Fue precisamente durante una estancia en Londres, a donde acudió para dar un concierto y, según cuenta Miloš Karadaglić, estuvo lloviendo todo el tiempo y se sentía muy deprimido y nostálgico, y entonces escribió esta sencilla pieza, cada una de cuyas notas es una lágrima. Es una obra delicadísima y en ella hay mucho más de lo que se ve en la partitura.
Interpreta: Tatyana Ryzhkova.
Que la música os sea favorable.
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