¿Quién se acuerda ya de Cristóbal de Castillejo?
Pues sí, Cristobal de Castillejo existió, tal y como prueba su obra publicada por la Fundación José Antonio de Castro y las antologías de poesía española del Renacimiento.
No llegó a alcanzar el éxito de sus contemporáneos Boscán o Garcilaso, con los que no compartía la tendencia a utilizar las formas que venían de Italia. Sin duda, en eso, se equivocó. Aunque sí trabajó los temas y las ideas nuevas propias de la época.
A mí me gusta especialmente esa especie de traducción del poema de Catulo Da mi basia mille, deinde centum que le quedó así:
Dame, amor, besos, sin cuento,
asida a mis cabellos,
y mil y ciento tras ellos,
y tras ellos mil y ciento,
y después
de muchos millares, tres;
y porque nadie lo sienta,
desbaratemos la cuenta
y contemos al revés.
Podéis leer más poemas suyos pinchando aquí.
"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
Me encanta el poema de Catulo, me lo he impreso y todo.
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