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martes, 17 de marzo de 2020

EL INFINITO EN UN JUNCO

El infinito en un junco es un canto de amor a las palabras, a las historias, a la aventura de salvar los libros para que los libros nos salven a nosotros. Con estas acertadas y exactas palabras se refería Irene Vallejo a su propio libro antes de iniciar los agradecimientos en el acto de entrega de los Premios El Ojo Crítico 2020.

El infinito en un junco es un bellísimo libro sobre los libros. En él se entrelazan cientos de anécdotas que conectan las historias del pasado, los títulos de la antigüedad greco-romana, con relatos, títulos, sucesos y personas de hoy mismo, porque para llegar a donde hemos llegado han sido necesarias todas las palabras de otras muchas páginas y todos los esfuerzos de otras muchas personas.

Que nadie se extrañe de que este ensayo haya recibido el premio de narrativa, porque una de sus mayores virtudes es haber sabido conjugar en una amenísima "narración" la multitud de conocimientos que utiliza la autora para ofrecernos un texto ingenioso, divertido, siempre vivo, que no solamente es "un canto de amor a las palabras", sino también una invitación a la lectura y una reivindicación de la cultura clásica y humanista.

Y es también un canto de amor a las bibliotecas, y al alfabeto, y a las páginas perdidas, y al esfuerzo de miles de personas por preservar los textos de otras personas, y a las narradoras de la noche y del día, y a las librerías y a quienes en ellas trabajan y hacen cuanto pueden por acercarnos los libros que queremos, y a los grandes libros inolvidables, y a la educación que intenta poteger la cultura, y a los juncos que permitieron crear los papiros, y al barro de las tablillas donde se registraron los primeros nombres... Y a todas las historias que nos han emocionado y a las que nos emocionarán.

Escribe Irene Vallejo que somos animales que fabulan, que ahuyentan la oscuridad con cuentos, que gracias a los relatos aprenden a convivir con el caos... Y cuando compartimos los mismos relatos, dejamos de ser extraños. ¿Hay forma más bella de reivindicar la literatura?

Dejaos arrastrar por las historias y por quienes las han hecho posibles. Dejaos arrastrar por el infinito que se esconde en este hermoso junco.

lunes, 27 de septiembre de 2021

LAGUN RECOMIENDA

 





El infinito no cabe en un junco


10.90€



El libro de Irene Vallejo “El infinito en un junco” se convirtió a lo largo de los últimos 15 meses en un sorprendente fenómeno editorial, basado en el amor al conocimiento, los libros y las bibliotecas. Ahora el bibliófilo Carlos Clavería publica un panfleto en el que se enfrenta al texto con ojos críticos e inconformistas para presentarnos una malvada mirada a la relación entre libros, historia y hombres y señalarnos que “el infinito no cabe en un junco”. Tanto para admiradores como escépticos de Irene Vallejo.





lunes, 23 de octubre de 2023

VICTOR HUGO, "En Villequier"

Fuente: Wikipedia

Ahora que París, sus adoquines y sus mármoles,
y su niebla y sus tejados están lejos de mis ojos;
ahora que estoy bajo las ramas de los árboles,
y que puedo pensar en la belleza de los cielos;


ahora que de la pena que oscureció mi alma
salgo, pálido y victorioso,
y siento la paz de la gran naturaleza.
que entra en mi corazón;


ahora que puedo, sentado al borde de las olas,
conmovido por este magnífico y sereno horizonte,
examinar dentro de mí las verdades profundas
y mirar las flores que hay en el césped;


ahora, Dios mío, que tengo esta calma oscura
para poder de aquí en adelante
mirar con mis propios ojos la piedra donde sé que en la sombra
ella duerme para siempre;


ahora, conmovido por estos divinos espectáculos,
llanuras, bosques, rocas, valles, río plateado,
al ver mi pequeñez y tus milagros,
recupero la razón ante la inmensidad;


y a ti acudo, Señor, padre en quien debemos creer;
yo te traigo, sosegado,
los pedazos de este corazón lleno de tu gloria
que tú has roto;


¡a ti voy, Señor, confesando que eres
bueno, clemente, indulgente y gentil, oh Dios vivo!
Reconozco que solo tú sabes lo que haces,
y que el hombre no es más que un junco que tiembla al viento;


yo digo que la tumba que sobre los muertos se cierra
abre el firmamento;
y que lo que aquí abajo tomamos como fin
es el comienzo;


Acepto de rodillas que tú solo, padre augusto,
posees lo infinito, lo real, lo absoluto;
reconozco que es bueno y que es justo
que mi corazón sangre, ya que así lo has querido.


Ya no pongo resistencia a cuanto ocurre
por tu voluntad.
El alma de duelo en duelo, el hombre de orilla a orilla,
avanza hacia la eternidad.


Nunca vemos nada más que un lado de las cosas;
el otro se sumerge en la noche de un misterio aterrador.
El hombre sufre el yugo sin conocer las causas.
Todo lo que ve es breve, inútil y fugaz.


Siempre traes de vuelta la soledad
alrededor de cada paso.
No has querido que él tuviera certeza
ni alegría aquí abajo.


Tan pronto como posee algo, el destino se lo quita.
Nada le fue dado en sus días fugaces
para que pueda hacer de él un hogar y decir:
esta es mi casa, mi campo y mis amores.


Debe ver por un corto tiempo cuanto ven sus ojos;
está envejeciendo sin apoyo.
Si estas cosas son, es porque deben ser;
lo reconozco, lo reconozco.


¡El mundo está oscuro, oh Dios! la armonía inmutable
consiste en llorar tanto como en cantar;
el hombre es sólo un átomo en esta sombra infinita,
noche donde los buenos ascienden y los malvados caen.


Sé que tienes otras cosas que hacer
que compadecerte de nosotros,
y que un niño que muere, desesperación de su madre,
no te afecta en absoluto.


Sé que el fruto cae con el viento que lo sacude,
que el pájaro pierde su pluma y la flor su perfume;
que la creación es una gran rueda.
que no puede moverse sin aplastar a alguien;


los meses, los días, las olas de los mares, los ojos que lloran,
pasan bajo el cielo azul;
la hierba debe crecer y los niños deben morir;
lo sé, ¡oh Dios mío!


En tus cielos, más allá de la esfera de las nubes,
en lo profundo de ese azul quieto y dormido,
quizás estés haciendo cosas desconocidas
donde el dolor del hombre entra como elemento.


Quizás sea útil para tus innumerables propósitos
que seres encantadores
se vayan, arrastrados por el oscuro torbellino
de negros acontecimientos.


Nuestros oscuros destinos están sujetos a leyes inmensas
que nada perturba y nada ablanda.
No puedes tener clemencias repentinas
que perturben el mundo, ¡oh Dios, espíritu tranquilo!

¡Te lo ruego, oh Dios, que mires mi alma!,
y consideres
que humilde como un niño y gentil como una mujer,
¡vengo a adorarte!


Considera que desde el amanecer,
trabajé, luché, pensé, caminé, peleé,
explicando la naturaleza al hombre que la ignora,
iluminando todo con tu claridad;


que hice frente al odio y a la ira,
hice mi tarea aquí abajo,
que no podía esperar esta recompensa,
que no podía


prever que tú también, sobre mi cabeza inclinada,
apoyarías tu brazo triunfante,
y que tú, que has visto la poca alegría que tengo,
me quitarías a mi hija tan rápidamente.


Un alma tan golpeada tiene derecho a quejarse,
podría blasfemar,
y te arrojé mi llanto como un niño que tira
una piedra al mar.


Considera que dudamos, ¡oh Dios mío!, cuando sufrimos,
que el ojo que llora demasiado acaba cegado,
que un ser cuyo luto se sumerge en el más oscuro abismo,
cuando ya no te ve, no puede contemplarte,


y es imposible que el hombre, cuando se hunde
en las aflicción,
tenga en mente la serenidad oscura
de las constelaciones.

Hoy, yo que era débil como una madre,
me postro a tus pies ante tus cielos abiertos.
Me siento iluminado en mi amargo dolor
por una mirada más noble sobre el universo.


Señor, reconozco que el hombre delira
si se atreve a murmurar;
dejo de acusar, dejo de maldecir,
¡pero déjame llorar!


¡Pobre de mí! deja que las lágrimas fluyan de mi párpado,
ya que hiciste a los hombres para esto.
Déjame apoyarme en esta fría piedra
y decirle a mi hija: ¿Sientes que estoy aquí?


Déjame hablar con ella, inclinado 
sobre sus restos,
por la noche, cuando todo está en silencio,
como si en su noche, reabriendo sus ojos celestes,
este ángel me estuviera escuchando.


¡Pobre de mí! hacia el pasado vuelvo un ojo de envidia,
sin que nada aquí abajo pueda consolarme,
siempre recuerdo este momento de mi vida
cuando la vi abrir sus alas y volar.


Veré este momento hasta que muera,
el instante, lágrimas superfluas,
cuando exclamé: La niña que tenía hace un momento
¡qué! ¡ya no lo tengo!


No te enfades porque sea así,
oh Dios mío, ¡esta herida ha sangrado durante tanto tiempo!
La angustia en mi alma es siempre la más fuerte,
y mi corazón está sumiso, pero no resignado.


¡No te irrites! frentes que exige el duelo,
mortales propensos a las lágrimas,
nos cuesta retirar el alma
de estos grandes dolores.


Verás, nuestros hijos son muy necesarios para nosotros,
Señor; cuando hemos visto en nuestra vida, una mañana,
en medio de problemas, tristezas, miserias,
y de la sombra que proyecta nuestro destino,


aparecer un niño, 
cabeza querida y sagrada,
pequeño ser alegre,
tan hermoso, que nos parece que al verlo llegar se abre
una puerta del cielo;


cuando, a los dieciséis años, de este otro yo
crecen la gracia amable y la dulce razón,
cuando reconocemos que esta niña que amamos
hace el día en nuestra alma y en nuestra casa,


que es la única alegría aquí abajo que persiste
de todo lo que soñamos,
considera que  es algo muy triste
¡verla partir!

(La traducción es mía y el original lo tenéis aquí).

Alain Delon grabó un disco bajo el título de Mon Victor Hugo, en el que recitaba poemas de La Fontaine, de Vigny y, por supuesto, de Hugo. El audio completo está en YouTube. Los poemas de V. Hugo que recita los encontraréis declamados en el minutaje que señalo.

2' 43": Trois ans après.
6' 48": Demain, dès l'aube, à l'heure où blanchit la campagne.
8' 11": A Villequier.



***


jueves, 28 de mayo de 2020

LA MEMORIA Y LOS NOMBRES

Templo de Artemisa en Éfeso,una de las siete maravillas de la antigüedad. Fuente: Wikipedia.

Escuela de Magisterio, 1974. Estoy en la clase de Historia del Arte, arte griego, estilo jónico. Micaela Portilla se entusiasma contándonos las maravillas del Templo de Artemisa. Pero el templo ya no existe porque un loco, un fanático que pretendía que su nombre perdurara a través de la historia, lo quemó. Micaela, a quien todos adorábamos, nunca quiso decirnos el nombre del pirómano insensato porque eso era precisamente lo que buscaba el incendiario: vivir en la memoria. 

Por desgracia, el nombre del pirómano sí ha perdurado, como ha perdurado el de otros muchos que buscan sus quince minutos de fama cometiendo una fechoría al amparo del eco que alcanzan en los medios de comunicación masivos y de las redes sociales. La psicología ha recogido su nombre para designar el trastorno de la conducta que empuja a cometer delitos con tal de alcanzar la fama.

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Disco de Enheduanna. Fuente: Penn Museum.

Con Enheduanna (o Enkheduana), en cambio, la situación es más o menos la inversa. En el manual de Historia Universal Siglo XXI, vol 2, tan solo aparece su nombre dentro de una frase: Las hijas ocupaban cargos religiosos que, por otra parte, les daban un verdadero poder político, como Enkheduana, a la que Sargón, su padre, nombró gran sacerdotisa de Nanna, y la hija de Naransin, Enmenana, que fue su sucesora (p 89).

Sin embargo, y aunque ya sabíamos que era la primera persona de la historia literaria de la que tenemos noticias, ya que firmó, cosa rara para la época, sus escritos, ha sido la reivindicación que de ella ha hecho Irene Vallejo en su estupendo El infinito en un junco, lo que ha provocado que pase a ser nombrada en unos cuantos sitios de acá y de allá. 

Pero lo curioso no es que recordemos sus textos y los leamos —de aquella época hay otros muchos cantos de carácter religioso y un poema, el de Gilgamesh, que sí leemos y publicamos continuamente generación tras generación—, lo curioso es que el hecho de que sea la primera mujer de la que sabemos fehacientemente que escribió es lo que le está dande notoriedad. No nos engañemos, Enheduanna no es Safo, ni mucho menos.


Fuente: atresmedia.com

Y una tercera forma de enfrentarnos a los nombres y su recuerdo es querer que desaparezcan... porque no nos gusta cómo eran la personas cuando las descubrimos más de cerca. En este caso, después de haber ensalzado su descubrimiento durante años, realizamos un juicio moral y decidimos que no merece estar en la memoria de la sociedad.

La maniobra de presión abdominal que debemos realizar para salvar a alguien del ahogamiento cuando se ha atragantado se llama, o se llamaba, maniobra Heimlich. Es un actuación rápida para liberar la tráquea obstruida y permitir así que el aire vuelva a los pulmones de la víctima del atragantamiento.

Al médico Henry Heimlich debía de gustarle la fama y el espectáculo, y se pasó la vida promocionando "su" maniobra por cuanto programa radiofónico o televisivo caía a su alcance. Parece que incluso uno de sus hijos llegó a acusarle de haber llevado a cabo prácticas fraudulentas durante medio siglo (El cuerpo humano. Guía para ocupantes, p 112). Debió de promocionar tratamientos nada científicos, pero llamativos, para curar enfermedades. El caso es que para librarse del personaje, en 2006 la Cruz Roja estadounidense dejó de utilizar el nombre de "maniobra de Heimlich" para sustituirlo por el de "compresión abdominal".

***
Habría que preguntarse qué es lo que buscamos cuando subrayamos o borramos nombres. ¿Estamos hablando de comportamiento ejemplar, de hechos importantes para el resto de la sociedad o de nuestras propias fantasías? 

martes, 22 de octubre de 2019

VII CICLO ‘ESCRITORAS ESPAÑOLAS’


La Diputación de Zaragoza pone en marcha el VII ciclo literario Escritoras españolas. Durante el tiempo que dure, ocho autoras acercarán la literatura femenina del momento a otros tantos municipios de la provincia. Así, Irene Vallejo dará comienzo al ciclo mañana en Belchite, mientras que el jueves Isabel Abenia será la encargada de continuarlo en Ariza. 

Un ciclo que tiene muchos aspectos positivos. No es el menor que sean pueblos de la provincia los lugares escogidos para convertirse en sedes del mismo.

El programa completo con autoras y localidades es este:

1.-Irene Vallejo. Belchite. 23 de octubre, 18 h. Biblioteca. Presentación de El infinito en un junco y charla-coloquio sobre el conjunto de su obra.

2.-Isabel Abenia. Ariza. 24 de octubre, 19 h. Biblioteca. Presentación de La última sibila y charla-coloquio sobre El misterio en la Antigüedad clásica.

3.-Raquel Lanseros. Paniza. 29 de octubre, 19 h. Casa de Cultura. Presentación de Matria y recital poético. Extrañamente, la organización advierte que falta concretar fecha (sic).

4.-Noemí Sabugal. Caspe. 30 de octubre, 19 h, Biblioteca. Presentación de Una chica sin suerte y charla-coloquio sobre Novela negra española.

5-Marta Robles. Utebo. 8 de noviembre. 19 h. Biblioteca. Presentación de su serie de novela negra A menos de cinco centímetros y La mala suerte y charla-coloquio sobre Crímenes reales y asesinatos de ficción.

6.-Teresa Viejo. Alagón. 28 de noviembre, 19 h. Centro Cívico. Charla-coloquio sobre el tema Lenguaje literario y periodístico y debate sobre el conjunto de su obra ensayística y de ficción.

7.-Cristina Higueras. Cariñena. 29 de noviembre, 19 h. Biblioteca. Presentación de El error de Clara Ulman y charla coloquio sobre Lenguaje literario y teatral.

8.-Espido Freire. Tauste. 11 de diciembre, 18 h. Casa de la Cámara. Conferencia-coloquio en torno a su obra literaria y el tema La inspiración; mito o don.