viernes, 1 de octubre de 2021

DIEZ DE CUATRO, PABLO GUERRERO

Editorial
Tenía muchísimos menos años de los que tengo ahora cuando acudía a escuchar a Pablo Guerrero y me emocionaba cantando a pleno pulmón A cántaros, porque allá por los primeros años 70 tenía que llover a cántaros la libertad que nos faltaba y que no terminaba de llover. Tanta querencia de los años de estudiante ha hecho que, nada más verlo, me haya hecho con él. Con el libro, claro.

Poesía sencilla, directa, sin grandes aspavientos, humana, en la que la naturaleza y el acontecer cotidiano están siempre presentes.

Dos ejemplos:

ALEGRÍA

Los pasos de la alegría,
esta tarde de abril de todos los cielos.

La presiento cercana, como acorde
que se extingue, pero sigue sonando
en los huecos que en el aire deja.

La alegría, los instantes felices
de instantes,
las mariposas blancas de los Pirineos.

Llega, ilumina la casa, prende hogueras.
Vela sin velos
los ojos no manchados de los niños.
Anida en los balcones,
y se comparte, igual que se comparten
la suerte o las caricias.

Después, se va tras las nubes,
tal vez porque son más ligeras,
y no intentan atraparla,
ni hacerla, para siempre, suya.



ESTOS SON TUS COLORES

El verde de las ovas que ríen en la alberca.
El azul más temprano que tiñe las palabras.
El rojo en amapolas, la seda de los campos.
El oro de un aceite que unge la materia.

El negro de un poema con sonido del sur.
El callado violeta de regueros sin tiempo.
El plata de la luna a donde van mis deseos.
El ocre de los álamos que el otoño alerta.

Prestan tus ojos el color a las cosas.

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