Las noticias del día nos anuncian la muerte del actor Robin Williams, protagonista de la película El club de los poetas muertos.
Vi por primera vez esa película en un programa de cine y escuela hace muchos años con mis alumnos preadolescentes. Después del pase de la cinta podíamos trabajar en el aula con unos materiales que nos ofrecía la organización para que reflexionáramos sobre los temas que sugería la obra. Antes de ofrecerles los papeles con los que íbamos a trabajar, les leí el poema completo de W. Whitman:
¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán! Nuestro viaje ha terminado;
el buque tuvo que sobrevivir a cada tormenta, ganamos el premio que buscamos;
el puerto está cerca, escucho las campanas, todo el mundo está exultante,
mientras siguen con sus ojos la firme quilla, el barco severo y desafiante:
Pero ¡Oh corazón!¡Corazón!¡Corazón!
oh, las lágrimas se tiñen de rojo,
mi Capitán está sobre la cubierta,
caído muerto y frío.
¡Oh capitán! ¡Mi capitán! Levántate y escucha las campanas;
levántate, izan la bandera por ti, por ti suenan las cornetas;
por ti ramos y cintas de coronas, por ti se amontonan en las orillas;
Por ti te llama la influyente masa, giran sus rostros impacientes;
¡Aquí Capitán!¡Querido padre!
Este brazo bajo tu cabeza;
Es como un sueño sobre la cubierta,
Has caído muerto y frío.
Mi capitán no responde, sus labios están pálidos e inmóviles;
Mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad;
El barco está anclado sano y salvo, el viaje ha terminado y se ha hecho;
De un viaje temeroso, el barco triunfador, entra con su objetivo realizado;
Exultamos, ¡oh costas y tañidos, oh campanas!
Pero yo, con triste pisada
Camino en cubierta donde está mi Capitán
Caído muerto y frío.
Les expliqué quién era Whitman, quién era Lincoln y el porqué del poema.
Hoy vuelve a oírse el poema gracias a las distintas noticias sobre la muerte de Williams. A mí me encantan estas coincidencias que conectan unos hechos con otros, porque hoy es el aniversario del nacimiento de ese genio de la ciencia llamado Schrödinger, ya sabéis, el del gato muerto y vivo al mismo tiempo, ese cuya famosa ecuación parece que se le apareció en unas navidades mientras estaba en Suiza con su amante de aquella época.
Pues bien, Schrödinger no se dedicó solamente a resolver ecuaciones fundamentales para el desarrollo de la Física cuántica, también escribió un par de libros magníficos
sobre la vida, ejemplares en su objetividad y plenos de saber limpio y transparente, totalmente alejados de la mística llena de fantasmas de las explicaciones piadosas.
De alguna forma, siento como mío el poema de Whitman y quiero que hoy sea para él y para todos los que como él han hecho que el barco esté anclado sano y salvo. No podemos evitar el primer impulso a la tristeza por la persona que perdemos, pero es maravilloso que existan estas personas que nos dejan tantos tesoros a nuestros pies.
Whitman nos dejó una poesía genial, Williams una escena cargada de emoción gracias a la cual recordamos otra vez al poeta y Schrödinger buena parte de las herramientas necesarias para que podamos entender mejor qué es eso de la vida.
Aquí tenéis el recitado del poema que, aunque está en inglés y pueda no entenderse lo que dice, la voz es tan buena que trasmite perfectamente lo que expresa. Espero que os guste.
¡Oh capitanes,
seguid haciéndonos navegar por mares llenos de vida,
por rutas siempre nuevas, por fascinantes caminos
donde seguir aprendiendo
acerca del amor, de la vida y de la muerte!
¡Oh capitanes,
seguid tripulando el barco
que el viaje es largo y todavía está lleno de peligros!