 
y las redondas gotas 
jugueteando en una abierta col.

Y vi las rosaledas, 
que disfrutaban del primor de Pesto, 
cubiertas de rocío, 
al renacer la estrella mañanera. 

Alguna blanca perla, 
sobre los escarchados matorrales, 
se desvanecería 
con los primeros rayos de la Aurora. 

No podría saberse 
si es la Aurora quien roba su rubor 
o se lo da a las rosas,
el día con su luz tiñe las flores.

Hay un solo rocío, 
sólo un color, una mañana sólo.
Para estrellas y flores, 
hay una dueña solamente: Venus. 

Quizá también es una su fragancia: 
si aquélla por el aire 
se derrama en los cielos, 
la otra se respira más cercana. 

Diosa común de estrellas y de flores, 
tú, la Reina de Pafos, 
dispones que sus ropas 
estén teñidas con los mismos tonos. 

Era el momento justo. 
Los nacientes capullos de las flores 
se estaban dividiendo 
en segmentos iguales. 

Una está cobijada 
por la cubierta de sus verdes hojas, 
en otra se perfilan 
tenues contornos de la roja púrpura. 

Ésta entreabre las altivas cumbres 
del capitel primero, 
liberando la punta 
de su cabeza grana. 

Aquella desplegaba ya sus velos 
unidos en lo alto, 
pensando en numerarlos 
como sus propias hojas. 

Y entonces, de repente, 
se abrió la gloria del radiante cáliz, 
luciendo claramente 
sus densos granos de azafrán oculto. 

Otra, que rutilaba 
con todo el fuego de su cabellera, 
abandonada por sus mustios pétalos, 
palidece al instante. 

Yo me maravillaba 
de la rapiña del huidizo tiempo, 
viendo que, cuando nacen, 
ya envejecen las rosas. 

He aquí que, mientras hablo, 
se derrumba la roja cabellera 
de la flor rutilante, 
y es la tierra quien brilla con su púrpura. 

Tantas figuras, tantos nacimientos, 
tantos cambios de forma 
en un día comienzan, 
y en ese día acaban. 


Siento, Naturaleza, 
que hayan de ser tan breves tus favores: 
enseñas tu regalo, 
para quitarlo ante los mismos ojos. 

La duración de un día tiene apenas 
la vida de las rosas: 
la juventud y la vejez se unen, 
en instantes fugaces. 

A la que vio nacer una mañana 
la Aurora reluciente, 
al caer de la tarde 
la contempla marchita.

Pero no importa: si en tan corto plazo 
debe morir la rosa, 
prolongará su vida 
con los nuevos retoños. 

Muchacha, coge rosas, 
fresca tu juventud, fresca la flor; 
y piensa que tus años 
son también fugitivos.

***
PS: El libro lo publicaron en 1998 el CSIC y la Universidad de Huelva bajo el título de  La poesía de Grecia y Roma. Ejemplos y modelos de la cultura literariaLo podéis descargar, la propia universidad lo ha colocado en el Repositorio Arias montano. Así podréis ver la importancia que tiene la disposición del verso. Aunque parezca una cuestión baladí, no es lo mismo leer un poema donde las palabras respiran y el verso se hace natural, que un poema en el que las palabras se amontonan y el significado difícilmente establece relaciones con el significante.

martes, 20 de octubre de 2020

POETIKA 2020: JULIA PIERA

Este jueves, 22 de octubre, a las 19:30, tendrá lugar la segunda sesión de la temporada de otoño del ciclo de Poetika 2020. Como siempre, en el salón de actos del Koldo Mitxelena. Julia Piera es la poeta invitada. De realizar la introducción a su obra se encargará Itziar Mínguez. El acompañamiento musical lo pondrá Beñat Olano y su violín. El maestro de ceremonias, José Luis Padrón.

La obra de Julia Piera incluye los siguientes títulos: 

Al vértice de la arena, 2003.

Como adelanto de su voz y su lectura, aquí la tenéis en una presentación realizada en Valladolid en 2012. Sentada a su izquierda se puede ver a la también poeta Amalia Iglesias.



***

Para asistir es necesario inscribirse:
943 11 28 93 (de 08:30 a 14:30)




lunes, 19 de octubre de 2020

CASA DEL LIBRO RECOMIENDA

 




Desde que en 2016 se designara el Día de las Escritoras, se viene dando el reto de #LeoAutoras en el mes de octubre en plataformas como Twitter. Aprovechándolo desde Casa del Libro queremos recomendaros a Almudena Grandes.

Escritora, historiadora, columnista y colaboradora habitual de radio, esta fantástica mujer nos ha vuelto a sorprender con su última obra, La madre de Frankensteinque forma parte de sus "Episodios de una guerra interminable".

En él, con la España franquista como telón de fondo, nos encontramos con el famoso personaje histórico de Aurora Rodríguez Carballeira. Tan controvertida como interesante, en este libro profundizamos en la figura de esta mujer parricida paranoica, inteligente y culta; que fue ingresada de por vida en una clínica de salud mental, condena por el asesinato de su propia hija superdotada.

No obstante, no lo haremos en primera persona, sino a través de Germán, un joven psiquiatra madrileño recién llegado de Suiza, que verá su vida enlazada irremediablemente a la de esta mujer en el manicomio de Ciempozuelos junto con la de la auxiliar de enfermería, María, que ha vivido y crecido en dicho centro.

Viviremos el amor-odio y la fascinación de Germán por Aurora y su amor por María en esa España marcada por el odio, el miedo, la represión y una Iglesia con exceso de poder que complicará todo.

Al formar parte de la saga de los “Episodios de una guerra interminable”, nos reencontraremos con personajes de otros de sus libros como Los pacientes del doctor García, pese a que se puede leer de forma individual. Sin duda, una de sus mejores obras.



Sandra García



LAS NOVELAS EJEMPLARES, 3, (Rinconete y Cortadillo)



En la venta del Molinillo, que está puesta en los fines de los famosos campos de Alcudia, como vamos de Castilla a la Andalucía, un día de los calurosos del verano se hallaron en ella acaso dos muchachos de hasta edad de catorce a quince años: el uno ni el otro no pasaban de diez y siete; ambos de buena gracia, pero muy descosidos, rotos y maltratados. Capa, no la tenían; los calzones eran de lienzo, y las medias, de carne. Bien es verdad que lo enmendaban los zapatos, porque los del uno eran alpargates, tan traídos como llevados; y los del otro, picados y sin suelas, de manera que más le servían de cormas que de zapatos.

Estas son las líneas con las que da comienzo una de las Novelas Ejemplares más interesantes y mejor escritas de cuantas componen la colección. Tanto es así que J. L. Alborg afirmaba que de no haber escrito el Quijote, (Cervantes) tendría un especial puesto de honor en nuestras letras, tan solo como autor del Rinconete y Cortadillo. Y es que esta narración corta nos presenta una cohorte de ladrones, maleantes varios y mafiosillos de todo pelaje con tal gracia, humor y realismo alejado de toda moralina y sin el fatigoso pesimismo de la típica novela picaresca, que es fácil sucumbir a sus encantos.

Menéndez Pelayo lo decía mejor que yo: Corre por las páginas de Rinconete una intensa alegría, un regocijo luminoso, una especie de indulgencia estética que depura todo lo que hay de feo y de criminal en el modelo, y sin mengua de la moral, lo convierte en espectáculo divertido y chistoso (Cultura literaria de Miguel de Cervantes).


Verdaderamente la sátira de Rinconete va mucho más lejos de Monipodio y sus "cofrades". La sátira y la denuncia recae sobre la sociedad que permite y se vale de los matones que contrata, sobre la justicia corrupta que se beneficia de la actividad de los ladrones, sobre toda la hipocresía que supone dictar unas normas para que la cumpla una parte de la sociedad mientras otra parte se beneficia de su incumplimiento. Ahí está la actualidad y la grandeza de este relato que nunca juzga, solo expone.

Manuel Picazo dirigió esta adaptación en 1971 para TVE:

domingo, 18 de octubre de 2020

HORACIO Y OMAR JAYAM

 Menéndez Pelayo con su Horacio en España (1885) dejó un soberbio y grandioso estudio sobre la influencia de Horacio en la literatura española. Gilbert Highet, medio siglo después, realizó otra proeza cuando en 1949 dió a los estudios clásicos su no menos impresionante y provechoso La tradición clásica. Gracias a ellos, aunque no solo a ellos, sabemos de la larga y rica influencia de la obra horaciana en la literatura posterior. Pero estamos hablando de literatura occidental, es decir, literatura que se ha creado a partir de la literatura greco-latina. 

Lo que sí resulta verdaderamente sorprendente es el caso del poeta persa Omar Jayam (1048-1131). ¿Conocía la obra de Horacio? ¿La había leído? El latinista Vicente Cristóbal —haciéndose eco de un artículo de H. E. Mierow, que no acaba de aportar datos fehacientes sobre el tema— se pregunta si esa notoria coincidencia en el tratamiento del carpe diem y el locus amoenus se debió, acaso, a la influencia que la obra de Horacio pudo haber tenido sobre Jayam. 

No voy a recoger todos los ejemplos que Cristóbal cita —siempre a partir de la traducción de Christovam de Camargo, Losada, 1967—. Creo que estos dos son  suficiente muestra para dejar constancia, cuando menos, de la coincidencia del tratamiento y las imágenes:

La número 7:

Contempla
la caravana de la vejez,
ve cómo galopa,
¡observa
ese ritmo espantoso!
¡Compañero!
¡Aprovecha
esos instantes fugaces
para hundirte
en las delicias de la vida,
para desvanecerte
en las delicias del amor!
En cuanto a ti,
siervo,
¿por qué vives cavilando,
por qué te atemoriza
la problemática resurrección
anunciada
para un cierto día del mañana?
Trae la copa,
pues la noche
pronto
llegará a su fin...


La número 60:

¡Querida de mi alma
tienes la suavidad
de un resplandor de luna!

¡Toma el cántaro de vino,
empuña la copa
y ve al jardín verdeante
a esparcirte
junto al río murmurante!


El mundo burila diariamente,
con aterciopelados regazos
de mujeres fascinantes,

copas y cántaros,
¡cien y mil veces!

Dice el profesor, traductor y latinista que casi infiintas son las muestras del carpe diem, formuladas en cercanía de imágenes con las de Horacio. Sería interesante que algún trabajo futuro arrojara luz sobre esta coincidencia.

sábado, 17 de octubre de 2020

HAITZAREN GIBELETIK, ZIGOR GARCÍA

 

 Del 24 de septiembre al 13 de diciembre.

Para quien no conozca las fascinantes formas geológicas con que las rocas pueden presentarse en la costa del Jaizkibel esta exposición puede ser un motivo para acercarse a conocerlas, además, claro está, de un elemento de disfrute estético de primer orden gracias al trabajo de creación de Zigor García

Yo, que me siento poco atraído por la cerámica, debo reconocer que esta exposición —pequeñita, humana, coqueta— me ha dejado entusiasmado. Es como pasear por el interior de las piedras, como volver a sentir la poesía de las formas, y sí, cuesta mucho no dejarse llevar por las ganas y ponerse a tocar, tocarlo todo, reconocer el tacto de la tierra en cada una de sus formas y texturas.








Explica Zigor García que el nombre de la exposición, Haitzaren gibeletik, parece que proviene del nombre del monte Jaizkibel, de su contracción, y significa la parte de detrás de la peña, o el monte detrás de la roca. Literalmente significa del hígado de la roca, es decir, del interior, del corazón de la roca. Y eso es lo que nos pone delante de la vista García con su interpretación plástica de las formas geológicas, la parte más subjetiva y hermosa de la tierra.

Si podéis, no os la perdáis. La cerámica más apegada a la tierra estará hasta el 13 de diciembre en el Centro de Recursos Medioambientales de Cristina Enea. También existe la posibilidad de realizar visitas guiadas con el artista. Por cierto, os toman la temperatura al entrar. 

Y si te decides a descubrir las formaciones geológicas, algunas  tan curiosas como la paramoudra, la que tiene forma esférica, este libro —incluye mapa— te servirá de gran ayuda:



viernes, 16 de octubre de 2020

MÁS "PEQUEÑOS MONTONCITOS DE HUMILDAD"

Katedrála Krista Spasitele, Šuši
Fuente: Wikipedia.



Esta es la catedral de
Ghazanchetsots en Şuşa, Azerbaiyán. A consecuencia de la guerra entre Armenia y Azerbaiyán la iglesia sufrió daños considerables:


No entro en quién o cómo bombardeó. No lo sé. Las guerras son lo que son: un cúmulo de odio que estalla y destruye cuanto toca. Y si me ponen en la obligación de tener que elegir entre una persona y un monumento, por muy importante que sea, elegiré siempre que se salve la persona. 

Pero no es eso lo que quiero anotar, sino este pequeño montoncito de humildad (ver debajo): el que puso Sevak Avanesyan, violonchelista de la Orquesta Filarmónica de Bélgica, de ascendencia armenia, y que el pasado 12 de octubre se puso a tocar en medio de los escombros la obra Krunk, del compositor Komitas Vardapet

Menos mal que todavía queda mucho tacto en las manos vacías de algunas personas. El arte, a veces, nos salva y nos consuela.

jueves, 15 de octubre de 2020

PEQUEÑOS MONTONCITOS DE HUMILDAD

Wolfgang Laib en Chicago.Instalación de polen y arroz. 


Mientras los clarines del ruido 
y la arrogancia
se disputan a lo lejos el espacio,
mientras hombres armados 
de argumentos 
impregnados de espinas
compiten por llegar más alto,
mientras los enloquecidos
brazos 
de la acción
pelean por ver quién da
más fuerte,

alguien pasa en silencio
y deja un pan 
al lado del hambre,
otro mira el mar y se sorprende,
algunos más comprueban sus manos vacías
y se conmueven al advertir
cuánto tacto aún permanece en ellas.

Este poema lo escribí el 18 de marzo de 2015. La idea me la ofreció la imagen del artista Wolfgang Laib montando sus instalaciones artísticas. Hoy lo he grabado y lo he colocado aquí. Forma parte de esta presentación particular y sin contactos a que nos castiga la pandemia. Si te gusta, mándaselo a tus amistades. 



La librería más próxima a tu casa.

miércoles, 14 de octubre de 2020

ELIZABETH BISHOP, EL PEZ

Vaso Roto publicó hace cuatro años la Poesía completa de Elizabeth Bishop  (1911-1979). La presentación de la obra y la traducción corrieron a cargo de Jeannette L. Clariond, alumna del eminente crítico Harold Bloom

La edición, como siempre en Vaso Roto, está muy bien cuidada y, como ya he dicho en otras ocasiones, es un lujo disponer en un tomo de la obra completa de quien sea. De las virtudes de Bishop como poeta habla todo el siglo XX y gente tan sabia en temas poéticos como Octavio Paz o R. Lowell. Yo lo que quiero destacar es la aguda mirada de su traductora, que ha compuesto un prólogo bellísimo y lleno de claridad e inteligencia. 

Comparto con ella la opinión de que "El pez" es un extraordinario poema, uno de esos que en una primera lectura tal vez no acabemos de apreciar en toda su profundidad; pero solo necesitamos volver a él, una o más veces, e ir  descubriendo que se trata de un texto muy rico en su forma y en sus significados, tanto como para no querer abandonarlo. 

EL PEZ

Atrapé un enorme pez, 
y lo sostuve en el costado de la barca,
la mitad fuera del agua, con mi anzuelo
enganchado en la comisura de su boca. 
No luchó.
No lo habría hecho de cualquier modo.
Todo él era un peso resoplando,
abatido y honorable
y modesto. Su parda piel 
colgaba en tiras por todas partes
como un empapelado antiguo,
y su diseño en marrón más oscuro
parecía un empapelado:
formas de rosas plenamente florecidas
manchadas y perdidas en el tiempo. 
Estaba salpicado de percebes,
e infestado
de pequeños blancos piojos de mar,
y debajo, colgándole, dos o tres
tiras de alga verde.
Al inhalar sus branquias 
el terrible oxígeno 
—las aterradoras branquias,
Frescas y crispadas de sangre,
capaces de cortar tan gravemente—
pensé en la 
blanca carne áspera
compactada como plumas,
las espinas grandes y las pequeñas,
los dramáticos rojos y  negros
de sus brillantes vísceras.
y la rosada vejiga natatoria
como una enorme peonía.
Lo miré a los ojos 
bastante más grandes que los míos,
pero menos profundos y amarillentos,
los iris forrados y embutidos
en papel de estaño deslustrado
vistos a través de las lentes 
de la vieja rayada gelatina.
Se movieron un poco, pero no
me devolvieron la mirada:
era más bien como una inclinación
de un objeto hacia la luz.
Admiré su rostro taciturno,
el mecanismo de su quijada,
y entonces vi
que de su labio inferior
—si pudiera llamarse labio—
triste, mojado, como un arma,
colgaban cinco trozos viejos de sedal,
o cuatro y un alambre
con el emerillón aún amarrado,
los cinco 
anzuelos grandes 
bien afianzados a la boca.
Un sedal verde, raído en el extremo
donde lo había roto, dos sedales más pesados
y un fino hilo negro
aún rizado por el esfuerzo y el chasquido
cuando se rompió y escapó.
Como medallas con cintas
deshilachadas y vacilantes,
una barba de cinco pelos de sabiduría,
colgaban de su quijada dolorida.
Lo miré y lo miré
y la victoria colmó
la pequeña barca de alquiler,
desde un charco de sentina
donde el aceite formaba un arcoíris
alrededor del motor herrumbroso,
hasta el oxidado naranja del balde,
las bancadas agrietadas por el sol,
los escálamos en sus toletes,
las regalas...  ¡hasta que todo
fue arcoíris, arcoíris, arcoíris!
Y dejé escapar al pez.


Toda una lección de amor a la naturaleza y un singular esfuerzo por hacernos ver que alcanzamos la belleza cuando realmente somos capaces de comprender el valor que la vida tiene en todas sus formas.

Podéis encontrar un antologías de su poesía en Visor, en Random House, en Igitur y en Lumen.