Advertencia para incondicionales de Falstaff: si no soportáis ver al burlador burlado, esta no es vuestra comedia.
Como siempre ocurre con las obras de Shakespeare, el resumen no es fácil porque se suceden acontecimientos que se van entrelazando y suele construirlas con varias tramas a la vez. Llevo al límite la sinopsis: Falstaff está sin blanca, como siempre, y pretende embaucar a dos mujeres al mismo tiempo para que el beneficio sea mayor, pero las cosas no van a salir como él ha planeado.
Un rumor que nos viene de tiempos lejanos nos dice que esta obra la escribió para complacer a la reina Isabel, quien le pidió una historia en la que apareciera enamorado el famoso personaje. El deseo de la reina se quedó sin cumplir, porque el alegre charlatán no es que aparezca enamorado; ahora bien, sí entre los enredos del amor.
Es esta una comedia que suele gustar mucho al público y un poco menos a la legión de especialistas shakespeareanos. Pero tampoco vamos a sufrir porque los gustos de estas dos partes del mundo no coincidan. Sea como fuere, me parece una excelente opción para olvidar durante un buen rato el confinamiento y el atracón de virus que sueltan los medios de información. Y ya sabéis que reír es muy saludable.
Esta versión que tenéis aquí es la que dirigió Gustavo Tambascio para el Festival de Teatro Clásico de Almagro en 2001. También disponéis de una versión más reducida que se hizo para Estudio 1.
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Y no te olvides de mandar mensajes de ánimo a los enfermos que se mantienen aislados en los hospitales.