jueves, 17 de agosto de 2023

UN POEMA, TRES IDIOMAS

A veces recordamos un nombre no por la obra que ha realizado, sino por una sola sola composición. Eso se da con alguna frecuencia en el mundo de la música —Las Ketchup y Aserejé, Los del Río y Macarena, The Proclaimers y I'm Gonna Be (500 Miles)...—. Una canción, un cuadro, un cuento, una escultura, un simple y breve poema pueden salvar el nombre del olvido, aunque lo que suele ocurrir con mayor frecuencia es que se salve esa pequeña obra y seamos incapaces de recordar quién la hizo. 

Este es el caso de Antoine-Vicent Arnault, de quien La feuille, como decía Teodoro Llorente en esta magnífica antología de poesía francesa de 1906, ha conservado el nombre de este escritor. De hecho, yo tuve conocimiento de su existencia por este ya abarquillado ejemplar que ha sido capaz de superar todo tipo de adversidades antes de llegar a mis manos, incluso salió con vida de la cárcel franquista de Carabanchel.

En fin, este es el poema:  


LA FEUILLE


De ta tige détachée,
Pauvre feuille desséchée,
Où vas-tu ? - Je n'en sais rien.
L'orage a brisé le chêne
Qui seul était mon soutien.
De son inconstante haleine
Le zéphyr ou l'aquilon
Depuis ce jour me promène
De la forêt à la plaine,
De la montagne au vallon.
Je vais ou le vent me mène,
Sans me plaindre ou m'effrayer:
Je vais où va toute chose,
Où va la feuille de rose
Et la feuille de laurier.


Era muy famoso en su tiempo y traspasó la frontera gala. A Leopardi le encantó e hizo su propia versión con él. En realidad, esos pocos versos que el italiano traduce/transforma vienen a ser algo así como una síntesis de su propia visión poética, de su modo de entender el mundo.



IMITAZIONE

Lungi dal proprio ramo,
povera foglia frale,
dove vai tu? — Dal faggio
lá dov’io nacqui, mi divise il vento.
Esso, tornando, a volo
dal bosco alla campagna,
dalla valle mi porta alla montagna.
Seco perpetuamente
vo pellegrina, e tutto l’altro ignoro.
Vo dove ogni altra cosa,
dove naturalmente
va la foglia di rosa,
e la foglia d’alloro


Y esta es la traducción que Llorente realizó. Quien sepa francés se dará cuenta de que el contenido sustancial es el mismo, pero Llorente, para mantener música y ritmo ha tenido que recurrir a una serie de recursos expresivos que lo han alargado sensiblemente. Sin embargo, y eso es lo que importa, el resultado es muy bello.  



LA HOJA



De la materna rama desprendida,
¿adónde vas perdida,
hoja marchita y seca? -No lo sé:
el fuerte roble que me dio la vida
murió, y suelta quedé.


Voy, desde aquel momento,
adonde quiera conducirme el viento,
blanda brisa o indómito aquilón;
juguetes de su aliento
todos mis vuelos son.


Voy en fugaz carrera
del bosque a la pradera,
subo al monte empinado, y sin cesar
desciendo la rápida ladera,
por el llano otra vez vuelvo a rodar.


Sin quejas enojosas
a mi destino fiel,
yo voy adonde van todas las cosas,
adonde van las hojas de las rosas,
adonde van las hojas del laurel.

***


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