Goethe es inmenso. Su curiosidad era omnímoda: geología, teoría de luz y los colores, botánica, literatura, arte... y, cómo no, música. Su influencia en el mundo musical es de tal nivel que bien se puede rastrear su poesía a través de las innumerables musicalizaciones que se han realizado de sus poemas. Solamente dos ejemplos de lo que digo: el programa Biblioteca verde, de Radio clásica, le dedicó ¡más de 20 sesiones de una hora! en 2011; el filósofo mexicano Antonio Caso (1883-1946) escribió un breve ensayo todavía hoy muy citado, La trascendencia musical de Fausto de Goethe, y que la Universidad de México, como podéis ver, tiene recogido en formato pdf en su web. Este es el párrafo inicial:
Un gran poeta, como Dante o Goethe, es fermento de actividad estética no sólo dentro del campo genuino de su arte, sino también en las esferas limítrofes de la música y las artes del diseño; así como un gran músico o un gran pintor influye de rechazo en el orden de las actividades literarias de la humanidad. Lírica, épica, novelística o dramaturgia, todas las múltiples actividades de la expresión artística por la palabra escrita, suelen desarrollar la intuición pictórica o musical de un pintor como el Greco, un escultor como Miguel Angel o un músico como Beethoven. Y es porque el fondo de la creación artística vale en primer término, y es relativamente secundario el modo de expresión.reina la calma,
en todas las cimas
sientes
apenas un aliento.
Los pajarillos callan en el bosque.
¡Aguarda, pronto
tú también descansarás en paz!
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