Todavía no.
Deja que se aproxime,
que cobre nitidez.
Aún ahora se confunde con una medusa
difuminada entre la luz y el agua;
de cerca, cada vez más cerca,
la imagen clara...
bella, imperfecta y dolorosa;
así como el tentáculo urticante
se acerca,
avanza con cada contracción de su cuerpo
y hiere.
Te detienes, quieres no hacerlo pero continuas.
Delante de ti su morfología,
todo ha ocurrido más deprisa de lo que puedes
entender, no entiendes nada
y continúas;
la boca seca, salada y seca,
el corazón agitado como una taquicardia lumínica;
el brazo estirado, el tentáculo tenso,
a punto están de tocarse
y continúas.
Ante el espejo el recuerdo que deseabas evitar.
Te sujetas con ambas manos, encorvas la espalda
y bajas la cabeza;
la lágrima del mar te ha tocado,
su caricia mortal llegó a ti.
Respirar para no entrar en pánico,
para que se vaya la ansiedad
y continúas.
Tendré el placer de estar a su lado.
***
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