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miércoles, 14 de mayo de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (Mahmud Darwish)

Ejemplar del KM
#unlibrounpoema

Publicada hace poco más de un mes, esta antología de poemas de Mahmud Darwish recoge una muestra amplia y suficiente de su quehacer como poeta. Tiene, además, el mérito de incluir algunos poemas que nunca habían sido traducidos al castellano. Una forma estupenda de acercar la poesía de Darwish a la masa lectora en castellano, en una edición de bolsillo pero muy bien cuidada. 



ENAMORADO DE PALESTINA 


Enamorado de Palestina Tus ojos son una espina en mi corazón, 
me duele… pero la adoro, 
la guardo del viento, 
me la clavo más allá de la noche y los dolores, me la clavo 
y la herida enciende la luz de las lámparas, 
su mañana se vuelve mi presente. 
La quiero más que a mi alma, 
y en cuanto ojo y ojo se encuentran, olvido 
que un día, del lado de fuera de la puerta, ¡fuimos dos! 

Tus palabras… eran un himno: 
yo intentaba cantar 
pero la pena cercaba el labio en primavera. 
Tus palabras, como las golondrinas, alzaban el vuelo: 
en otoño emigraban contigo de las puertas y umbrales 
de nuestras casas a donde quisiera el deseo… 

Nuestros espejos se rompieron, 
la tristeza se multiplicó por mil 
y recogimos las astillas de una voz…
que entonaba ¡la elegía del país! 
La sembraremos juntos en el cuerpo de una guitarra 
que tocaremos 
en las azoteas de nuestra catástrofe 
para piedras y lunas deformes. 
Porque la había olvidado… olvidado, oh voz desconocida: 
al marcharte se oxidó la guitarra… ¿O ha sido por mi silencio? 

Ayer te vi en el puerto, 
viajera sin parientes… sin provisiones. 
Corrí hacia ti como un huérfano 
que pregunta a la sabiduría de sus abuelos: 
¿Cómo es que han empujado a los huertos verdes 
a prisión, al exilio, a una dársena 
y ahí siguen, a pesar de la travesía, 
a pesar de los vientos salobres y los deseos, 
ahí siguen siempre verdes? 
Escribo en mi diario: 
Amo las naranjas. Odio el puerto. 
Y sigo escribiendo: 
En el puerto 
me detuve. El mundo tenía ojos de invierno 
y nosotros, mondas de naranjas. Detrás de mí, el desierto.

Te he visto en los cardos de los montes, 
pastora sin ovejas 
perseguida, entre las ruinas… 
Tú eras mi jardín y yo el forastero 
que llamaba a tu puerta, oh corazón. 
En mi corazón… 
la puerta, la ventana, los cimientos, las piedras fraguan. 

Te he visto en las cántaras de agua y de trigo 
hechas añicos. Te he visto camarera en clubes nocturnos. 
Te he visto en las ranuras de las lágrimas y las heridas. 
Tú eres en mi pecho otro pulmón… 
Tú, tú, la voz de mis labios… 
Tú el agua, tú el fuego. 

Te he visto a la entrada de la cueva… 
tendiendo en la cuerda la ropa de tus huérfanos. 
Te he visto a la lumbre y en las calles… en los corrales… en la sangre del sol. 
Te he visto en los cantos de orfandad y desposesión. 
Te he visto rebosante de sal y de arena. 
Eras preciosa como la tierra… como los niños… como el jazmín. 

Y juro: 
Que con las pestañas de mis ojos tejeré un pañuelo 
y bordaré un poema a tus ojos 
con un nombre que dicho derrite el corazón… 
para alimento de las ninfas del bosque. 
Escribiré una frase más hermosa que las promesas y los besos: 
«Era palestina. ¡Y lo sigue siendo!». 

En una noche de tormenta abrí la puerta y la ventana 
a la luna anquilosada de nuestras noches, 
y dije: ¡Es mi turno! 
Más allá de la noche y de los muros… 
he hecho una promesa a las palabras y a la luz. 
Tú eres mi jardín virginal… 
–y nuestras canciones, 
espadas que blandimos. 
Eres leal como el trigo… 
–y nuestras canciones, 
simiente que sembramos. 
Eres como una palmera en la imaginación, 
que no la troncha tormenta ni machete, 
que no deja que le arranquen las crenchas 
las fieras del desierto o del bosque… 
Pero a mí, exiliado tras los muros y la puerta, 
ponme a salvo en tus ojos
ponme donde estés 
ponme como sea: 
recobraré el color de cara y cuerpo, 
la luz del corazón y la mirada, 
la sal del pan y de las melodías 
y el sabor de la tierra y el país. 
Ponme a salvo en tus ojos, 
haz de mí tabla de olivo en la choza de la miseria, 
haz de mí aleya del libro santo de mi infortunio, 
haz de mí juguete… piedra de la casa 
para que otra generación recuerde 
el sendero a casa. 

Palestina en ojos y tatuaje 
palestina en el nombre 
palestina en los sueños y las penas 
palestina en el pañuelo, los pies y el cuerpo 
palestina en las palabras y el silencio 
palestina en la voz 
palestina en el nacimiento y en la muerte. 
Te llevaba en mis viejos cuadernos, 
fuego para mis versos. 
Te llevaba de provisión en mis viajes. 
En tu nombre grité en los valles: 
¡La caballería cruzada… bien la conozco, 
aunque sea otra la batalla! 

Tened cuidado… Cuidado 
con el relámpago que mi canto saca del pedernal. 
Yo soy la flor de la juventud, la gala de los caballeros. 
El destructor de los ídolos. 
Los confines del Levante los siembro 
de poemas ¡que los buitres perdonan! 
En tu nombre he gritado al enemigo: 
Comeos mi carne si me quedo dormido, gusanos. 
De los huevos de las hormigas no nacen águilas… 
Pero un huevo viperino… 
¡esconde una serpiente! 
¡La caballería cruzada… bien la conozco, 
mas por encima de ella sé que 
yo soy la flor de la juventud, la gala de los caballeros!

Traducción: Luz Gómez.

Otras ediciones en castellano:  

Disponéis de una selección abundante de poemas en la página

***


sábado, 3 de mayo de 2025

REFLEJOS, Desde mi ventana



Esta fotografía la saqué hace mucho tiempo en el Museo de Bellas Artes de Boston. Lo que ella me sugirió dio origen al poema que, años después, quedó recogido en la colección que lleva por título Desde mi ventana. 



REFLEJOS



El gesto especular,

la tersa superficie que devuelve

una imagen inversa e insegura,

el cristal impenetrable

que escupe lo mismo 

que recoge,

esa insistente sensación 

de no saber diferenciar

entre lo real y lo soñado.


El pensamiento se observa

a sí mismo

en un laberinto de objetos

que proclaman su belleza

en la inconsistencia espectral

de los destellos


Nada es tan cierto 

como la incertidumbre.


***


martes, 4 de marzo de 2025

AZUELO, MONASTERIO DE SAN JORGE

El monasterio visto desde el aparcamiento de Azuelo.

Del monasterio dedicado a san Jorge, parroquia del pueblo en la actualidad, existen noticias documentales mucho antes de que Azuelo empezara a existir. Esto quiere decir que, como ocurrió en torno a otros muchos monasterios, la población fue agrupándose al abrigo que una institución como esta podía proporcionar en la edad media. Y parafraseando a Napoleón, podríamos decir que desde aquí, mil años (por lo menos) os contemplan, pues ya a finales del siglo X hay documentación sobre un tal Jimeno, abad de San Jorge.

En los libros y guías sobre arte románico que he consultado, este monasterio recoge tal cantidad de reliquias, que con solo enumerarlas saldría un párrafo de mayor extensión que el anterior. Ya sabéis, eran en aquella época el mayor atractivo para que la gente se acercara y, en consecuencia, una buena entrada de dinero. Pero no voy a ocuparme ni de reliquias, ni de historia del románico; simplemente voy a colocar los nombres de lo que las imágenes recogen y a recomendaros la visita, pues Pedro, un maestro jubilado, enamorado del monasterio, es un excelente guía que os contará muy bien su historia, sazonada con anécdotas muy atractivas. 

Y si no tenéis ocasión de pasar por allí, en este enlace encontraréis información más que suficiente sobre los elementos más notables. 
 
Fachada oeste. 
Destaca esa tremenda espadaña-paredón donde se alojan campanas y vanos de ventanas.

Portada occidental. Solo se abre para oficios destacados, como bodas, bautizos, funerales.
Dos arquivoltas principales se apoyan sobre dos pares de columnas insertas en el escalonamiento de las jambas.


Escudo navarro

Escudo navarro

Sansón contra el león. Capitel historiado portada oeste.

Unos pocos canecillos de los que no han sido restaurados son aún reconocibles a pesar del deterioro ambiental.

Pareja abrazada. Canecillo del ábside.

Sillar con ¿serrucho? y cruces ¿señas de cantero?

Un ser monstruoso se dispone a devorar ¿una persona?

¿Un león?

Hermoso ejemplo de ventana románica y línea imposta con ajedrezado jaqués

Interior. El tramo final, más moderno, cubierto con bóveda de terceletes.

Capitel con Cristo bendiciendo

La firma está en el lado oeste.

"Me fecit" (me hizo) en el lado este.

Daniel con los leones

Cúpula de la capilla barroca.

Representación artística y nota en la que se cuenta lo que hacían para curar la rabia

Lo mismo, pero con la risma en primer término 

Yo tampoco sabía lo que era una risma. Creo que fuera de Navarra nadie lo sabe, pues el único diccionario ( y he consultado unos cuantos) que recoge el vocablo es la Gran Enciclopedia Navarra.

Solo me queda expresar mi agradecimiento a Pedro, con el que estuvimos un par de horas mucho más que entretenidos y animaros a que realicéis la visita

***


martes, 11 de febrero de 2025

DE JOYCE A ALMODÓVAR

Leves toques en el vidrio lo hicieron volverse hacia la ventana. De nuevo nevaba. Soñoliento vio cómo los copos, de plata y de sombras, caían oblicuos hacia las luces. Había llegado la hora de variar su rumbo al poniente. Sí, los diarios estaban en lo cierto: nevaba en toda Irlanda. Caía nieve en cada zona de la oscura planicie central y en las colinas calvas, caía suave sobre el mégano de Allen y, más al oeste, suave caía sobre las sombrías, sediciosas aguas de Shannon. Caía, así, en todo el desolado cementerio de la loma donde yacía Michael Furey, muerto. Reposaba, espesa, al azar, sobre una cruz corva y sobre una losa, sobre las lanzas de la cancela y sobre las espinas yermas. Su alma caía lenta en la duermevela al oír caer la nieve leve sobre el universo y caer leve la nieve, como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y sobre los muertos (Traducción: Guillermo Cabrera-Infante. Ha pasado casi medio siglo desde esta edición que yo tengo a la que hoy mantiene la editorial y, aunque la traducción actual es de Eduardo Chamorro, las diferencias son insustanciales).

Este es el párrafo final del último cuento recogido en Dublineses, The Dead (Los  muertos), en mi opinión el mejor de todos ellos. De ese párrafo final es de donde Almodóvar ha sacado la cita sobre la nieve con que se cierra su última película, La habitación de al lado.

Traigo la cita porque cuando vi la profundamente esteticista película me pareció más un panfleto muy bien adornado que una profunda reflexión sobre el derecho a disponer de la muerte propia como cada cual quiera, y el paralelismo entre el cuento de Joyce y la película es absolutamente inexiste. Es más, el uso que el director hace de la nieve cayendo mientras una voz en off dice alguna de las frases del cuento es también esteticista, mientras que en Los muertos, donde todos los personajes están vivos, es una hermosa y exacta metáfora sobre lo que esa historia encierra. 

Es la diferencia entre la fuerza expresiva de un relato que aborda la existencia sin pretender engañar ni convencer de nada, sino exponiendo honestamente un punto de vista sobre la sociedad de un momento y un lugar determinados (en este caso Irlanda, primeros años del siglo pasado), y el uso indiscriminado de cualquier material para realizar la propaganda de la idea de defendemos, que es lo que viene realizando, por cierto, en las últimas películas.

***


miércoles, 22 de enero de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (Ana María Moix)

Ejemplar de la Biblioteca Central
 #unlibrounpoema

De Ana María Moix no había leído nada más que los 11 poemas recogidos en la ya célebre antología de Castellet, Nueve novísimos, por lo que cuando vi este ejemplar en la biblioteca, me hice inmediatamente con él. 

Reproduzco este lento, hermoso, meditativo y nostálgico poema:

Mi ciudad es un pueblo grande con tranvías
donde de cuando en cuando aún se escucha a Chopin.

Entre sumerio-acadios e hititas
asomábamos la cabeza por la ventana.
Llovía.
La aventura de la vida se quedó
en la última posesión que nos quiso perder.

En la calle hay gente aún.

No recordé nada 
después de aquel instante.
"Ha muerto", dijeron,
y pensé si sería la muerte un feliz olvido.
Después murieron los hititas,
los sumerios,
el orden jónico,
el alif y la raíz íbera;
murieron todos los de aquella tarde
en el bar de la facultad.
Solo quedó un pueblo grande con tranvías
donde aún se escucha a Chopin.

Luego volvieron, más tarde,
con libros recién abiertos.
Mis labios en  el agua sucia del lago
reían: adoraban a Pirandello
y no entendían el teatro de Brecht.
Era en mil novecientos sesenta y seis.

"Ha muerto", dijeron, en el patio,
bajo las arcadas de la facultad.
Pensé si sería la muerte aquello
de amarles tanto
y pensé si valía la pena que fueran
mi resurrección.

Entre el regalo de la muerte que se ofrece
y el descanso de la vida que se pierde
hubo un árbol
                    (palmera, definió un amigo poeta),
nido de dioses, sobra de siempre;
hubo un momento.
Después de entonces no recordé nada.
Sigilosa, a caballo entre vida y muerte
surge otra orilla, camino de sombras
pasó la de Gustavo Adolfo Bécquer.

"Ha muerto", dijeron, "Ha muerto".

Volví más tarde. Pórticos,
columnas, arcos, sombras;
allí estaba como siempre el lago,
allí hablaban, hablaban, hablaban como antes
todos.

Mi ciudad es un pueblo grande con tranvías,
dije, pero no entendieron, porque
leían todos ellos Viejo Barrio
y aún velaban por la noche los hititas,
los sumerios,
el orden jónico,
el alif y la raíz íbera.

¡Qué jóvenes eran para mis aún no veinte años!
¡Qué sabia e inhumana la voz de las cosas!

Quise irme
para no oírles hablar de Sartre,
Dios, Marx o Ionesco.
Malos son los hititas o el arte sasánida;
peor era amarles y sentir su muerte cada tarde
de mil novecientos sesenta y seis
hablando de Franco.

Vi entonces un rostro. Pensé un momento
tras el que no recordé nada.
Vi entonces un rostro. Sentí
que eran muertos, como los hititas,
los sumerio-acadios,
el orden jónico,
el alif y la raíz íbera;
y hablaban, hablaban, hablaban de Pirandello.

Regresamos andando a casa.
Juntos volvimos a coger los libros.
La filosofía y sus problemas no nos interesaban.
La ciudad es un pueblo grande con tranvías,
dije, sacando la cabeza por la ventana.

No sé si lo oyeron. Abrimos los libros
por la primera página. No estaba el arte sasánida,
solo largas cuentas, sumas y rayas.

Faltó el tiempo justo entre sumerios e hititas
para gritar a la gente qué era aquello.
Bastó la breve ausencia del copto
para comprenderlo.

No recordamos nada
desde un lejano momento.

La ciudad era un pueblo grande con tranvías
y todos creían que habíamos muerto.

***

lunes, 23 de diciembre de 2024

DESDE MI VENTANA, Pétalos de camelia

Los pétalos caídos se hacen solidarios con el agua que corre.


Mientras que el hombre es una mota en el universo pensante, las hojas —el helecho y las agujas del pino y la frondosa palma y la cinta del sargazo— perciben la luz de una forma esencial y constructiva. Las flores que miran mi ventana desde el jardín cercado ciertamente no me ven, pero sus hojas ven la luz de un modo que mis ojos son incapaces de captar. La toman, cuando se expande radiante en el espacio como una disipación dorada, con una finalidad primordial. Aferran su energía estelar y con esa fuerza crean la vida de los elementos. Respiran en el polvo, y es una rosa.
DONALD   CULROSS   PEATTIE. Flowering Earth.


PÉTALOS DE CAMELIA
Ahí están:
caídos,
a la espera 
de ser pisados
volteados,
esparcidos,
disueltos.

No son nada,
tan sólo pétalos
abatidos
por el viento,

luz,
color,
belleza que se ofrece,

regalo que el día deja
a nuestros pies
para ver si somos
capaces de igualarlo.



***

miércoles, 11 de diciembre de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Wisława Szymborska)

Traducción:
#unlibrounpoema


Wisława Szymborska (1923-2012), a quien ya he dedicado algunas entradas, es una de las escritoras que más aprecio y más disfruto. Su altísima categoría humana, la profundidad de su mensaje, la universalidad de los temas que ha trabajado y las preocupaciones a las que ha dedicado su escritura la convierten, en mi panteón personal, en una de las obras imprescindibles de toda la literatura universal. 

Un ejemplo:



OPINIÓN SOBRE LA PORNOGRAFÍA

No hay mayor lujuria que el pensar.
Se propaga este escarce como la mala hierba
en el surco destinado para las margaritas.

No hay nada sagrado para aquellos que piensan.
Es insolente llamar a las cosas por su nombre,
los viciosos análisis, las síntesis lascivas,
la persecución salvaje y perversa de un hecho desnudo,
el manoseo obsceno de delicados temas,
los roces al expresar opiniones: música celestial en sus oídos.

A plena luz del día o al amparo de la noche
se unen en parejas, triángulos y círculos.
Aquí cualquiera puede ser el sexo y la edad de los que juegan.
Les brillan los ojos, les arden las mejillas.
El amigo corrompe al amigo.
Degeneradas hijas pervierten a su padre.
Un hermano chulea a su hermana menor.

Otros son los frutos que desean
del prohibido árbol del conocimiento,
y no las rosadas nalgas de las revistas ilustradas,
pornografía esa tan ingenua en el fondo.
Les divierten libros que no están ilustrados.
Sólo son más amenos por frases especiales
marcadas con la uña o con un lápiz.

¡Qué horror, en qué posturas,
con qué indecente sencillez
logra una mente fecundar a otra!
Posturas que ignora el Kamasutra.

Durante esas citas, apenas si es el té lo que calienta.
La gente, en las sillas, mueve los labios.
coloca sin ayuda pierna sobre pierna.
Un pie, de esa manera, se apoyará en el suelo,
y el otro libremente se mecerá en el aire.
En ocasiones alguien se levanta,
se acerca a la ventana
y a través de la raja que dejan las cortinas
espía la calle.

No es necesario poner mucha atención para darnos cuenta de que el recurso principal con el que juega Szymborska es la ironía, y lo hace con grandes dosis de humor, pero el tema del que está hablando no es la pornografía. En el poema subyace un magnífica ejemplificación del eudemonismo aristotélico. Permitidme que exponga, aunque sea muy brevemente la cuestión.

Aristóteles nos recuerda en su Ética a Nicómaco que 
el ser humano es feliz cuando desarrolla del modo más perfecto posible su esencia y su función específica, es decir, cuando se autorrealiza como tal. Eso sí, nos hace falta saber cuál es el rasgo definitorio de un ser humano. Para averiguarlo va analizando cuantas acciones realizamos en busca de aquellas que puedan ser realmente nuestras y solamente nuestras.

Desde luego, los seres humanos realizamos múltiples actividades. Muchas de ellas, como alimentarnos, reproducirnos o crecer, las compartimos con todos los seres vivos, ya sean vegetales o animales, luego esas no son las específicamente nuestras; otras, como la capacidad de movernos, de sentir o de aprender, las compartimos con los animales, luego tampoco son las que buscamos. 

Después de una larga indagación, la única actividad humana que encuentra propia y exclusiva de las personas es la capacidad de pensar y razonar. Así que seremos buenas personas y estaremos más cerca de la felicidad cuanto mejor ejerzamos la racionalidad a lo largo de nuestra vida... y no esté, por tanto, dominada por la pornografía, quiero decir por el deseo, por las irracionales pasiones.

Y qué estupendo verso sobre la pasión del conocimiento: 
No hay nada sagrado para aquellos que piensan.

Que la felicidad de la poesía y del conocimiento os acompañen.

***


lunes, 11 de noviembre de 2024

DESDE MI VENTANA



Ya están disponibles desde hoy los tres formatos en que se ha publicado el poemario: Kindle, tapa blanda, tapa dura

Los poemarios se acompañan de las imágenes que originaron los poemas. Algunas de ellas aparecen en el vídeo. En papel, por desgracia, no es posible imprimirlas en color. Todas aparecen en blanco y negro, aunque tendréis oportunidad de verlas en blog, así como en los audios que vaya grabando, pues serán el icono de la portada de cada uno de ellos, tal y como aparecieron en los audios que publiqué hace pocos días. 



Collage y pintura. Creación de Irene.


Muchas gracias a todas las amistades que de una manera u otra habéis contribuido a mejorar la presencia del texto o a difundir el vídeo publicitario del libro 💗💙💚💛💜.
***



viernes, 1 de noviembre de 2024

DESDE MI VENTANA

Cubierta de la edición en papel


Ya está disponible la versión en papel y tapa dura del nuevo poemario. Un título para recordar que lo verdaderamente importante y extraordinario es todo aquello que conforma cuanto vivimos día a día, lo cotidiano, lo más próximo y elemental.



Todos los poemas que componen esta colección fueron escritos hace algunos años, la mayoría de ellos entre 2014 y 2018. Los fui agrupando bajo diversos títulos que ahora no viene al caso recordar y algunos aparecieron publicados en el blog en aquel tiempo. Hoy me he decidido a recogerlos y hacerlos públicos definitivamente según el orden inverso en que fueron escritos, es decir, los últimos que escribí son los que aparecen en primer lugar; los más antiguos, al final.

Si no todos, la inmensa mayoría surgió de una imagen, de algo que vi y me llamó especialmente la atención. Esa es la razón de que aparezcan acompañados de una fotografía que recoge el objeto, hecho, animal, planta o paisaje que captó mi atención. No siempre las fotografías son mías, y aunque algunas de las que no me pertenecen tienen sobreimpreso el nombre de quien las hizo, no ocurre con todas, pero el parentesco de su autora conmigo es estrecho y ella sabrá perdonarme.

Hay una imagen que aparece dos veces, es decir, fue doblemente motivadora para mí. Es, ya lo veréis, un collage en el que se puede ver una isla rodeada por un dragón. Ese fue un trabajo de Irene que utilicé en numerosas ocasiones —siempre con muy buenos resultados— para motivar la escritura dentro del aula cuando todavía trabajaba en la enseñanza. Tanto utilizarlo, al final el tentado por su poder de sugestión fui yo.

Unos pocos poemas de los que aquí figuran ya habían sido publicados en títulos anteriores. Los he recuperado porque ahora pueden aparecer con la imagen que los originó. Estoy convencido de que tienen un sentido más pleno y se entienden mejor a la vista de aquello que provocó su nacimiento. Además, ayudan a completar la idea global que late dentro del conjunto.

Desde mi ventana es una colección que recoge mi mirada sobre el mundo y lo que este me ha podido sugerir. Unas veces aparece la conmoción ante la belleza más próxima y cotidiana; otras, la reflexión sobre algún hecho o situación que me ha parecido especialmente llamativo; en otras ocasiones surge la expresión del dolor ante el desgarro de la violencia; en definitiva, esta colección de poemas recoge mi estar y mi ser frente a lo que me rodea. No es autobiografía, pero en todos y cada uno de los poemas están mis propias reacciones, mis miedos y mis deseos, mis reflexiones, mis angustias y mis alegrías.


[Las imágenes que se ven en las carátulas de los audios son las que provocaron el nacimiento de los poemas].



***