miércoles, 10 de enero de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Tennyson)

Editorial
#unlibrounpoema


Las modas son terribles, imponen sus gustos, encumbran a unos y mandan al olvido a otros. 

No voy a entrar en sí la enorme proyección que tuvo Tennyson en la Inglaterra victoriana  se ajustaba a la calidad de la escritura o no. Lo cierto es que en la actualidad es difícil encontrar una persona que le lea o que reconozca alguna bondad o algún interés en su obra poética. Sin duda, las formas de decir y de escribir cambian con el tiempo. También lo hacen los contenidos sobre los que nos gusta leer, debatir, pensar. Ciertamente. Y siendo todo eso así, ¿habrá alguien hoy que no sienta un estremecimiento de emoción, que no reconozca el latido de la verdad y la belleza, que sea incapaz de percibir la intensidad de la expresión poética en estos versos?

                                 VII

Casa oscura, que yo visito una vez más

          en esta calle tan desagradable,

          puertas en las que el corazón solía

tocar, en esperanza de encontrar una mano,


una mano que ya jamás será estrechada,

          contempladme, pues no puedo dormir,

          como un culpable yo me arrastro ahora

temprano en la mañana hacia la puerta.


Él no está aquí; mas lejos sigue el ruido

          de la vida que empieza cada día,

          y horriblemente, en la llovizna dura,

en la gastada calle comienza el día en blanco.



                                      L

Quédate junto a mí cuando mi luz sea poca,

          cuando cruja la sangre y me pinchen los nervios

          y cuando el corazón enfermo se halle,

y las ruedas del Ser vayan más lentas.


Quédate junto a mí cuando al cuerpo sensual

          lo desgarren punzadas que conquistan la fe;

          y el Tiempo sea el maníaco que va esparciendo polvo,

y la Vida, un Dragón que escupe llamas.


Quédate junto a mí cuando mi fe se seque,

          y sean los hombres moscas de antiguas primaveras,

          moscas que crían moscas, y pinchan y bien cantan

y tejen sus celdillas y se mueren.


Quédate junto a mí cuando yo me esté yendo,

          para indicar el término de nuestra lucha humana

          y, en ese borde oscuro de la vida,

todo el atardecer del día eterno.


Cantos VII y L de In memoriam, elegía compuesta en honor de su amigo Arthur Henry Hallam, muerto años antes. La traducción corresponde a José Luis Rey.


***


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