jueves, 21 de diciembre de 2023

SIMONE WEIL Y LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

Editorial
Que yo esté absolutamente convencido de que la guerra es por sí misma la encarnación del mal no va a cambiar el curso de la historia ni tampoco lo que opinen quienes están a favor de ella como un medio para conseguir un fin más elevado (¿existe algún fin más alto que el de preservar la vida de las personas?). Y si de entre todas las guerras puedo señalar una modalidad como la más execrable de todas esa es la guerra civil, la guerra que se produce entre personas que hasta pocos días antes habían estado compartiendo lugares, costumbres, comidas, trabajo, aficiones, juegos y familia. Nunca, bajo ningún concepto, se debería desdeñar ningún esfuerzo para intentar evitar las guerras. No hay guerras buenas. De hecho, la guerra, más incluso si se trata de una guerra civil, tiene la perversa capacidad de convertirnos en seres peores que lo que éramos antes de que estallara, aunque, por fortuna, siempre haya excepciones maravillosas.

Existe la creencia de que la guerra civil española fue una guerra donde en un bando luchaban los buenos y en el otro se encontraban los malos. Supongo que este ingenuo parecer viene determinado por el hecho de la sublevación militar antidemocrática y antitodo que la inicia... y por no haber leído nunca una información más o menos objetiva y detallada sobre este negrísimo período de nuestra historia. Habrá que recordar que la investigación histórica existe. También, claro está, interviene la posición ideológica que, igual que el dogma de fe, hace que demos en creer solamente lo que nuestra iglesia afirma.

Simon Weil (Auden sería otro caso similar al de la pensadora francesa, pero hay más) vino a España para luchar al lado del frente republicano y se fue horrorizada ante lo que vio. Trotta publicó en 2007 sus Escritos históricos y políticos. La IV sección está dedicada a la guerra en España. Ahí se incluyen los textos Diario de España, Reflexiones para disgustar, ¿Qué sucede en España?, La política de neutralidad y la ayuda mutuaCarta a Georges Bernanos. En general, son textos breves. Me permito adjuntar dos de ellos, de los breves, por eso de que no se piense que las citas pueden estar sacadas de contexto o alteradas:




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