jueves, 11 de febrero de 2021

LO QUE LA TRADUCCIÓN NO NOS DICE

 

Fotografía de una línea de la página 20 del libro La escritura poética china.

Editorial

Si algo tiene de bueno esta extraña situación en que vivimos es que, en general, podemos disponer de más tiempo para leer. Bueno, para leer o para lo que sea. El caso es que la tertulia que debía haberse realizado el 2 de febrero, al ser aplazada, permite a quienes participan en ella realizar un mayor número de consultas y lecturas. Y aunque este título está pensado para quienes asisten a las tertulias irunesas, creo que también resultará de interés para quienes deseen adentrarse en el conocimiento y disfrute de la poesía china. Es más, lo que voy a resumir aquí del académico y traductor Cheng, seguro que resulta atractivo a cualquier persona mínimamente interesada en la poesía. Dicho esto, el libro podréis encontrarlo sin dificultad en cualquier librería o biblioteca. Y ahora vamos con los cinco caracteres chinos de arriba.

Se trata del primer verso de un poema de Wang Wei. Es este:

El profesor, en su explicación, nos anima a que observemos detenidamente los ideogramas aunque el chino nos sea completamente desconocido. Y, efectivamente, vemos una serie de líneas y formas que se repiten. Vemos también que el primer ideograma es el más sencillo de todos ellos y que, a medida que avanzamos en la línea de izquierda a derecha, se van haciendo cada vez más complejos. Nos dice el sinólogo: Primer ideograma, árbol desnudo; segundo ideograma, algo nace en la punta de las ramas; tercer ideograma, brota un capullo (...); cuarto ideograma, estallido del capullo; quinto ideograma, una flor en su plenitud. Sencillamente fascinante. Esto sería suficiente para quedarnos colgados del verso, pero aún hay más.

Quienes conocen la lengua —y estas sutilezas son imposibles de traducir—, nos dice Cheng, saben que en esos ideogramas se encuentra sutilmente expresada una idea: la del hombre que se introduce espiritualmente en el árbol y participa de su metamorfosis. Y es que estos ideogramas  

    

significan, como veis, homo (genérico), ser humano, y hombre (masculino singular). Y ambos, a su vez, se hallan contenidos en el ideograma que expresa la idea de árbol que retoña, el tercer ideograma. De esta manera, el árbol de los dos primeros ideogramas está habitado, a partir del tercero, por la presencia del hombre. Más todavía: El cuarto carácter contiene el elemento "rostro" (el capullo se abre en forma de rostro), que contiene a su vez el elemento "boca" ("ello habla"): la eclosión de la flor es la eclosión de la palabra. Por último, el quinto ideograma, la flor en su plenitud, contiene el elemento "transformación": el hombre que participa de la transformación universal (pp 20-21. Las negritas son mías).

Después de esto, uno queda seducido para siempre ante la capacidad expresiva de lo que aparentemente en una traducción es un poema sobre la eclosión de la primavera. Dejar el verso en una aproximación como "En la punta de la ramas, flores de magnolia" es condenarlo a la más absoluta simpleza. 

Por maravillas de este tipo es por lo que recomiendo la lectura del libro, tanto a quienes vayan a participar en la tertulia como a quienes simplemente quieran aproximarse al conocimiento de la poesía china. El libro, además, en su segunda parte, contiene una antología comentada de poemas de la dinastía Tang, la época más brillante de la poesía clásica china.

Y este audio va de regalo con la entrada. Todo por el mismo módico precio. Es un poema de Du Fu, otro de los grandes de esa época dorada.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. En la biblioteca puedes pedir que te lleven el libro. Todavía tienes tiempo para leerlo.

      Un abrazo.

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