Schumann (1810-1856) es posiblemente el más romántico de los músicos románticos, esto es, al que más características propias del movimiento musical conocido con ese nombre se le pueden atribuir. Además, también tiene en su haber, triste haber, algunas de las vicisitudes y desgracias que tendemos a asociar con el espíritu romántico.
Como compositor —la desgracia de su dedo le apartó a los 21 años de su carrera como virtuoso del piano—, son especialmente notables las numerosas canciones que compuso por su profundo lirismo y delicadeza, capaces de conmover a cualquiera.
Buena prueba de su espíritu romántico y de la extremada belleza recogida de sus lieder es esta sutilísima Canción de tarde sin texto de ningún tipo, que fue escrita para piano, pero que ha sido adaptada a numerosos instrumentos y combinaciones entre ellos.
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