viernes, 8 de marzo de 2024

CAROLINA CORONADO ("Libertad")

En librerías

Para empezar, un documental de Canal Extremadura, escrito y dirigido por Manuel G. Cano:


Para continuar, una aclaración, una sorpresa y un poema:

Carolina Coronado es un personaje sorprendente por su trayectoria vital, por el contenido y significado de su obra (que puede variar de lo más liberal a lo más tradicional) y hasta por sus patologías. Sea como fuere, y como ocurre con todas las obras, el tiempo y las inclinaciones de cada época van decantando qué parte de ellas permanecen y cuáles serán materia de olvido.

También me resulta sorprendente lo poco reproducido que encuentro este poema, comparable como mínimo en importancia por su denuncia a las famosas redondillas que comienzan con "Hombres necios que acusáis" de sor Juana Inés de la Cruz. Y sorprendente me parece la explicación del origen por parte de la catedrática Anna Caballé cuando afirma (minuto 10') que está escrito al hilo de la ley electoral que acaba de aprobarse (poema y ley son de 1846). 

Muy resumidamente: durante el reinado de Isabel II se producen alternancias entre gobiernos moderados y progresistas. El período 1844-54 es de gobiernos moderados y se aprueba la Constitución de 1845 y la ley electoral del 46. Durante todo el siglo XIX el sufragio era censitario, es decir, restringido a propietarios y de un cierto nivel de rentas, lo que quiere decir que no votaban todos los hombres, ni mucho menos (el voto femenino en España es de 1931, puesto en práctica en 1933). Y aquí está la cuestión: Con la ley electoral de 1837 el cuerpo de votantes era de 635.000; con la ley del 46 se redujo a 99.000 (Historia de España, VVAA, Historia 16, p 793) para una población de más de 15.000.000 de habitantes; es decir, quienes podían votar no llegaba ni al 1%. Es imposible que ninguna persona pudiera hablar de lo contentos que estaban mozos y viejos, porque ni mozos ni viejos iban a poder votar, a no ser que fueran más o menos ricos o pertenecieran a la aristocracia. 

El poema tiene un significado e intención mucho mayores que el de ser respuesta puntual a una ley electoral, menos aún a una ley que restringía de manera ostensible la población con derecho a voto con respecto a la anterior. Se trata de una denuncia general sobre un sistema que ponía todo tipo de trabas a la participación de las mujeres en cualquier espacio colectivo fuera del ámbito familiar y que impedía directamente la participación de la mujer en la política. La primera que se produce en la literatura española de este signo

Es cierto que el poema comienza con el regocijo general de la población masculina, pero esa alegría no encuentra ningún fundamento en el año en concreto en que está escrito y en territorio español. Únicamente podemos entenderlo como una manera de expresar rechazo y denuncia ante ciertos avances políticos y sociales que se venían produciendo a lo largo del siglo por toda Europa, pero que no acogían nunca a la población femenina, lo que sirve de elemento de contraste para aumentar el efecto final; esto es, una hipérbole como recurso estilístico. Carolina es consciente de esos avances políticos, pero recuerda que los logros —pocos, muy pocos mirados desde nuestra época— solamente afectaban a una parte más bien escasa de la mitad de la población. 



LIBERTAD

Risueños están los mozos,
gozosos están los viejos
porque dicen, compañeras,
que hay libertad para el pueblo.

Todo es la turba cantares,
los campanarios estruendo,
los balcones luminarias,
y las plazuelas festejos.

Gran novedad en las leyes,
que, os juro que no comprendo,
ocurre cuando a los hombres
en tal regocijo vemos.

Muchos bienes se preparan,
dicen los doctos al reino,
si en ello los hombres ganan
yo, por los hombres, me alegro;

Mas, por nosotras, las hembras,
ni lo aplaudo, ni lo siento,
pues aunque leyes se muden
para nosotras no hay fueros.

¡Libertad! ¿qué nos importa?
¿qué ganamos, qué tendremos?
¿un encierro por tribuna
y una aguja por derecho?

¡Libertad! ¿de qué nos vale
si son los tiranos nuestros
no el yugo de los monarcas,
el yugo de nuestro sexo?

¡Libertad! ¿pues no es sarcasmo
el que nos hacen sangriento
con repetir ese grito
delante de nuestros hierros?

¡Libertad! ¡ay! para el llanto
tuvímosla en todos tiempos;
con los déspotas lloramos,
con tributos lloraremos;

Que, humanos y generosos
estos hombres, como aquellos,
a sancionar nuestras penas
en todo siglo están prestos.

Los mozos están ufanos,
gozosos están los viejos,
igualdad hay en la patria,
libertad hay en el reino.

Pero, os digo, compañeras,
que la ley es sola de ellos,
que las hembras no se cuentan
ni hay Nación para este sexo.

Por eso aunque los escucho
ni me aplaudo ni lo siento;
si pierden ¡Dios se lo pague!
y si ganan ¡buen provecho!


Si a mí se me diera la posibilidad de salvar del paso del tiempo tan solo cinco poemas de la autora, el que aquí he copiado, formado por una sucesión de trece coplas, sería uno de ellos.

Para disfrutar, su poesía toda recogida en Internet Archive.

Para ver, el album de recuerdos del Museo del Romanticismo sobre Carolina coronado y el catálogo de la exposición que la Biblioteca Nacional dedicó a la
poeta extremeña en 2011.


Y para finalizar, Loretta García Montuenga realiza una lectura de los poemas que hoy más no pueden interesar, acompañada de una breve contextualización:



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