viernes, 5 de enero de 2024

TORRE EIFFEL

La torre Eiffel desde el cementerio Lachaise (7 km los separan).

 Mentiría vilmente si dijera que la torre más emblemática de París, y tal vez la más visitada de todo el mundo, se ve desde cualquier punto de la capital francesa, pero sin duda es la que más se ve, la que domina la línea del cielo y la que más admiración causa de cuantas torres conozco ya estén realizadas en piedra, cristal, madera, metal o cualquier otro material. Así, pues, aprovecho algunas fotografías que realicé la semana pasada y los 101 años —¡qué bonito capicúa!— de la muerte del ingeniero que le dio su nombre para airearla un poco.

Esta "guitarra del cielo" —ver más abajo el poema de Huidobro— luce bien a pesar de sus más de 135 años, sus 7.300 toneladas de hierro, sus 2.500.000 de remaches y sus 60 toneladas de pintura, y le da igual que sea de día o que sea de noche, que el día esté luminoso o que las nubes la dejen a medio definir.

De ella, que yo sepa, se han ocupado Apollinaire, Cendrars —los enlaces dirigen a los poemas que escribieron sobre ella, traducidos al castellano— y Huidobro quien, por cierto, escribió primero en francés su "Tour Eiffel" y posteriormente nos dejó este poema pintado:

El original está en el Museo Reina Sofía

Desde la base

Desde el Puente Nuevo con la cúpula del Instituto de Francia.

Desde el puente Alejandro III con la torre de la iglesia americana.



Y aquí el poema (intento mantener la disposición de los versos): 


TOUR EIFFEL 


Torre Eiffel 


Guitarra del cielo 

                            Tu telegrafía sin hilos 

                            Atrae a las palabras 

                            Como un rosal a las abejas 

Durante la noche 

ya no corre el Sena 

                            Telescopio o clarín 

                            Torre Eiffel 

Y es una colmena de palabras 

O un tintero de miel 

                            En la profundidad del alba 

                            Una araña de patas de alambre  

                            Urdía su tela de nubes 


                            Mi niño 

                            Para subir a la Torre Eiffel 

                            Se trepa por una canción 

                            do 

                               re 

                                  mi 

                                      fa 

                                         sol 

                                             la 

                                                si 

                                                   do 

                           Ya estamos arriba 


Un pájaro canta

En las antenas    

Telegráficas 

                           Es el viento 

                           De Europa 

                           El viento eléctrico 


                           Allá abajo 

Los sombreros vuelan 

Tienen alas pero no cantan 

Jacobina 

                          Hija de Francia 

¿Qué ves en lo alto? 


El Sena duerme 

Bajo la sombra de los puentes 

Veo girar la tierra  

Toco el clarín 

Para todos los mares 

                         Sobre el camino 

                         De tu perfume 

                         Todas las abejas y palabras se van 


                         En los cuatro horizontes 

                         Quién no oyó este cantar


YO SOY LA REINA DEL ALBA DE LOS POLOS 

YO SOY LA ROSA DE LOS VIENTOS QUE SE

MARCHITAN CADA OTOÑO 

Y TODA LLENA DE NIEVE 

MUERO CON LA MUERTE DE ESA ROSA 

EN MI CABEZA CANTA UN PÁJARO TODO EL AÑO 


Así un día me habló la torre 

Torre Eiffel 

Jaula del mundo 

Canta 

                         Canta 

Repique de París 


El gigante colgado en medio del vacío 

Es el cartel de Francia 


                          El día de la victoria 

                          Tú se la contarás a las estrellas


***


jueves, 4 de enero de 2024

ELIZABETH BARRET - ROBERT BROWNING

 No abundan las traducciones al castellano de la poesía de esta pareja y menos las traducciones que puedan conseguirse a través de una librería, aunque gracias a la recuperación de la literatura escrita por mujeres hoy es mucho más fácil hacerse con una edición de alguno de los títulos publicados por ella que por él. 

Es una lástima que la excelente edición de El anillo y el libro ya no esté disponible si no es a través de librerías de segunda mano y a precios escandalosos. Como Esteban Pujals recuerda en su Historia de la literatura inglesa la amplitud de la obra de Browning es enorme, y su universalidad sorprendente a pesar de moverse en un círculo de ideas limitado. Su filosofía de la vida se basaba en unas cuantas grandes verdades que, desde Pauline a Asolando, repitió con toda clase de variantes: Dios, inmortalidad, optimismo, amor al mundo y a la vida. Se le ha llamado el poeta del hombre, y quizá sería más propio designarlo como el poeta de los hombres, pues su interés por la humanidad era, en el fondo, interés por la individualidad de la persona. Su genio esencialmente dramático halló su principal modo de expresión en el monólogo, forma en que escribió obras maestras de introspección psicológica y poder analítico. Su estilo es a menudo difícil, y a veces, oscuro; pero con frecuencia se revela como un gran artista y un cantor de gracia y encanto especiales. Algunos de sus poemas líricos son cautivadores. Lo que jamás le falta es ímpetu, intimidad y una extraordinaria sinceridad intelectual y afectiva.

En cuanto a los títulos de Elisabeth Barrett, en la actualidad hay varias ediciones de los Sonetos y de Aurora Leigh, además de otros títulos asequibles a través de bibliotecas. Y ya que estoy con el manual del profesor Pujals sobre la mesa, aprovecho otro comentario suyo sobre su obra más ambiciosa: 
Este extenso poema es una especie de novela sociológica de asunto moderno, y se desarrolla a lo largo de nueve libros, en unos 11.000 versos blancos. Se exponen aquí los elevados conceptos de la poetisa sobre la vida y el arte. Aurora Leigh es la historia de una huérfana, muchacha de alma fina, afanosa por el estudio y el saber, que tiene dotes poéticas y un hondo sentido religioso. Aurora se cría en casa de una tía suya, en un ambiente poco propicio para su modo de ser. Allí ve con mucha frecuencia a su pariente Romney Leigh, hombre muy rico, que tiene en plan de ejecución grandes ideas de carácter filantrópico, pero cuya actitud ante la vida es arrogante y dogmática. Romney se declara a Aurora en circunstancias que hacen pensar a la joven que, más que cariño, lo que busca en ella es ayuda y compañía. Se siente herida en su amor propio, y rechaza la proposición. La decisión de Aurora equivale a tener que abandonar la casa y trasladarse a Londres para ganarse la vida con la pluma. Tampoco es afortunado Romney en su proyecto matrimonial con Marian Erle, una hermosa joven, hija de un vagabundo, a la cual había amparado, consecuente con su filantrópico romanticismo, El reencuentro de Romney y Aurora no tiene lugar hasta que la desgracia se apodera de Romney: fracasan totalmente sus proyectos filantrópicos, su mansión es destruida por las llamas y él mismo pierde la vista: La unión de Aurora y Romney es casi mística, orientada a la vida futura y al cielo, donde no se necesitan ojos carnales para ver. La coincidencia de Aurora Leigh con Jane Eyre (1847), de Charlotte Brontë, es patente. El poema, que se supone escrito por la protagonista, es el cauce expresivo del sentimiento y del pensamiento de Elizabeth Barrett en los aspectos social, ético y literario.

De Elizabeth Barrett subí una breve selección para la tertulia que hicimos sobre su poesía en 2018. De Robert Browning existe una pequeña selección en Ciudad Seva y una antología bastante completa en Everand, donde podéis apuntaros gratuitamente durante un mes y daros de baja antes de que se cumpla el plazo.

Dejo aquí uno de los poemas breves de Robert Browning, que nos servirá para comentar alguna de sus habilidades técnicas:

ENCUENTRO EN LA NOCHE

El mar gris y la larga, negra tierra;
Y en su ocaso, amarilla, la gran luna creciente, 
y las olas que brincan con leve cabrilleo
en bruscos rizaos, sobresaltadas en su sueño,
al enfilar yo el abra con proa diligente
y amortiguar su ímpetu en la limosa arena.

Luego una trecho de playa tibia con fuerte olor a mar 
y tres campos que cruzar hasta que surge una masía; 
un toque en el cristal, el rascar vivo y célere 
y azul chisporroteo de una cerilla que se enciende.
¡Y una voz, menos audible en sus temores y alegría,
que los dos corazones bien hallados que laten a la par!

                  Poemas escogidos. Traducción: Salustiano Masó. Endymión, 1992.

Este programa de la Cadena Ser que Ángeles Caso dedicó a la vida de Elizabeth puede valer perfectamente para contextualizar y disponer de una idea bastante exacta de la vida de ambos. En el programa también participa el especialista en literatura de la época victoriana, Francisco José Cortés


***


miércoles, 3 de enero de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (J. Cortázar)

Editorial
 #unlibrounpoema



MASACCIO

                                                  Así la luz lo sigue mansa,
                                                  y él que halló su raíz y le dio el agua
                                                 urde con sus semillas el verano.

                                     
                                 I


Un oscuro secreto amor, una antigua noticia
por nadie confirmada, que sola continúa y pesa;
el vino hace su tiempo, la distancia se puebla
de construcciones memorables.


Por las calles va Masaccio con un trébol en la boca,
la vida gira, es esa manzana que le ofrece una mujer,
los niños y los carros resonantes. Es el sol sobre Firenze
pisando tejas y pretiles.


Edificio mental, ¿cómo crecer para alzarte a tu término?
Las cosas están ahí, pero lo que se quiere no está nunca,
es la palabra que falta, el perro que huye con la cadena,
y esa campana próxima no es la campana de tu iglesia.


Bosque de sombra, la luz te circundaba con su engaño
dulce, un fácil puente sobre el tiempo
Torvamente la echabas a la calle para volverte a las capillas
solo con tu certeza. Alguna vez
le abrirías las puertas verdaderas, y un incendio
de oro y plumajes correría sobre los ojos. Pero aún no era hora.


Así va, lleno de jugos ácidos, mirando en torno
la realidad que inesperada salta en los portales
y se llama gozne, paño, hierba, espera.
Está seguro en su inseguridad, desnudo
de silencio. Lo que sabe es poco pero pesa
como los higos secos en el bolso del pobre.

Sabe signos lejanos, olvidados mensajes que esperan

en paredes ya no favorecidas; su fe es una linterna
alzándose en las bóvedas para mostrar, humosa,
estigmas, una túnica, un abrazo maldito.


Vuelve y contempla y odia su amor que de rodillas bebe
en esa fuente abandonada. Otros
pasan sonriendo sus visiones
y alas celestes danzan un apoyo para la clara mano.
Masaccio está solo, en las capillas solas,
eligiendo las tramas del revés en el lodazal de un cielo de mendigo,
olvidado de saludar, con un pan
sobre el andamio, con un cuenco de agua,
y todo por hacer contra tanto sueño.


En lo adentro del día, en esa lumbre
que hace estallar lo más oscuro de las cosas, busca;
no es bastante aclarar; que la blancura
sostenga entre las manos un martirio
y sólo entonces, inefable, sea.



                                  II


                                                     La escondida
                                                     figura que ronda entre las naves
                                                     y mueve el agua de las pilas.


Entre oraciones ajenas y pálidos sermones
eso empezó a desgajarse. Él soportaba
inmóvil, oyendo croar los grajos en los campaniles,
irse el sol arrastrando los últimos oficios. Solo,
con el incienso pegado a la ropa, un gusto a pan
y ceniza. Traían luces.
Cuando salía andaban ya las guardias.


Pintar sin cielo un cielo, sin azul el azul.
Color, astuta flauta! Por la sombra
ir a ellos, confirmándolos. La sombra
que antecede al color y lo anonada. En las naves,
de noche, veía hundirse el artificio,
confundidos los cuerpos v los gestos en una misma podre
de aire; su quieto corazón soñó
un orden nocturno donde el ángel
sobreviviera.


Pintó el pago del tributo con las seguridad del que golpea;
estaba bien esa violencia contenida
que estallaría en algún pecho, vaina
lanzando lejos la semilla.
Un frío de pasión lo desnudaba; así nació
la imagen del que aguarda el bautismo con un gesto aterido,
aspersión de infinito contra la rueda de los días
reteniéndolo aún del lado de la tierra.


Un tiempo predatorio levantaba pendones y cadalsos;
sobrevenían voces, el eco
de incendios sonoros, poemas y desentierros.
Los mármoles tornaban más puros de su sueño,
y manuscritos con razones
y órdenes del mundo. En los mercados
se escuchaba volver las fábulas dormidas; el aceite
y el ajo eran Ulises. Masaccio iba contento a las tabernas,
su boca aliaba el ardor del pescado y la cebolla
con un eco de aromas abaciales, mordía
en la manzana fresca el grito de la condenación,
a la sombra de un árbol de vino que fue sangre.


De ese desgarramiento hizo un encuentro,
y Cristo pudo ser de nuevo Orfeo, un ebrio
pastor de altura. Ahora entrañaba fuerza
elemental; por eso su morir requería violencia,
verde agonía, peso de la cabeza que se aplasta crujiendo
sobre un torso de cruel sobrevivencia.
Pintó sus hombros con la profundidad del mar y no del cielo,
necesitado de un obstáculo, de un viento en contra
que los probara y definiera y acabara.


Después le cupo a él la muerte,
y la aceptó como al pan o la paga,
distraído, mirando otra cosa
que tampoco veía. El alba estaba cerca,
la vuelta de la luz legítima. ¡Cuántos oros y azules esperando!
Frente a los cubos donde templaría esa alborada
Masaccio oyó decir su nombre.

Se fue, y ya amanecía

Piero della Francesca.

                             De Salvo el crepúsculo.

Tumba del poeta. Cementerio de Montparnasse.

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martes, 2 de enero de 2024

PASEO HASTA PASAJES

Vista desde la cubierta de la lonja

 La tradición de por aquí suele decir que el 1 de enero hay que ir al monte. Como bien puede suponerse, ni todos ni siempre cumplimos con la tradición y el paseo matinal me ha llevado hasta la bahía de Pasajes, concretamente hasta la cubierta ajardinada de la lonja de Pasaia, nuevo espacio ganado para la población andarina. El día luminoso que salió ayer se prestaba al disfrute de la vista.

Sigo el camino peatonal compartido con las bicicletas que transcurre durante un buen trecho paralelo a las vías del tren. Es muy cómodo, pues además de ser llano está aislado del tráfico de automóviles y el frescor matutino estimula el paseo. Al llegar a la altura de la rotonda que delimita los terrenos municipales de Donostia y Pasaia se encuentra la enorme escultura Ancla para un puerto de Ricardo Ugarte, 1991. 


Supongo que el vecindario ya está muy acostumbrado a verla, pero para una persona que se encuentre con ella por primera vez resulta algo más que llamativa. Es realmente una imagen poderosa, un auténtico icono.

Un poco más adelante se encuentra el mural más atractivo de la zona, obra Nextor Otaño, y del que dice la placa colocada a su vera que quedó en el 10º puesto mundial de murales el año 2022 según Street art cities.


Unos metros más adelante está el que, en mi opinión, es el edificio más interesante desde el punto de vista constructivo: la escuela de naútica Blas de Lezo. Una verdadera demostración de lo que se puede realizar con unos cuantos miles de kilos de cemento.


Es obra de los arquitectos Laorga y Zanón. Y también supongo que quienes lo ven todos los días o acuden a formarse estarán acostumbrados a él, pero se trata de una obra de gran valor del estilo brutalista que tantas construcciones interesantes ha dejado por todo el mundo. Su puntiaguda antena de hormigón es visible desde muy lejos.

No es la Torre Eiffel —a la que otro día dedicaré mi atención y algunas fotos— ni está situada delante de una explanada kilométrica, pero no deja de tener su atractivo. 

***


lunes, 1 de enero de 2024

FELIZ 2024

 

Tres poemas para comenzar bien el año:


HAPPY NEW YEAR


Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestas tu mano en esta noche
de fin de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.



                 Salvo el crepúsculo, Julio Cortázar.






ODA AL PRIMER DÍA DEL AÑO



Lo distinguimos
como
si fuera
un caballito
diferente de todos
los caballos.
Adornamos
su frente
con una cinta,
le ponemos
al cuello cascabeles colorados,
y a medianoche
vamos a recibirlo
como si fuera
explorador que baja de una estrella.

Como el pan se parece
al pan de ayer,
como un anillo a todos los anillos:
los días
parpadean
claros, tintineante, fugitivos,
y se recuestan en la noche oscura.

Veo el último
día
de este
año
en un ferrocarril, hacia las lluvias
del distante archipiélago morado,
y el hombre
de la máquina,
complicada como un reloj del cielo,
agachando los ojos
a la infinita
pauta de los rieles,
a las brillantes manivelas,
a los veloces vínculos del fuego.

Oh conductor de trenes
desbocados
hacia estaciones
negras de la noche,
este final
del año
sin mujer y sin hijos,
no es igual al de ayer, al de mañana?
Desde las vías
y las maestranzas
el primer día, la primera aurora
de un año que comienza
el primer día, la primera aurora
de un año que comienza,
tiene el mismo oxidado
color de tren de hierro:
y saludan
los seres del camino,
las vacas, las aldeas,
en el vapor del alba,
sin saber
que se trata
de la puerta del año,
de un día
sacudido
por campanas,
adornado con plumas y claveles.

La tierra
no lo
sabe:
recibirá
este día
dorado, gris, celeste,
lo extenderá en colinas,
lo mojará con
flechas
de
transparente
lluvia,
y luego
lo enrollará
en su tubo,
lo guardará en la sombra.

Así es, pero
pequeña
puerta de la esperanza,
nuevo día del año,
aunque seas igual
como los panes
a todo pan,
te vamos a vivir de otra manera,
te vamos a comer, a florecer,
a esperar.
Te pondremos
como una torta
en nuestra vida,
te encenderemos
como candelabro,
te beberemos
como
si fueras un topacio.

Día
del año
nuevo,
día eléctrico, fresco,
todas
las hojas salen verdes
del
tronco de tu tiempo:

corónanos
con
agua,
con jazmines
abiertos,
con todos los aromas
desplegados,
sí,
aunque
sólo
seas
un día,
un pobre
día humano,
tu aureola
palpita
sobre tantos
cansados
corazones,
y eres,
oh día
nuevo,
oh nube venidera,
pan nunca visto,
torre
permanente!


               Tercer libro de odas, Pablo Neruda.




¡Ah! ¡Ser como
un niño
el día de Año Nuevo…!


               ¡Cuánta hermosura!, Issa Kobayashi

***


domingo, 31 de diciembre de 2023

¡FELIZ AÑO!

 


Godt nytår
新年快乐
Bonne année
Frohes Neues Jahr
あけましておめでとう
Buon Anno
Feliç any
Feliz aninovo
Happy New Year
শুভ নব বর্ষ
с Новым Годом
שנה טובה
عام سعيد
Urte berri on
Feliz año

***

viernes, 29 de diciembre de 2023

DIARIO SUCINTO DE UNA ESCAPADA, y 5


En el tren, de vuelta a casa 🏡. Del paseo de hoy voy a destacar la visita al Museo Bourdelle; por cierto, un museo municipal y gratuito, y de esos que tienen un tamaño humano; es decir, de los que se pueden disfrutar sin tener que sufrir un mal de espalda.

Antoine Bourdelle (1861-1929) dice la Wikipedia que fue uno de los exponentes más destacados del periodo de la Belle Époque, y uno de los precursores de la escultura monumental del siglo xx; aunque hoy seguramente es más conocido por haber sido ayudante de Rodin y maestro de Giacometti.​

Hércules, su obra más reconocida.







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jueves, 28 de diciembre de 2023

DIARIO SUCINTO DE UNA ESCAPADA, 4

Arco de La Défense.

Hoy solo recojo en esta entrada edificios. Seguramente, la arquitectura  es la más agradecida de las artes para la fotografía, la que mejor se presta a ser recogida por la cámara. La mayoría son edificios contemporáneos, pero no todos.


Explanada de La Défense
Arco del Triunfo al fondo

Reflejos en un edificio de La Défense

Petit Palais

Grand Palais (un lateral)

Puente Alejandro III

Saint-Germain-des-Prés

Sede de Le Monde

Perspectiva desde el
Puente Charles de Gaulle

Biblioteca François Mitterrand 

Sena, B. F. Mitterrand y Torres Duo

Perspectiva con Les Invalides al fondo

 ***

miércoles, 27 de diciembre de 2023

DIARIO SUCINTO DE UNA ESCAPADA, 3

No es un lugar turístico, es una pequeña y olvidada calle cerca del Sacre Coeur. 

Soñemos, es la hora.


Esta casa está unida para siempre con la creación artística, más concretamente con la música y con la poesía. El azar quiere que en ella viva una pareja, Mauté de Fleurville y  Antoinette Mauté. Ella es una buena pianista que ha recibido clases del mismísimo Chopin. El hijo de ambos, Charles, partidario de la Comuna, es apresado y lo mandan al campo de Satory, donde un guardia nacional le pregunta por un maestro para su hijo. Charles le responde que su madre es una excelente pianista y allá que va el hijo. Se trata de Claude Debussy.


El arte es la más bella de las mentiras.

Charles, además de ser el culpable de que el niño Debussy pase por allí, había conocido previamente a Verlaine, con quien tenía amistad, y le había presentado a su hermanastra Mathilde, con quien se casará el poeta.


Ved que la aurora se levanta, un soplo y todo se desaparece. 

La paz conyugal durará poco tiempo, hasta que el jovencísimo Rimbaud aparezca por esa casa, invitado por Verlaine y la vida de los tres de un vuelco absoluto.


El poeta es un ladrón de fuego.

Y la llama de la pasión prendió sus vidas y transformó el orden cotidiano.

Todo esto pasó en el número 14 de una calle escondida y casi olvidada de un rincón de París, aunque gracias al artista urbano Jean-Marc Paumier (rue meurt d'art) quien hoy pase por ella podrá, por lo menos, intuirla y preguntarse por esas frases y esos personajes.

***