La casualidad ha querido que hoy, 22 de diciembre, se cumpla el 150º aniversario del nacimiento de este músico austrohúngaro, lo que merece una obra de entidad y longitud importante como es esta 4ª sinfonía, que termina dedicándosela a la memoria de su hija, quien desgraciadamente había fallecido cuatro años antes. Es por eso que fue inscrita como Requiem por mi hija.
La crítica suele decir que esta es la sinfonía de mayor calidad de las cuatro que escribió. Se suele interpretar de manera continua como si tuviera un solo movimiento, aunque se pueden identificar fácilmente los cuatro movimientos de la sinfonía clásica.
Interpreta: Orquesta sinfónica de la WDR de Colonia.
Dirige: Manfred Honeck.
Que la música y la nueva estación os sean favorables.
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