viernes, 8 de diciembre de 2023

CON VUESTROS NOMBRES HE TEJIDO MIS SUEÑOS


 Continúo rescatando títulos del olvido. 

Con vuestros nombres he tejido mis sueños lo escribí en una larga convalecencia que me dejó en cama casi tres semanas. Eso me permitió leer mucho y, de cuando en cuando, escribir esta galería de personajes que, como el subtítulo indica, es un ensayo desde el lenguaje poético de lo que la amistad supone, una reflexión sobre lo que yo mismo soy desde el ser de las personas que me acompañan o me han acompañado a lo largo de la vida. Es, en fin, un canto de reconocimiento y agradecimiento.

En 2007 quedó finalista en el certamen poético María del Villar. Como no llegó a editarse, yo mandé realizar una impresión restringida de ejemplares con AGH Impresores para hacer llegar uno a cada una de las personas que protagonizan los poemas de esta peculiar autobiografía con nombres. Por desgracia, y debido a mis muchos cambios de residencia —no de calle, sino de ciudad y de provincia—, no pude localizar a todas las personas que protagonizan este poemario 😢😢😢.

La cubierta que embellecía la edición que en su momento encargué y que he logrado encajar en la maquetación que te permiten realizar, es una de las cubiertas de libro que más me gusta de cuantas conozco por su perfecta adecuación al contenido.

Desde este momento ya está disponible en versión kindle y en papel, por si alguien estuviera interesado en leerlo. Y si alguien lo lee y además le gusta algún poema, estaría encantado de que me lo hiciera saber 😊.


Fernando era el mejor amigo que tenía en el colegio. Teníamos siete años. Antes de cumplir los nueve, su familia se trasladó a otra ciudad. Es el poema que encabeza mi galería personal de amistades.


FERNANDO


No sé si me duele más
no poder recordar tu imagen
o saber perdida para siempre
aquella sensación de felicidad
que me daban las horas compartidas
fuera de la escuela.
La duda contigo no era decidir con qué juego
pasaríamos la tarde,
sino dónde.
Todo se reducía a saber
si sería en tu casa o en la mía
donde quedaríamos al resguardo
de las miradas ajenas,
protegidos de la envidia
de no necesitar nada más
que nuestra mutua compañía.
Momentos memorables de la infancia
cuando casi todo era gris
y un poco triste:
la escuela,
el cocido de los lunes,
el barro de las calles
y la luz
que muy a menudo andaba de viaje
e ignorábamos el momento de su regreso.
Igual que tú.

Un día tus padres anunciaron vuestra partida
hacia algún destino inasequible en aquellos años
—Valencia, creo—.
Yo conocí entonces, por vez primera,
lo material que podía ser la soledad.

Aquel verano fue el más largo y el más vacío
de mi poco añorada infancia.

***


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