Como las calles en esta cautivadora isla son más bien estrechas, nada más conseguir el preciado tesoro, nos apartamos a la acera de enfrente, donde no molestábamos a nadie. Avanzamos unos pasos con nuestro cucurucho en la mano y mientras nos preguntábamos si merecería o no echar un vistazo dentro de la iglesia que teníamos en la acera de enfrente, giramos y vimos que ahí mismo se encontraba la Librairie Ulysse.
Sí, la librería de Catherine Domaine, viajera empederdina, posiblemente la primera librera especializada en libros de viajes, que habla perfectamente castellano, como podréis apreciar en el vídeo, y que tiene otra librería en Hendaya, en el antiguo casino, que abre, como bien sabe el vecindario hendayés, solamente durante los veranos, que es cuando ella se viene a la orilla del mar.
Como pequeños metecos soñadores seguimos nuestro camino por las calles de París procurando que ni las sorpresas ni el amor tuvieran fin.
P. S.: Si os preguntáis por la iglesia, pues sí, mereció la pena echar un vistazo dentro. Después de terminar el helado, pasamos al interior y otra sorpresa acudió a embellecer la tarde: no había nadie, excepto un pianista que estaba ensayando en un piano de cola el Sueño de amor de Listz.
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.
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Fuente: Wikipedia |
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