martes, 21 de enero de 2025

UNAMUNO Y CAVAFIS, el mismo punto de partida, diferente el de llegada

Desde hace mucho tiempo, por lo menos desde el siglo XIX, es costumbre extendida realizar poesía a partir de poemas escritos con anterioridad, muy especialmente clásicos. Son textos que se utilizan como punto de partida para nuevas reflexiones en torno a un tema dado o para incidir en análisis diferentes de la realidad o, simplemente, como elemento de inspiración que sugiere nuevas ideas y perspectivas. 

Es curiosa la coincidencia de dos poetas coetáneos (Unamuno, 29 de septiembre de 1864; Cavafis, 29 de abril de 1863) al recurrir a los mismos versos de la misma obra, Divina comedia, para escribir sus composiciones.

El pasaje que toman pertenece al Canto III del "Infierno". El terceto aludido es este:

Y tras haber reconocido a alguno,
vi y reconocí la sombra del que hizo
por cobardía aquella gran renuncia 
(Traducción: Luis Martínez de Merlo. El destacado es mío.)

Dante parece que se está refiriendo a Celestino V, eremita con gran fama de santo en aquella época, quien por eso mismo fue elegido papa y que renunció seis meses después por no considerarse digno para la tarea. Se decía que había sido el siguiente papa, Bonifacio VIII, quien había provocado la renuncia de Celestino V, asustándole con voces nocturnas, para hacerse con el cargo. También conviene recordar aquí el enfrentamiento entre Dante y Bonifacio, güelfo uno y gibelino el otro .

El verso le sirve al poeta bilbaíno para escribir este soneto:

LA GRAN REHUSA


                                     Vidi e conobbi l'ombra di colui
                                     che fece per viltate il gran rifiuto.

                           Dante. Inferno III. 59-60.



Al abrigo de la cogulla

con que te encubres el altivo ceño

se incuba libre el ambicioso ensueño

que soledad con su silencio arrulla.

Del mundo huyendo la inocente bulla,

vuela adusto tu espíritu aguileño

en torno, no del sacrosanto leño

que con su yugo al corazón magulla,

sino del solio. Aunque la plaza huiste

la plaza llevas dentro y es la musa

con que Satán te pone el alma triste,

la que te dio la vocación confusa

por la que adiós a tu familia diste,

que no, cobarde, harás la gran rehusa.




A Cavafis, en cambio, le inspira la siguiente reflexión:


A ciertas personas llega un día

en que deben decir el gran Sí o el gran No.

Pronto aparece quien dentro lleva

presto el Sí, y diciéndolo prosigue




adelante en su honor y propia convicción.

Quien dijo No, no se arrepiente. Si de nuevo le preguntaran,

diría no otra vez. Pero ese No —legítimo—

para toda su vida lo avasalla.

(Traducción: Pedro Bádenas de la Peña)


Podríamos ahora reflexionar en torno a cuál de las dos perspectivas es más universal y cuál más restrictiva y personal. Cuál de ellas ofrece un campo más amplio para el pensamiento o cuál resulta más intimista. En definitiva, cuál de las dos se muestra más actual y más fructífera en sus implicaciones. 

Os dejo esa tarea.

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