martes, 15 de septiembre de 2020

UN AGUIJÓN DE LUZ

Editorial

 Creo que esta es, hasta el momento, la última publicación de Lola Velasco, y es de 2014. Pero si nos atenemos a esa poética que apareció en la antología Ellas tienen la palabra (1997), y cito: Yo, como los árboles, crezco muy despacio, así que espero tener una vida (como escritora) tan larga como la de ellos (p 386), no parece que ella se preocupe por publicar un título nuevo cada año. Tampoco le preocupa estar en internet; de hecho, todo cuanto podréis encontrar sobre ella es lo que podéis leer en la contraportada de este ejemplar y que veréis repetido por todas partes.

Su obra poética abarca, creo, cinco títulos: La frente de una mujer oblicua (1986), La cometa o las manos sobre el papel (1992), El movimiento de las flores (2003), El sueño de las piedras (2007)  y El aliento del cazador (2014). Los tres últimos forman una trilogía que es la que se recoge en este tomo bajo el título de Un aguijón de luz (2014).

Lola Velasco es una autora esencial, quiero decir que no pierde el tiempo con anécdotas, no introduce detalles ni se entretiene creando ambientes. Palabra en vena y directa al meollo. Frases cortas, oraciones predicativas, sentenciosas, como si fueran adagios antiguos o máximas vitales. Solamente la esencia metafísica, la alegoría sustancial sin adorno. El poema queda construido con menos de veinte palabras. Pero no olvidemos que en un poema cabe un mundo. Investigación de la realidad sin concesiones.


Huérfana

en mi caverna,

donde el universo

es un cerebro

quimérico

de sí mismo.


***


Creamos universos 

con palabras

que nunca 

pronunciamos,

la cara 

sucia

de las cosas,

manantial a solas

se limpia

después de cada

muerte.


***


Prefieres

perder 

la razón

a sentir

desconsuelo.

Pero sin dolor

no hay

conocimiento.


A mí el estilo cortante y esencialista de esta mujer me recuerda mucho al último Celan, pero con una gran diferencia a favor de Lola Velasco: ella nos sitúa ante el meollo existencial del ser humano, mientras que el poeta rumano-alemán daba vueltas y vueltas en torno al ser judío que él no era, pero quería ser. 

Los poemas de esta poeta son un picotazo doloroso, pero esclarecedor.

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