(Imagen tomada del programa Cartes du Ciel)
El segundo trabajo que Euristeo impuso a Hércules consistió en que diera muerte a la hidra de Lerna, un temible monstruo de varias cabezas. Para poder realizar este trabajo el héroe contó con la ayuda de Atenea, quien le indicó dónde estaba la guarida del monstruo y le aconsejó que para oblirgarle a salir de su guarida le arrojara flechas ardientes. Hércules golpeaba con su clava las cabezas de la hidra, pero en cuanto una quedaba aplastada, surgían dos o tres en su lugar.
Para colmo de males, un enorme cangrejo acudió en ayuda del monstruo y mordíó al héroe en el pie. Éste, después de aplastarlo, pidió ayuda a Yolao para poder acabar con la hidra. Yolao hizo fuego en el borde de un bosque y entregaba a su primo las ramas encendidas con las que Hércules cauterizaba las cabezas recién aplastadas, así conseguía que no le brotaran más. Por último, con una espada de oro cortó la última cabeza, la cabeza inmortal de la hidra y la enterró baja una enorme roca, dando muerte definitiva al horrendo monstruo.
Euristeo se negó a reconocer el trabajo de Hércules, porque decía que lo había realizado con la ayuda de Yolao.
Al margen de la mitología, es interesante observar con un pequeño telescopio la galaxia M83, una galaxia espiral por debajo de la cola de la hidra (ver mapa).