Editorial. Traducción: José C. Vales. |
Igualdad hombre-mujer:
"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
Editorial. Traducción: José C. Vales. |
Editorial |
Este texto, que bien podría ser un manual universitario, es una excelente obra de divulgación que abarca todo cuanto puede desear conocer un más que buen aficionado al tema —en el enlace con la editorial podéis leer la enorme amplitud del índice—. Por incluir, incluye hasta un capítulo dedicado a la astrobiología, disciplina hoy relativamente extendida, pero que surgió a finales del milenio anterior. Pero lo mejor de todo es que se trata de una obra que tiene las que considero tres características fundamentales de una buena obra de divulgación: rigor científico, claridad expositiva y estilo ameno. Es un libro que una vez que se coge resulta difícil de abandonar, un tema lleva a otro y una consulta a otra.
En el vídeo de presentación participa uno de los autores, David Galadí-Enríquez, él os ofrece todo tipo de detalles sobre la obra y más:
Editorial |
Tu cabeza, tu pelo sin ruido,
selva detenida en la redonda caricia de un pensamiento,
cantan a la luz proscrita de mis manos.
Poesía erótica. El cuerpo como texto. Erotismo y escritura se mezclan, se entremezclan. Dos formas de ver el mundo. De iluminarlo. Cuerpo y poesía, dos expresiones del mismo ser que al yo poético le ofrecen protección.
el mundo es un laberinto del que salgo / al entrar en tu cuerpo
Reiniel Pérez Ventura nos ofrece un poemario en el que entremezclan el cuerpo del poema y las palabras del cuerpo, el gozo de la escritura en unos versos brillantes, llenos de buena poesía. Un nombre que anotar para seguirle la pista.
Si tuviera que decantarme por alguno de los poemas, me quedaría con el VIII. Me parece el más explícito de todos ellos. En cualquier caso, todos son bellísimos.
VIII
Macho y hembra las hice: palabras.
Vayan por este poema engendrando
el entrecruzado cuerpo de la belleza.
Tú serás árbol y pondremos en tu ser la rama
y bajará hasta tu nombre la raíz hembra llena de hijos.
Tú, pozo de donde viene
la sed inocente de las cosas,
la noria devuelve tu cuerpo al día.
Por eso el agua es todas las aguas
y el mar se engendra sombra y cuerpo en la misma palabra.
el espacio es macho pero la nada tiene senos oscuros.
Las palabras sueñan
y en todos los sueños somos sus hijos.
Las palabras se despiertan en las lenguas
como sobre un lecho,
se entrelazan en ti enamorado
y en ti amante que callas todos los nombres.
Vayan por este poema asediando
el cuerpo virgen de las cosas,
vayan por este poema
haciéndose y deshaciéndose,
escondiéndose y volviéndose mudas al comienzo.
Pero el hombre se conformó con domar las cosas,
con detenerlas en sí mismas,
y las palabras se prostituyeron.
Todo tenía que hablar
para ser reconocido
y lo que callaba se sentaba
al borde del hombre con ojos amenazadores.
Macho y hembra las hice,
destinadas al destierro;
siempre saliendo del paraíso de todas las bocas.
En él se encuentran, recuerdo de la barbarie de las turbas revolucionarias, las cabezas (y otras partes del cuerpo) de los reyes de Judea, que formaban parte de la decoración exterior de Notre-Dame.
La batalla de San Romano, Paolo Uccello. |
El grito, E. Munch. |
À mon seul désir |
Olfato |
Ejemplar de la Biblioteca Central |
Me enteré gracias a un tuit de Francisco Javier Irazoki en noviembre de que Tusquets había publicado la poesía de Fernando Aramburu. El fin de semana terminé su lectura. Bajo el título de Poesía reunida han recogido Ave sombra, Materiales de derrubio, Sinfonía corporal, Mateo, el tiempo en su arcángel y Bocas del litoral. Cierra la edición un bello epílogo de Irazoki.
Del último título, Bocas del litoral, entresaco este
POEMA MUERTO
No sé mi nombre ni si acaso he muerto
—polvo y fragos— la tarde en que Irún arde.
Es improbable haber sobrevivido
a la infernal derrota que citan los manuales.
Cuarenta años difuntos no dirán
—ni lo dirá el olvido que custodia otras cosas—
si le fue dado al cielo
de algún confín remoto en el exilio
o de mi tierra verde recobrada
seguir amaneciendo para mí.
Mas si huido al furor del requeté aquel día
por cuyo brazo sin piedad
a mi pecho y mi casa un dios dispara,
en quien acaso yo también creía,
dudo que azar tan compasivo no me haya deparado
alguna vez más tarde mi noche de agonía, mi estertor último
y en fin mi oscuridad inacabable
antes de la hora quieta y venidera de poniente
en que compongo este poema muerto.
Lo que allí no pudieron el fuego ni las armas enemigas
lo habrá podido a su manera el tiempo.
Oculto entre las ruinas y las llamas,
quiero haber sido al fin de esa refriega
que gana el invasor, el gudari sin nombre
de quien parte el disparo
último de su bando.
No cambiará el destino adverso de la guerra,
no alzará las paredes derruidas,
ni siquiera yo mismo acaso sepa
nunca que es ese rezagado
disparo el que da muerte a Beorlegui.
La presentación del libro en la librería Alberti:
Chagall |
La excelente relación que mantuvieron Eduardo Chillida y los Maeght es lo que ha propiciado que casi una veintena de obras de la fundación puedan estar expuesta en el Museo Chillida Leku hasta el 14 de abril. La exposición pide a gritos una visita (la hay guiadas para quien así lo desee).
Calder |
Arp |
Giacometti |
Braque |
Palazuelo y foto "de familia" en la Fundación. Si amplias, quizás podáis reconocer a Eduardo Chillida y a Pilar Belzunce (2ª fila, 4º y 5º puestos empezando la derecha). |
Hepworth |
González |
Miró |
Calder |
Puente Alejandro III, París |
Puente María Cristina, San Sebastián. |
San Sebastián |
San Sebastián |
París |
San Sebastián |