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sábado, 1 de noviembre de 2025

THOMAS HARDY (una breve selección)



DEJADME QUE DISFRUTE DE LA TIERRA

I

Dejadme que disfrute de la tierra, aun consciente
de que aquella gran Fuerza, creadora de todo,
cuando hizo con sus manos su atractiva belleza,
no tuvo entre sus fines pensar en mi placer.

II

Se cruza en mi camino una mujer hermosa,
que para mí no tiene ni palabras ni gestos;
mas yo me haré un embrujo de su aire despectivo
y ensalzaré los labios que míos no habrán de ser.

III

De viejos manuscritos con sentidas canciones
que brotaron de escenas y ensueños ignorados
yo extraeré arrebatos, como si fueran míos,
pese a estar bien consciente de que son obra de otros

IV

Y algún día en el futuro, al mismo Paraíso
y hacia todos sus santos —suponiendo que existan—
alzaré desde lejos unos ojos alegres
aun sabiendo que allí no hay sitio para mí.






EL GAMO ANTE LA CASA SOLITARIA

Afuera, en las tinieblas, alguien mira
a través del cristal de la ventana
desde la blanca sábana aterida.
Afuera, en las tinieblas, alguien mira
cómo, en vela, aguardamos la mañana
junto a la lumbre de la chimenea.
No alcanzamos a ver esos dos ojos
que nos contemplan desde la intemperie
y reproducen los destellos rojos
del fuego. No advertimos esos ojos,
ojos maravillados, rutilantes,
y sus pasos furtivos, vacilantes.





EL ACANTILADO DE BENNY


    I
Oh, el zafiro y el ópalo de este errante mar de occidente,
y una mujer en lo alto con el cabello al viento cabalga sonriente,
la mujer que amé tanto y que me amó fielmente.


    II
A nuestros pies el rugido continuo y las lejanas olas de la mar
semejaban un cielo inferior, engolfado en su propio palpitar,
mientras reíamos alegres en aquel mes de marzo que no podré olvidar.




    III
Una pequeña nube nos ocultó, y brotó una lluvia irisada,
y se tiñó el Atlántico de una imprecisa y leve pincelada,
luego salió de nuevo el sol y de un tono purpúreo quedó la mar bañada.


    IV
En su profunda y abisal belleza aún el viejo Beeny ocupa bajo el cielo su lugar,
pero ella y yo el próximo mes de marzo no volveremos allí de nuevo a pasear,
ni las dulces palabras que dijimos se volverán a escuchar.


    V
Pues aunque todavía la abisal belleza se alza en aquella agreste ribera de occidente,
la mujer, a la que el pony llevaba a paso de andadura está ahora ausente,
ya no sabe de Beeny ni le importa y no volverá a reír jamás alegremente.





DESPUÉS


Cuando el Presente cierre sus puertas tras mi paso
y, cual recién hilada seda, las tiernas rosas
de mayo acune el viento, ¿dirá el vecino acaso:
“Era de los que suelen apreciar estas cosas”?


Si es al ocaso y cruza sobre el denso follaje,
como en un parpadeo, un halcón por la umbría
y se posa en la zarza que el oraje,
pensará quien lo vea: “También él lo vería”


Si fuera en noche cálida y de falenas clara,
cuando el erizo corre furtivo por el prado,
tal vez alguien dijera: “Porque nadie dañara
a estas pobres criaturas veló, y poco ha logrado”


Si al oir que he partido, junto al umbral se quedan
contemplando los astros en el cielo de invierno,
¿pensarán los que ver mi rostro ya no puedan:
"Fue alguien que meditó sobre el misterio eterno"?

Y cuando por mí doble la campana al ocaso
y a su repicar se una de la brisa la charla,
cual de un nuevo tañido, ¿oirán decir acaso:
"No la puede oír ya, mas solía escucharla"?

 



        HAP * 

Si al menos algún dios vengador me llamase 
y desde el cielo, riéndose, me hablara: 
«¡Sabrás, cosa sufriente, que tu pena es mi éxtasis, 
tu pérdida de amor mi renta de odio». 

Entonces, retorciéndome, resistiría, 
y moriría endurecido 
por esta sensación de ira inmerecida, 
y en calma, puesto que alguien con más poder que yo 
me impone su deseo de hacer verter mis lágrimas. 

Pero no. ¿Por qué muere la alegría, 
por qué nunca florece la mejor 
esperanza sembrada? Hasta al sol y a la lluvia 
obstaculiza este grosero azar, 
y el Tiempo jugador echa a los dados 
lamentos y alegrías... En mi peregrinaje 
este Hado ciego pronto hubo arrojado 
tanta felicidad como dolor. 

1866 

* Hap es un nombre masculino y a la vez significa azar. Además posee la raíz de happy —feliz—. Todas estas connotaciones están en el nombre del hombre que habla en el poema.



        ELLA EN SU FUNERAL 

Le llevan al lugar de su reposo, 
en lenta procesión, con suavidad. 
Lo sigo desde atrás como una extraña: 
ellos son su familia, yo su amante. 

Sin cambiarme el vestido de colores 
y en compañía de tan tristes lutos. 
Pero los ojos de ellos lo rodean 
sin mostrar pena alguna, en tanto a mí 
el pesar me consume como un fuego. 

1867



        A UNA DAMA 
Ofendida por un libro del escritor 


ESTA página mía está exiliada, 
—condenada quizá a no rozar nunca 
tu cómoda almohada, 
ni a despertar tu Sí tan bien dispuesto 
como antes, ni a lograr 
tu amable voto de confianza en mí. 

Siendo de natural tan receptiva, 
imagino que, tal como a las llamas 
las destierra el crepúsculo, mi imagen 
sombría, deformada por otros menos francos, 
pierde por fuerza su lugar en ti. 

Sea. Ya soporté cosas así. 
Permite que los sueños 
—de mí los tuyos y de ti los míos— 
a diario disminuyan, que su espacio 
lo ocupen pretenciosas claridades: 
hasta que forme parte de ti sólo en destellos, 
y después en lejanas y débiles visitas, 
y después todo cese. 
La Verdad será siempre la Verdad.


        
        ME MIRO EN EL ESPEJO 

Me miro en el espejo 
inspeccionando mi menguante piel 
y digo: “Quiera Dios 
que hasta tal delgadez 
mi corazón se hubiese reducido”. 

Entonces, 
sin pena alguna por los corazones 
que crecieron distantes para mí, 
podría esperar solo, resignado, 
mi infinito descanso. 

No obstante, el Tiempo, para mi aflicción, 
me quita y, a la vez, me deja resistir 
y sacude al crepúsculo este frágil andamiaje 
con pulsaciones propias de los mediodías.



        UNA-ESPOSA EN LONDRES 
                (Diciembre 1899)  

        
ESTÁ sentada entre la niebla sucia 
que sube de la calle junto al Támesis, 
donde un farol, igual que un cirio o moribundo, 
de una tenue luz fría.

        II 
Un crujido de pronto, un mensajero 
que golpea la puerta, 
las últimas noticias en su mano. 
Aturde comprenderlas, de tan breves
él ha caído en las lejanas 
Tierras del Sur 

        III
Es el día siguiente: con niebla aún más densa
llega y se va el cartero: hay una carta 
cuyas lineas revelan, a la luz 
parpadeante del fuego, 
el trazo de su mano, la que ahora
ya conoce el gusano.

        IV
Escrita con firmeza, rebosante
de esperanza ante el próximo retorno,
de paseos domésticos para ir
al lago, a las colinas en verano
y, paseando, aprender un nuevo amor.




        SU INMORTALIDAD 

     I 
LA parte más sutil de alguien que ha muerto 
la he visto relucir en fieles corazones 
privados de su vida. Entonces yo me digo: 
«Esto debe de ser su inmortalidad». 

     II 
Las estaciones iban desgastándose 
y su alma no cesaba de vivir en sus vidas. 
Pero su claridad ya no era tanta 
como cuando le ví por vez primera. 

     III 
Sus compañeros de generación 
murieron todos, y yo busqué entonces 
la persona en los nuevos corazones. 
La encontré, por desgracia, convertida 
en un maniquí flaco y espectral. 

     IV 
Últimamente, ahora viejo y frío, 
me pregunto si aún queda algo suyo 
que no se haya perdido; y hallo en mí 
sólo una chispa débil que agoniza 
en medio de una gran oscuridad.
 
Febrero 1899



        IN TENEBRIS I
'Percussus sum sicut foenum, et aruit cor meum' - Ps. CI


El invierno se acerca.
Pero no me es posible soportar
de nuevo mi dolor por una pérdida:
uno no muere por segunda vez.

Huyen los pétalos.
Ya que esto sucedió en otra ocasión, 
esta aislada escena 
no puede ya angustiarme.

Se desmayan los pájaros de espanto: 
no habría de perder la vieja fuerza 
en la negra extensión, solitaria y helada. 
¡La fuerza que ya huyó hace tanto tiempo!

Pardas y grises se hielan las hojas,
pero en esta estación los amigos no pueden, 
como antaño, cambiar por nada el frío.

Las tempestades pueden hacer daño, 
pero amar no podría hacer sufrir 
de nuevo en este año al corazón 
de quien ya no tenía corazón.

Negra es la toga de la noche.
Pero la muerte nunca asustará 
a quién, ya más allá de toda duda, 
sin esperanza espera.



        EN EL OJO DE LA MENTE

ESTO una vez fue su ventana
y, junto a ella, la brillante luz
de una vela llamándome con señas,
diciéndome «aquí estoy» desde allí dentro.

Ahora como entonces yo la veo 
moverse en el cristal, pero es tan sólo 
su fantasma guardado en mi cerebro.

Centro de mi visión, ella va a todas partes: 
los cambios desvanecen los paisajes 
pero ella sigue en mí.

Forma tan dulce y tímida, querida, 
¿quién podría negarte?
No deseé jamás, ni una vez sola, 
arrojar lejos tu fantasma, amada.


        EN EL ALUMBRAMIENTO

EN medio de la noche,
para comunicarme malas nuevas, 
vino a hablarme el espíritu 
pálido y desgastado de mi madre.

"Hija mía, estás llena de alegría
por este inoportuno niño que tú amamantas. 
Los hombres, a través del ancho mundo, 
pueden buscar sin hallar nunca —piensas— 
ningún otro tan rubio".

"Esta medianoche, querida, el tiempo alumbra 
miles de niños rubios, también raros y hermosos, 
miles que el Alto Cielo
condena de antemano a fracasar,
aun siendo igual de claros, de buenos, de sumisos.

"Tu cariñosa hazaña es una fuente 
de extasiados temores y esperanzas, 
de un inocente orgullo maternal 
que prepara en la triste humanidad 
más caminos, aún, para las lágrimas.

"Como tú soñé yo cuando extendía 
la vida para mí su rayo matinal. 
Más tarde el panorama fue distinto..." 
Tales son los extraños pensamientos 
que me comunicó mi madre muerta.



        EL HOMBRE QUE MATÉ

"AMBOS seguramente coincidimos
en antiguas posadas.
Debimos de sentarnos a regar 
con generosidad unos bocados.

"Pero en las filas de la infantería, 
frente a frente mirándonos, 
le disparé, como él también a mí, 
y le maté en su puesto.

"Disparé a muerte
tan sólo porque era mi enemigo. 
Un enemigo malo, desde luego:
esto está claro, aunque de todos modos

"también pensaba que, probablemente, 
se alistó sin pensarlo, como yo.
Que estaba sin trabajo, y que había vendido 
las ropas. Y no había más por qué.

"Curiosa, extraña guerra: tú derribas
a un compañero al cual hubieses invitado 
si hubiera habido un bar,
o con media corona le hubieses ayudado".

***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

viernes, 22 de agosto de 2025

TESS, LA DE LOS D' URBERVILLE, Thomas Hardy

Ejemplar de la B. Central
Thomas Hardy (1840-1928) comenzó a escribir novelas en la década de 1870, en el epicentro de la época victoriana. Las dos primeras las publicó de forma anónima (la gente creía que eran de George Eliot). Lejos del mundanal ruido (1874) le proporcionó reconocimiento y durante tres décadas siguió escribiendo novelas, hasta Jude el oscuro (1976), su última obra narrativa. A partir de ahí se dedicó solamente a la poesía. Quizás algo tuviera que ver el hecho de que la crítica subrayara continuamente su visión pesimista de la vida.

Dos palabras sobre esto de su pesimismo. Hardy es un agnóstico que participa de la visión científica de su época sobre el universo y la sociedad, pero no cree que el proceso industrial y el maquinismo puedan traer consigo una mejoría al ser humano. Está convencido de que el fatalismo domina nuestro devenir y de que no hay nada que pueda ayudarnos. Todo lo maneja el ciego azar. Ya lo dejaba bien claro en un poema de juventud, Hap - Azar:  

La burda Casualidad obstruye el sol y la lluvia,

y el Tiempo tira los dados y lanza un gemido en lugar de alegría...

En mi peregrinar esos miopes augures

han sembrado por igual felicidad y sufrimiento. 

(Traducción: Xandru Fernández).

Esto lo vemos muy bien en el impresionante novelón que es Tess, la de los d'Urberville, donde la joven protagonista (por cierto, una de las heroínas femeninas más atractivas y magnéticas de la literatura del XIX) es vapuleada por el ciego sino, además de por las costumbres de la época y por dos hombres (uno que solo busca aprovecharse de ella; otro que, aunque la quiere, es incapaz de entenderla o, para ser más preciso, tiene demasiado miedo al qué dirán y a su obsoleta moral). Tal y como dejó apuntado el historiador de la literatura inglesa Pujals, la novela es una obra impresionante en la que se muestra la inexorable fatalidad persiguiendo a una "mujer pura" hasta su aniquilamiento. Dicho esto, y sabiendo que la fatalidad conduce el desenlace, no quiero dejar de resalta el sublime final entre las piedras de Stonehenge, de una abrumadora grandeza propia de las tragedias de Shakespeare, pero mucho más delicadamente contado.   

Una historia tan sobrecogedora como bella e infausta, llena de aciertos narrativos, escrita con gran sutileza y sensibilidad, mas no apta para quienes no soporten leer de forma continuada lo dura y amarga que puede ser la vida en ocasiones. Hará las delicias de los amantes de la novela decimonónica, los que aún sufren el mal del siglo o el dolor del modernismo.  

*** 



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

miércoles, 20 de agosto de 2025

UN LIBRO (O DOS), UN POEMA (Tennyson)

 #unlibrounpoema

 

Ejemplar de la B. Central

Thomas Hardy tenía, entre otras muchas virtudes como narrador, el talento para introducir en el texto citas que esclarecen, subrayan y dan brillo a lo que se está contando en ese momento, y lo hace siempre indicando la procedencia autorial. Es una práctica que realizó de manera tan mesurada como brillante, en Tess, la de los d'Urberville. Sin embargo, al menos en la traducción que yo he leído, en la página 272 introduce una estrofa sin alusión a la autoría. Pensé que se trataría de una autocita, de un poema propio, cosa que yo mismo hago en este blog  —cuando no indico la fuente es porque el material que publico, sea imagen, texto o lo que sea, se trata de algo propio—.

La estrofa, más allá de su pertinencia en el pasaje, me gustaba mucho por sí misma. La traducción es de M. Ortega y Gasset (revisión de Carmen Criado)

Deja a tu hermana orar en su inocencia

a su infantil cielo de optimismo,

no ensombrezca tu negro escepticismo

la armoniosa paz de su existencia. 

Acudí, por tanto, a las tres ediciones que conozco de su poesía (antologías, no poesía completa), pero nada. Decidí traducir malamente al inglés los versos para que el idioma propio de Hardy me ayudara... y hubo suerte, el buscador me llevó a la The Victorian web, donde me mostraba la sección XXXIII de In memoria, largo poema compuesto en recuerdo de su amigo Arthur Henry Hallam, quien falleció el 15 de septiembre de 1835 en Viena. Seguramente, la mayor elegía compuesta en lengua inglesa.

O thou that after toil and storm
Mayst seem to have reach'd a purer air,
Whose faith has centre everywhere,
Nor cares to fix itself to form,

Leave thou thy sister when she prays,
Her early Heaven, her happy views;
Nor thou with shadow'd hint confuse
A life that leads melodious days.

Her faith thro' form is pure as thine,
Her hands are quicker unto good:
Oh, sacred be the flesh and blood
To which she links a truth divine!

See thou, that countess reason ripe
In holding by the law within,
Thou fail not in a world of sin,
And ev'n for want of such a type. 

Corroboré en la traducción que José Luis Rey hizo para Cátedra en 2022 y, efectivamente, ese es el poema cuya segunda estrofa aparece traducida en la novela. Rey lo tradujo así: 

Oh tú, que tras esfuerzos y tormentas

    pareces alcanzar unos aires más puros,

    cuya fe en cualquier sitio tiene el centro,

y no les importa no encarnar en forma.

 

deja para tu hermana, cuando rece,

    su Cielo tan temprano, y sus vistas alegres;

    no deberías confundir con sombras

una vida de días tan melodiosos.

 

Ella tiene una fe tan pura como tú,

    y sus manos trabajan para el bien:

    ¡sagrado sea el cuerpo y sea la sangre

a los que ella une la divina verdad!

 

Y tú, que consideras gran razón

    el guiarte, por esa ley interna,

    tú no vas a caer en mundo de pecado,

incluso aunque ese fuera tu deseo.

 

Otro día dedicaré a la novela de Hardy un comentario. Hoy simplemente me quedo con esa segunda estrofa traducida por Ortega y Gasset (el hermano, no el filósofo).

PS: La BBC realizó una miniserie, excelente adaptación de la novela, que está traducida y en CD. La película de Polanski era una adaptación más libre.     

***



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

viernes, 20 de junio de 2025

THOMAS HARDY

Escribe Pujals en su Historia de la literatura inglesa:

El pesimismo como actitud vital y como posición filosófica informa la novela y la poesía de Thomas Hardy (1840-1928). Su filosofía es sencilla, y su teología proclama una especie de providencia de signo negativo. Para él, el hombre, en vez de sentirse vinculado a Dios y oír su voz orientadora en el camino de la vida, se ve acosado constantemente por la fatalidad, que lo somete a sus caprichos. Por tanto, jamás parece libre: el tiempo y el espacio le oprimen atrozmente; sobre todo, existen por encima de él fuerzas misteriosas que controlan su vida de un modo absoluto. El hombre es un muñeco cuyos hilos mueven hados hostiles o indiferentes; como en la tragedia antigua, la fatalidad reina por completo en las obras de Hardy, novelas, cuentos o poemas. 


Este es un texto de carácter explicativo, es decir, el autor, un historiador de la literatura, quiere situarnos rápidamente y de manera objetiva ante lo que considera que es el pensamiento y el sustrato esencial del autor.

En cuanto a las traducciones, estas son las tres que yo conozco. De ellas, la más nueva es la de Alba (2023) y, por lo tanto, la más fácil de encontrar. Existe otra en Comares, pero yo no he tenido acceso a ella. 
Los tres poemas que reproduzco aquí los he cogido de la traducción que realizó Francisco M. López Serrano para la editorial Pre-Textos.


EL GAMO ANTE LA CASA SOLITARIA

Afuera, en las tinieblas, alguien mira
a través del cristal de la ventana
desde la blanca sábana aterida.
Afuera, en las tinieblas alguien mira
cómo, en vela, aguardamos la mañana
junto a la lumbre de la chimenea.

No alcanzamos a ver esos dos ojos
que nos contemplan desde la intemperie
y reproducen los destellos rojos
del fuego. No advertimos esos ojos,
ojos maravillados, rutilantes,
y sus pasos furtivos, vacilantes.




DESPUÉS


Cuando el Presente cierre sus puertas tras mi paso
y, cual recién hilada seda, las tiernas rosas
de mayo acune el viento, ¿dirá el vecino acaso:
«Era de los que suelen apreciar estas cosas»? 

Si es al ocaso y cruza sobre el denso follaje,
como en un parpadeo, un halcón por la umbría
y se posa en la zarza que retorció el oraje,
pensará quien lo vea: «También él lo vería». 

Si fuera en noche cálida y de falensas clara
cuando el erizo corre furtivo por el prado,
tal vez alguien dijera: «Por que nadie dañara
a estas pobres criaturas veló, y poco ha logrado».

Si al oír que he partido, junto al umbral se quedan
contemplando los astros en el cielo de invierno,
¿pensarán los que ver mi rostro ya no puedan:
«Fue alguien que meditó sobre el misterio eterno
»?

Y cuando por mí doble la campana del ocaso
y a su repicar se una de la brisa la charla,
cual un nuevo tañido, ¿oirán decir acaso:
«No la puede oír ya, mas solía escucharla»?




EL ACANTILADO DE BEENY


I
Oh, el zafiro y el ópalo de este errante mar de occidente,
y una mujer en lo alto con el cabello al viento cabalga sonriente,
la mujer que amé tanto y que me amó fielmente. 


II
A nuestros pies el rugido continuo y las lejanas olas de la mar
semejaban un cielo inferior, engolfado en su propio palpitar,
mientras reíamos alegres en aquel mes de marzo que no podré olvidar. 


III
Una pequeña nube nos ocultó, y brotó una lluvia irisada,
y se tiñó el Atlántico de una imprecisa y leve pincelada,
luego salió de nuevo el sol y de un tono purpúreo quedó la mar bañada. 


IV
En su profunda y abisal belleza aún el viejo Beeny ocupa bajo el cielo su lugar,
pero ella y yo el próximo mes de marzo no volveremos allí de nuevo a pasear,
ni las dulces palabras que dijimos se volverán a escuchar. 


V
Pues aunque todavía la abisal belleza se alza en aquella agreste ribera de occidente,
la mujer, a la que el pony llevaba a paso de andadura está ahora ausente,
ya no sabe de Beeny ni le importa y no volverá a reír jamás alegremente.

 

Y un homenaje, el que le dedicó su compatriota Gustav Holst (el de Los planetas):


Y una película basada en una de sus novelas más famosas, Far from the Madding Crowd. Aquí se tradujo como Lejos del mundanal ruido. La novela está en la editorial Alba y en Akal; la película, en cualquier plataforma audiovisual o en las bibliotecas.
 
 
 
***