Traducción: |
Un ejemplo:
OPINIÓN SOBRE LA PORNOGRAFÍA
No hay mayor lujuria que el pensar.
Se propaga este escarce como la mala hierba
en el surco destinado para las margaritas.
No hay nada sagrado para aquellos que piensan.
Es insolente llamar a las cosas por su nombre,
los viciosos análisis, las síntesis lascivas,
la persecución salvaje y perversa de un hecho desnudo,
el manoseo obsceno de delicados temas,
los roces al expresar opiniones: música celestial en sus oídos.
A plena luz del día o al amparo de la noche
se unen en parejas, triángulos y círculos.
Aquí cualquiera puede ser el sexo y la edad de los que juegan.
Les brillan los ojos, les arden las mejillas.
El amigo corrompe al amigo.
Degeneradas hijas pervierten a su padre.
Un hermano chulea a su hermana menor.
Otros son los frutos que desean
del prohibido árbol del conocimiento,
y no las rosadas nalgas de las revistas ilustradas,
pornografía esa tan ingenua en el fondo.
Les divierten libros que no están ilustrados.
Sólo son más amenos por frases especiales
marcadas con la uña o con un lápiz.
¡Qué horror, en qué posturas,
con qué indecente sencillez
logra una mente fecundar a otra!
Posturas que ignora el Kamasutra.
Durante esas citas, apenas si es el té lo que calienta.
La gente, en las sillas, mueve los labios.
coloca sin ayuda pierna sobre pierna.
Un pie, de esa manera, se apoyará en el suelo,
y el otro libremente se mecerá en el aire.
En ocasiones alguien se levanta,
se acerca a la ventana
y a través de la raja que dejan las cortinas
espía la calle.
No hay mayor lujuria que el pensar.
Se propaga este escarce como la mala hierba
en el surco destinado para las margaritas.
No hay nada sagrado para aquellos que piensan.
Es insolente llamar a las cosas por su nombre,
los viciosos análisis, las síntesis lascivas,
la persecución salvaje y perversa de un hecho desnudo,
el manoseo obsceno de delicados temas,
los roces al expresar opiniones: música celestial en sus oídos.
A plena luz del día o al amparo de la noche
se unen en parejas, triángulos y círculos.
Aquí cualquiera puede ser el sexo y la edad de los que juegan.
Les brillan los ojos, les arden las mejillas.
El amigo corrompe al amigo.
Degeneradas hijas pervierten a su padre.
Un hermano chulea a su hermana menor.
Otros son los frutos que desean
del prohibido árbol del conocimiento,
y no las rosadas nalgas de las revistas ilustradas,
pornografía esa tan ingenua en el fondo.
Les divierten libros que no están ilustrados.
Sólo son más amenos por frases especiales
marcadas con la uña o con un lápiz.
¡Qué horror, en qué posturas,
con qué indecente sencillez
logra una mente fecundar a otra!
Posturas que ignora el Kamasutra.
Durante esas citas, apenas si es el té lo que calienta.
La gente, en las sillas, mueve los labios.
coloca sin ayuda pierna sobre pierna.
Un pie, de esa manera, se apoyará en el suelo,
y el otro libremente se mecerá en el aire.
En ocasiones alguien se levanta,
se acerca a la ventana
y a través de la raja que dejan las cortinas
espía la calle.
No es necesario poner mucha atención para darnos cuenta de que el recurso principal con el que juega Szymborska es la ironía, y lo hace con grandes dosis de humor, pero el tema del que está hablando no es la pornografía. En el poema subyace un magnífica ejemplificación del eudemonismo aristotélico. Permitidme que exponga, aunque sea muy brevemente la cuestión.
Aristóteles nos recuerda en su Ética a Nicómaco que el ser humano es feliz cuando desarrolla del modo más perfecto posible su esencia y su función específica, es decir, cuando se autorrealiza como tal. Eso sí, nos hace falta saber cuál es el rasgo definitorio de un ser humano. Para averiguarlo va analizando cuantas acciones realizamos en busca de aquellas que puedan ser realmente nuestras y solamente nuestras.
Aristóteles nos recuerda en su Ética a Nicómaco que el ser humano es feliz cuando desarrolla del modo más perfecto posible su esencia y su función específica, es decir, cuando se autorrealiza como tal. Eso sí, nos hace falta saber cuál es el rasgo definitorio de un ser humano. Para averiguarlo va analizando cuantas acciones realizamos en busca de aquellas que puedan ser realmente nuestras y solamente nuestras.
Desde luego, los seres humanos realizamos múltiples actividades. Muchas de ellas, como alimentarnos, reproducirnos o crecer, las compartimos con todos los seres vivos, ya sean vegetales o animales, luego esas no son las específicamente nuestras; otras, como la capacidad de movernos, de sentir o de aprender, las compartimos con los animales, luego tampoco son las que buscamos.
Después de una larga indagación, la única actividad humana que encuentra propia y exclusiva de las personas es la capacidad de pensar y razonar. Así que seremos buenas personas y estaremos más cerca de la felicidad cuanto mejor ejerzamos la racionalidad a lo largo de nuestra vida... y no esté, por tanto, dominada por la pornografía, quiero decir por el deseo, por las irracionales pasiones.
Y qué estupendo verso sobre la pasión del conocimiento:
No hay nada sagrado para aquellos que piensan.
Que la felicidad de la poesía y del conocimiento os acompañen.
***
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