viernes, 19 de enero de 2024

LAS SÍLABAS Y EL CUERPO, Reiniel Pérez Ventura

Editorial

 Hay títulos muy bien puestos, capaces de expresar el contenido esencial de lo que dentro se nos cuenta. Este de Las sílabas y el cuerpo, es uno de ellos.

Tu cabeza, tu pelo sin ruido,

selva detenida en la redonda caricia de un pensamiento,

cantan a la luz proscrita de mis manos.

Poesía erótica. El cuerpo como texto. Erotismo y escritura se mezclan, se entremezclan. Dos formas de ver el mundo. De iluminarlo. Cuerpo y poesía, dos expresiones del mismo ser que al yo poético le ofrecen protección.

el mundo es un laberinto del que salgo / al entrar en tu cuerpo

Reiniel Pérez Ventura nos ofrece un poemario en el que entremezclan el cuerpo del poema y las palabras del cuerpo, el gozo de la escritura en unos versos brillantes, llenos de buena poesía. Un nombre que anotar para seguirle la pista. 

Si tuviera que decantarme por alguno de los poemas, me quedaría con el VIII. Me parece el más explícito de todos ellos. En cualquier caso, todos son bellísimos.


                             VIII


Macho y hembra las hice: palabras.

Vayan por este poema engendrando

el entrecruzado cuerpo de la belleza.

Tú serás árbol y pondremos en tu ser la rama

y bajará hasta tu nombre la raíz hembra llena de hijos.

Tú, pozo de donde viene 

la sed inocente de las cosas,

la noria devuelve tu cuerpo al día.

Por eso el agua es todas las aguas

y el mar se engendra sombra y cuerpo en la misma palabra.

el espacio es macho pero la nada tiene senos oscuros.

Las palabras sueñan

y en todos los sueños somos sus hijos.

Las palabras se despiertan en las lenguas

como sobre un lecho,

se entrelazan en ti enamorado

y en ti amante que callas todos los nombres.

Vayan por este poema asediando

el cuerpo virgen de las cosas,

vayan por este poema

haciéndose y deshaciéndose,

escondiéndose y volviéndose mudas al comienzo.

Pero el hombre se conformó con domar las cosas,

con detenerlas en sí mismas, 

y las palabras se prostituyeron.

Todo tenía que hablar

para ser reconocido

y lo que callaba se sentaba

al borde del hombre con ojos amenazadores.

Macho y hembra las hice,

destinadas al destierro;

siempre saliendo del paraíso de todas las bocas.


Las sílabas y el cuerpo fue el poemario ganador del XXXV Premio Loewe. Es el primer título publicado por el autor.


***


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