Y agradecido estoy a cuantas lectoras y lectores habéis hecho posible que este espacio llegue pronto a las 300.000 visitas, si bien muchas, pocas o algunas hayan sido por mera casualidad, pues el número no indica las lecturas reales, sino solamente las veces que se ha pasado por aquí, aunque haya sido un fugaz segundo y por error.
Agradecido, porque en los últimos dos o tres años está siendo visitado con asiduidad desde lugares como EEUU, Alemania o Rusia, hasta tal punto que han pasado a ser tres de los cinco países de donde proceden mayor número de visitas.
Agradecido estoy —y esto es lo que más ilusión me hace— porque es la primera vez que un poema propio es la entrada más visitada en los últimos 30 días. De hecho, de las diez entradas más cliqueadas desde que el blog existe, tres se refieren a constelaciones zodiacales —puedo sospechar que no buscaban lo que en ellas ofrezco— y la más visitada de todas, con mucha diferencia, es la que dediqué a Delfín.
Sea como fuere, me alegra que, siendo este un espacio donde el contenido mayoritario se ofrece a la cultura en general y a la poesía en particular, al menos una entrada de carácter poético, En Ávila, mis ojos, se encuentre entre las más visitadas de todas.
De bien nacidos es ser agradecidos. Así es como dice el refrán, y que Cervantes nos recuerda cuando por boca de Sancho, en el capítulo 57 del Quijote nos dice que está puesto en razón que los que reciben algún beneficio, aunque sea con niñerías, se muestren agradecidos. Quiero, pues, ponerme en razón.