viernes, 4 de agosto de 2023

"AQUÍ MACONDO" DEDICÓ UN PROGRAMA A NERUDA Y SUS CANTORES

AMOR AMÉRICA


Antes de la peluca y la casaca
fueron los ríos, ríos arteriales:
fueron las cordilleras, en cuya onda raída
el cóndor o la nieve parecían inmóviles:
fue la humedad y la espesura, el trueno
sin nombre todavía, las pampas planetarias.

El hombre tierra fue, vasija, párpado
del barro trémulo, forma de la arcilla,
fue cántaro caribe, piedra chibcha,
copa imperial o sílice araucana.
Tierno y sangriento fue, pero en la
empuñadura
de su arma de cristal humedecido,
las iniciales de la tierra estaban
escritas.

Nadie pudo
recordarlas después: el viento
las olvidó, el idioma del agua
fue enterrado, las claves se perdieron
o se inundaron de silencio o sangre.

No se perdió la vida, hermanos pastorales.
Pero como una rosa salvaje
cayó una gota roja en la espesura
y se apagó una lámpara de tierra.

Yo estoy aquí para contar la historia.
Desde la paz del búfalo
hasta las azotadas arenas
de la tierra final, en las espumas
acumuladas de la luz antártica,
y por las madrigueras despeñadas
de la sombría paz venezolana,
te busqué, padre mío,
joven guerrero de tiniebla y cobre
oh tú, planta nupcial, cabellera indomable,
madre caimán, metálica paloma.

Yo, incásico del légamo,
toqué la piedra y dije:
¿Quién
me espera? Y apreté la mano
sobre un puñado de cristal vacío.
Pero anduve entre flores zapotecas
y dulce era la luz como un venado,
y era la sombra como un párpado verde.

Tierra mía sin nombre, sin América,
estambre equinoccial, lanza de púrpura,
tu aroma me trepó por las raíces
hasta la copa que bebía, hasta la más delgada
palabra aún no nacida de mi boca.


Es cierto, la poesía hay que leerla, pero qué hermosa lectura es a veces la que realizan desde el canto y la música quienes se dedican a ello, porque leer, recordémoslo una vez más, no es solamente ese ejercicio solitario y silencioso que realizamos con un libro en nuestras manos delante de los ojos. Hay numerosas formas de lectura y oír la poesía en boca de otras personas puede ser una hermosísima lectura, más aún cuando estas personas saben cantar y aciertan a colocar una apropiada melodía a las palabras de quien las escribió.

En este programa de Aquí Macondo Cristina Ardanza y Roberto Moso nos ofrecen una selección de algunos poemas que han sido cantados por solistas o por grupos durante las últimas décadas. Si os gusta la poesía del gran poeta chileno y la música más o menos popular, este es vuestro programa.


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