martes, 6 de septiembre de 2022

WALTER BENJAMIN

Walter Benjamin (1892-1940), crítico literario, pensador asociado a la Escuela de Fránkfort que, aunque no llegó a pertenecer al Instituto para la Investigación Social estuvo siempre en su órbita de pensamiento. 

Sus textos tal vez no sean especialmente sencillos por esa mezcla de teoría marxista, toque irónico y surrealismo, pero tampoco son especialmente crípticos. Desde luego, no son comparables en dificultad a la redacción mucho más académica, técnica y hermética de sus compañeros.

Posiblemente, de cuantos escritos se recogen en esta edición —cesión de la que realizó Taurus en 1973—, el de mayor relieve y el que ha tenido mayor recorrido, es el que se titula La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. En ella defiende la tesis de que tanto la fotografía como el cine son medios muy válidos de politización. Hay que recordar que es un trabajo redactado en 1936, es decir, ambos medios de expresión estaban saliendo de su prehistoria. De hecho, este es su párrafo final: 

«Fiat ars, pereat mundus», dice el fascismo, y espera de la guerra, tal y como lo confiesa Marinetti, la satisfacción artística de la percepción sensorial modificada por la técnica. Resulta patente que esto es la realización acabada del «arte pour l'art». La humanidad, que antaño, en Homero, era un objeto de espectáculo para los dioses olímpicos, se ha convertido ahora en espectáculo de sí misma. Su autoalienación ha alcanzado un grado que le permite vivir su propia destrucción como un goce estético de primer orden. Este es el esteticismo de la política que el fascismo propugna. El comunismo le contesta con la politización del arte (p 57).

Tal vez hoy se lean con mayor interés todos esos artículos agrupados bajo el título de Sombras breves, o cualquiera de los otros. De Experiencia y probreza (1933) tomo otro párrafo. Podéis juzgar acerca de su ¿actualidad?.

Nos hemos hecho pobres. Hemos ido entregando una porción tras otra de la herencia de la humanidad, con frecuencia teniendo que dejarla en la casa de empeño por cien veces menos de su valor para que nos adelanten la pequeña moneda de lo «actual». La crisis económica está a las puertas y tras ella, como una sombra, la guerra inminente. Aguantar es hoy cosa de los pocos poderosos que, Dios lo sabe, son menos humanos que muchos; en el mayor de los casos son más bárbaros, pero no de la manera buena. Los demás en cambio tienen que arreglárselas partiendo de cero y con muy poco. Lo hacen a una con los hombres que desde el fondo consideran lo nuevo como cosa suya y lo fundamentan en atisbos y renuncia. En sus edificaciones, en sus imágenes y en sus historias la humanidad se prepara a sobrevivir, si es preciso, a la cultura. Y lo que resulta primordial, lo hace riéndose. Tal vez esta risa suene a algo bárbaro. Bien está. Que cada uno ceda a ratos un poco de humanidad a esa masa que un día se la devolverá con intereses, incluso con interés compuesto (p 173).

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Путин, немедленно останови войну!

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