![]() |
Jeanne Hébuterne con jersey amarillo. Modigliani. Fuente: Guggenheim NY |
No sé si Modigliani es el pintor que mayor número de veces ha recogido en sus lienzos a su amante o no, pero, desde luego, lo hizo en infinidad de ocasiones y con variaciones mínimas. De las 337 obras que recoge La obra pictórica de Modigliani, Noguer, 1977, 25 corresponden a representaciones de Jeanne Hébuterne, compañera, musa y modelo del pintor, de vida especialmente corta (1898-1920).
Jeanne tuvo oportunidad de relacionarse pronto con la comunidad de artistas Montparnasse. Tenía talento para el dibujo y entró a estudiar en la Académie Colarossi. Allí conoció a Modigliani (1884-1920), quien acudía a la Academia para encontrar modelos en vivo. Así surgió el romance entre la estudiante y el ya entonces conocido artista. Poco después, ella se fue a vivir con él a pesar de la oposición familiar. Las convicciones católicas del momento no casaban bien con la vida relajada que se suponía que tenían los artistas.
Ella se convirtió rápidamente en el tema principal de la pintura de él: con sombrero, sin sombrero, sentada en una silla, sentada en una cama, junto a una ventana, junto a una puerta, con camisa, con jersey... Pero lo singular no se encuentra en las distintas poses, contextos ni ornamentos, sino en el extremado alargamiento de la figura. Estamos en la época de los ismos, y aquí parece que el artista italiano se inventa el suyo propio, pues aunque podríamos señalar algunas características del cubismo, del primitivismo o incluso del fauvismo como alimento y origen de su estilo, es tan propio, tan suya la manera de representar la figura humana, que ninguna de las corrientes estéticas de aquel momento lo sustentan ni lo encuadran.
Jeanne tuvo oportunidad de relacionarse pronto con la comunidad de artistas Montparnasse. Tenía talento para el dibujo y entró a estudiar en la Académie Colarossi. Allí conoció a Modigliani (1884-1920), quien acudía a la Academia para encontrar modelos en vivo. Así surgió el romance entre la estudiante y el ya entonces conocido artista. Poco después, ella se fue a vivir con él a pesar de la oposición familiar. Las convicciones católicas del momento no casaban bien con la vida relajada que se suponía que tenían los artistas.
Ella se convirtió rápidamente en el tema principal de la pintura de él: con sombrero, sin sombrero, sentada en una silla, sentada en una cama, junto a una ventana, junto a una puerta, con camisa, con jersey... Pero lo singular no se encuentra en las distintas poses, contextos ni ornamentos, sino en el extremado alargamiento de la figura. Estamos en la época de los ismos, y aquí parece que el artista italiano se inventa el suyo propio, pues aunque podríamos señalar algunas características del cubismo, del primitivismo o incluso del fauvismo como alimento y origen de su estilo, es tan propio, tan suya la manera de representar la figura humana, que ninguna de las corrientes estéticas de aquel momento lo sustentan ni lo encuadran.
Además de lo que puede identificarse como el rasgo más característico de su manera de hacer, el alargamiento, es notable la carga de sensualidad que ofrece a todas las figuras la sutil utilización de la línea curva, especialmente en los desnudos, pero no solo en ellos. Otro rasgo de estilo que impregna a muchos retratos es la ausencia de iris y de pupila en los ojos, lo que les da una extraña profundidad y misterio. Son ojos vacíos, inquietantes y extraños, que nos miran desde más allá del rostro al que pertenecen. Y todo ello envuelto por los colores ocres y cálidos, que tan fácilmente invitan a que miremos y miremos sin despegarnos del lienzo.
En 1918 cambiaron París por Niza con una doble finalidad: vender cuadros a una comunidad pudiente que se movía por la Riviera francesa y buscar un tratamiento para la avanzada tuberculosis de Modigliani. Por aquel entonces, Jeanne dio a luz a una niña, quien de mayor escribiría una biografía sobre su padre, Modigliani: hombre y mito.
Finalmente, y como consecuencia del agravamiento del estado de salud, él murió el 24 de enero de 1920. Deprimida por la muerte de Amedeo, y mientras su hermano André cuidaba de ella por el miedo que tenían a que llegara a suicidarse, dos días más tarde, mientras su hermano estaba adormilado, Jeanne saltó por la ventana del quinto piso de su antigua habitación en el apartamento de sus padres.
Finalmente, y como consecuencia del agravamiento del estado de salud, él murió el 24 de enero de 1920. Deprimida por la muerte de Amedeo, y mientras su hermano André cuidaba de ella por el miedo que tenían a que llegara a suicidarse, dos días más tarde, mientras su hermano estaba adormilado, Jeanne saltó por la ventana del quinto piso de su antigua habitación en el apartamento de sus padres.
***
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este blog es personal. Si quieres dejar algún comentario, yo te lo agradezco, pero no hago públicos los que no se atienen a las normas de respeto y cortesía que deben regir una sociedad civilizada, lo que incluye el hecho de que los firmes. De esa forma podré contestarte.