lunes, 11 de diciembre de 2023

GAVILLA DE FÁBULAS SIN AMOR, C.J.C.

No recuerdo cómo consiguió este libro mi padre —acaso me lo dijera en su momento, pero, si así fue, lo he olvidado totalmente—, el caso es que un buen día apareció con él en casa y me lo dio. Tenía yo 15 años y no había leído nada de Cela. En realidad, prácticamente no había leído nada de nada. Me divertí mucho leyendo esta Gavilla de fábulas sin amor. Hace unos días cogí el libro de nuevo y me divertí mucho más. Tantos años después de aquella lectura soy un poquito menos ignorante y tengo una cuantas referencias más para poder disfrutar con mayor intensidad de los textos de un gamberro genial que es capaz de escribir con gracia sobre cualquier cosa. Es lo que tienen los grandes, que pueden crear una historia —varias, en este caso— divertida colocando una palabra detrás de otra como quien no quiere la cosa. 

El texto viene acompañado de los dibujos de otro grande, Picasso, y eso le da al libro un doble aire festivo. 

El libro tiene muchos años. La primera edición se hizo en Papeles de Son Armadans en 1962; de la siguiente, que es la que yo tengo, se encargó Alfaguara en 1965. Después de recorrer sus divertidas y disparatadas historias he encontrado esto en el catálogo de la exposición El recuerdo más cercano - Gabinete bibliográfico de Camilo José Cela:

Este libro Gavilla de fábulas sin amor original de CJC con ilustraciones de Picasso se empezó a redactar el día 4 de noviembre de 1961 en Palma de Mallorca. Se compuso a mano y se terminó de imprimir en los talleres de la Sociedad Alianza de Artes Gráficas (S.A.D.A.G.) de Barcelona bajo la dirección de Jaume Pla el día 20 de mayo de 1962. Las ilustraciones de color fueron dibujadas el 13 de junio de 1960 en Cannes. La plancha de la punta seca se grabó el día 20 de marzo de 1962 en Mougins. Los estuches y encuadernaciones los hizo Ramón Roig con tela fabricada especialmente por Gavaldá, S.A.

Pero la Gavilla debía pasar aún por una prueba inesperada. El libro caía fuera de lo tolerable para la censura de la época del franquismo. CJC recurrió a Saturnino Álvarez Turienzo, sacerdote y teólogo de gran prestigio, llevándole el manuscrito. Álvarez Turienzo no encontró en él nada de especial gravedad para la Iglesia católica y, con su nihil obstat de un hombre de Iglesia como Álvarez Turienzo la censura no tuvo más remedio que dejar pasar el libro. Pero una vez impreso se cursó orden de prohibición y amenaza de secuestro.

El azar se puso, una vez más, del lado de CJC Unos meses más tarde de la salida de la Gavilla, en el verano de 1962, el general Franco impuso un cambio de ministros que estaba destinado a pasar a la historia. La cartera de Información se dejaba en manos de un político gallego joven y prometedor, desconocido hasta el momento, que se llamaba Manuel Fraga Iribarne. Una de las primeras iniciativas de Fraga fue la de levantar el veto que pesaba sobre las novelas de Camilo José Cela. La Gavilla de fábulas sin amor echó a volar igual de libre que las palomas que pintaba Picasso.

¡Qué tiempos!


 Aunque parezca increíble, el libro todavía se puede encontrar en las librerías.

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