Donostia, Zurriola, Plaza Tomás Alba. |
"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
Ejemplar de la biblioteca de Egia |
Para Paco, que venció al coronavirus y está enganchado a la música clásica.
Este vídeo lo tenía preparado para ambientar los minutos previos a la tertulia del martes. Esos minutos de espera mientras terminan de llegar todas las personas, firman la asistencia y se acomodan en sus puestos. Pero me ha parecido que bien podía difundirlo entre quienes habitualmente pasan por este blog —mayoritariamente personas de Europa y América—, y así creamos puentes entre oriente y occidente.
Para quienes como yo ignoréis todo o casi todo sobre la música tradicional china debo decir que el solista, Zhu Changyao, toca un erhu, un instrumento de tan solo dos cuerdas al que es capaz de sacarle unos sonidos maravillosos. Y, como podéis comprobar, aunque es un instrumento tradicional, está perfectamente integrado en la música de orquesta.
La actuación corresponde a una gira por Japón durante el año 2019 de la Orquesta Nacional de Suzhou, la Venecia china. Está dirigida por Jia Peng Fang, compositor y otro de los grandes solistas de erhu. Y si ponéis atención, nada más comenzar los aplausos, podréis oír un "bravo", esa exclamación internacional que utilizamos en todas partes para indicar que nos ha gustado mucho lo que hemos oído.
Que disfrutéis de la música y del viernes.
Ejemplar de la biblioteca de Egia |
Ejemplares y librerías |
El título original es Die Blendung, que significa "el deslumbramiento" o "la obcecación". Hace referencia a un cuadro de Rembrandt que impresionó al joven Canetti cuando lo vio en Frankfurt por primera vez, Sansón cegado por los filisteos. Ahí tenemos una alusión a su protagonista. Peter Kien también está ciego. Ciego para todo lo que no sean sus libros. A las ocho en punto comenzaba su trabajo, su labor al servicio de la verdad. Ciencia y verdad eran para él conceptos idénticos. Uno se aproxima a la verdad cuando se aleja de los hombres. La vida cotidiana es un entramado superficial de mentiras. Cada transeúnte es un mentiroso. Por eso ni los miraba (p 15).
Sí, el más famoso de los personajes cervantinos asoma entre estas líneas. Kien es un experto mundial en sinología. Su biblioteca es su bien más preciado, su casa, su tesoro, su vida. El resto de los seres humanos le sobran, pero se casa. Nada menos que con su sirvienta, una mujer ignorante, opuesta a él, los libros solo le interesan como objetos vendibles de los que se puede obtener dinero. Y esta es una de las características del relato, el desfile de personajes singulares y abracadabrantes: un orientalista que no está en sus cabales, un portero matón, un enano jorobado y mafioso. En fin, personajes y situaciones muy singulares que dan al relato un fuerte tono humorístico y disparatado.
Disparatado y disperso. Desintegrado. Como el mundo. Primera parte: "Una cabeza sin mundo". Segunda parte: "Un mundo sin cabeza". Tercera parte: "Un mundo en la cabeza". Esas son las tres partes en que Canetti organiza la historia. Si cada elemento que la compone no ofrece ninguna dificultad de lectura, la complicación viene al intentar encajar cuanto se nos cuenta dentro de una estructura lógica. El conjunto es pura anarquía, disparate. Como los mismos años en los que el nazismo prende en las calles y en las mentes de la ciudadanía. Enajenación colectiva capaz de destruir una de las culturas más brillantes, como fue la que se produjo en Viena después de la Primera Guerra Mundial.
Pregunta: si la cultura no sirve para prevenir o frenar estos desastres ¿para qué sirve, entonces? Paralelamente —metafóricamente—: si nuestro sabio y culto personaje se niega a compartir lo que sabe, si se resiste a comunicarse con el resto de la sociedad, si rechaza poner en común su conocimiento con la humanidad, ¿no está contribuyendo al disparate general, a la acreción de la pesadilla? ¿No es tan responsable del disparate como cualquier otro miembro de la sociedad?
Pero la novela no es solo eso. No es solo una alegoría de la vida social y política de una época. No es solamente una crítica de la élite cultural que vive refugiada en su torre de marfil del conocimiento. Es más. Es una creación intelectual de primer orden. Es una obra maestra de la arquitectura literaria. Es un cosmos de personajes que desde su caos originario cobra sentido a medida que van sucediéndose las páginas de la novela. Es una de las grandes obras del siglo XX.
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Y si queréis tener una visión general del escritor búlgaro, esta conferencia de uno de sus más destacados traductores y estudiosos, Ignacio Echevarría, puede resultaros de gran utilidad:
Abril de 2013. A pesar del embargo estadounidense, el ciudadano Bob Wood vuelve a Cuba casi 60 años después de haberse marchado.
Dar-dar es el demonio de una leyenda vasca que se alimenta de dedos. Y dice así: «Dar, dar, dar, dame tu dedo para cenar. Si no me lo das, por la noche verás y con tu alma pagarás».
El artista Rafael Ruiz Balerdi realizó en 1969 el cortometraje de animación Homenaje a Tarzán, que terminaba con un enigmático «continuará». Ehiza es su continuación. Acepta la propuesta estética de Balerdi, pero lejos de la mirada colonial de las películas que inspiraron aquel trabajo, retrata la crudeza de nuestra propia realidad: acoso, violencia y destrucción.
Una colección de historias sobre personas que tuvieron una visión fugaz del futuro después de un evento cósmico inexplicable.
Basada en una experiencia personal de uno de los directores, esta película es un homenaje no exento de ironía al célebre programa de TV de cámara oculta Taxicab Confessions y a la ciudad de Nueva York.
- Tú le querías, ¿verdad?
- Sí. Creo que dejé de quererle hace poco.
(Interferencias. Silencios. Fisuras. Dos mujeres hablando. Una radio-grafía).
Miguel y su tío Kechus quieren hacer una película juntos, acercándose al mundo de los vampiros. El corto indaga en la particular relación que se establece entre tío y sobrino, alternando ficción con realidad.
Playa de la Concha, 22-02-2012, 18:45 |
La playa —ahí tenéis la imagen— se ha ofrecido, generosa y gentil, para el paseo. Entre los restos de humedad de la arena han ido asomando los reflejos de las incipientes luces urbanas, que se dejaban querer por los tímidos rosas de la puesta del sol y la silueta sombreada del pequeño y simpático Igeldo. La estampa bien merecía el paseo. Tiene algo de espíritu zen la Concha en un atardecer de llovizna y abandono.
A medida que avanzaban los minutos, el cielo ha ido adquiriendo tonos cada vez más oscuros. Al subir por la rampa que da al Alderdi Eder, he visto la fachada del ayuntamiento iluminada. Entre curioso y diletante, he ido poco a poco hacia él, con la vaga esperanza de averiguar el motivo. El rojo, mi color favorito, me ha ganado. He olvidado totalmente lo que quería averiguar y me he dedicado a recoger lo más fielmente posible el color del cielo, ya casi nocturno, y el rojo artificial de la piedra.
Editorial |
CDL |
Editorial |
El autor, Gilles Ménage (1613-1692), ya de por sí tiene su aquel. Tres notas: fue autor de los Orígenes de la lengua francesa, obra considerada como el primer diccionario etimológico del francés; fundó un salón literario en las dependencias de la Catedral de Notre-Dame de París; los más llamativo: Molière lo dejó caracterizado como Vadius, aquel pedante que aparecía en Las mujeres sabias (si no la habéis visto, aprovechad el enlace y utilizad la hora y cuarto que dura la representación).
Pero vamos con el libro. ¿Es realmente una historia de la mujeres que practicaron la filosofía hasta la época de Ménage? No exactamente. Es algo así como un diccionario de filósofas agrupadas por escuelas. En él podemos encontrar pitagóricas (27), estoicas (5), epicúreas (3), peripatéticas (2), cínicas (1), megáricas (1), cirenaicas (1), dialécticas (4), académicas (1), platónicas (7) y filósofas de escuela incierta (21).
Lo sorprendente es que alguien hiciera el exhaustivo trabajo de rastrear en todo tipo de documentos y dejar constancia, aunque solamente fuera a través de su nombre, de la existencia de esas 73 mujeres que dedicaron su vida o parte de ella a practicar la filosofía. De algunas pocas nada más que encontramos la anotación del nombre y su procedencia. De casi ninguna nos ha llegado un texto suyo, pero gracias al empeño de este curioso personaje podemos comprobar que hubo muchas más mujeres dedicadas a la noble tarea de pensar el mundo, muchas más que Hiparquia, Hipatia, Aspasia o Eloísa.
Si queréis consultarlo, hay una edición en línea en este enlace.
sólo yo, Chipo Chipó;
soy hijo de una piragua
que en el Motagua nació;
yo sé los versos del agua,
sólo yo y sólo yo...;
porque iba en mi piragua
cuando el agua los cantó.
Estos son los versos de Miguel Ángel Asturias que pusieron en marcha la imaginación creativa de Iraida Cano para que surgieran estas hermosas y coloridas piraguas que flotan sobre el suelo espejado de una sala del Centro de Recursos Medio Ambientales de Cristina Enea.
Editorial |
solo temo que al marchitarse la vejez se apresure.
De ramas muy henchidas siempre se caen los pétalos.
Los tiernos botones deliberan y se abren suavemente.
Du Fu. Traducción: François Cheng.
Como la situación ha mejorado ostensiblemente, vamos a retomar las tertulias. Esto quiere decir que el próximo 2 de marzo podremos estar comentando y disfrutando los hallazgos poéticos de la literatura clásica china.
Fuente: Garden Atlas |
Así funciona la aplicación: una vez que estás en el parque, la abres y, en cuanto estás cerca de alguna de las especies botánicas, salta la información correspondiente, que es múltiple y muy rica. Además de ofrecer todo cuanto puedas querer saber sobre esa planta en cuestión, a mí lo que más me ha gustado es que aparece asociada a ella una pieza musical, lo que convierte el paseo en una experiencia que va mucho más allá de un recorrido botánico y lo transforma en una experiencia cultural de amplio espectro como ahora os explico.
Bueno, he escrito "una vez que estás en el parque", pero la verdad es que el recorrido se inicia —o termina— en la entrada de Tabakalera, el centro de cultura contemporánea más moderno y rimbonbante de la ciudad. Y es que el parque y Tabakalera comparten muchas actividades, y ahí mismo, flanqueando la entrada, hay un par de magnolios. En relación con esta especie podremos oír Mi'cachi, un canto del pueblo omaha norteamaricano, ya que la especie procede de esa zona del mundo.
Todas las grabaciones que podemos escuchar tienen una estrecha relación no solo con la planta, sino también con la época en que surgió el parque como tal. Así, los autores han buscado piezas grabadas de las distintas tradiciones musicales de hace cien o más años para que el registro material del sonido pueda estar lo más cerca posible del momento histórico en que surgió Cristina Enea.
Lo que ofrece la aplicación es tanto que no se puede agotar en un día. Mi consejo es que la uses en paseos sucesivos, oigas tranquilamente los recursos musicales relativos a tres o cuatro especies botánicas, leas lo que sobre ellas te cuentan y no te satures. El paseo es para disfrutarlo.
Y aquí os dejo con quienes han realizando la aplicación. Os explicarán mejor que yo el qué y el cómo de la misma:
Editorial |
De Hamel, que se ha pasado toda la vida cuidando algunos y estudiando otros, ha recogido en este fascinante tomo la vida y milagros de una docena de ellos. En algunos casos, los milagros, las casualidades y la buena suerte, han permitido que algunos manuscritos llegaran vivos hasta hoy.
De los que aquí recoge, el más antiguo es el de Los Evangelios de san Agustín (S VI), no el que estáis pensando, que nunca copió ningún evangelio, sino un Agustín que fue prior en un monasterio de Roma y que el papa Gregorio Magno envió a Inglaterra. Ahora se le conoce como san Agustín de Canterbury. El manuscrito está totalmente digitalizado y podéis verlo aquí. El más moderno es el de Las Horas de Spínola (S XVI), auténtico objeto de lujo ya desde su mismísimo nacimiento y que se halla muy lejos del lugar donde surgió, en el Museo Paul Getty de Los Ángeles. Entre el uno y el otro, encontramos piezas tan maravillosas como El libro de Kells, símbolo y orgullo de Irlanda; el Aratea de Leiden, por el que siento especial inclinación pues se trata de un poema sobre astronomía del siglo IX; o el Carmina Burana, la más espectacular antología de canciones de goliardos y elevado a la gloria cultural gracias a Carl Orff.
Entre los muchos atractivos de este libro está el que se halle profusamente ilustrado, pero el atractivo mayor es lo bien escrito que está y la multitud de anécdotas que jalonan sus explicaciones, tanto las personales del autor (divertidísima es la de su profe de latín de sexto y el gramófono portátil) como las que se refieren a los propios manuscritos. Ya podéis suponer, los muchos años que tienen les han dado para haber vivido muchas y grandes aventuras.
Si tenéis un mínimo interés por la paleografía, los libros y la Edad Media, este libro puede ser vuestro regalo.