"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
viernes, 2 de octubre de 2009
EL SECRETO DE TUS OJOS
(La imagen ha sido tomada de http://www.didadia.com/)
Se deja ver bien la película de Juan José Campanella, tiene interés la historia, posee la fuerza suficiente como para emocionar y, además, está bien contada. Hablo de la historia principal: del asesinato con que arranca y de la investigación que desencadena y su posterior desenlace.
No puedo decir lo mismo de la historia de amor paralela con que se nos quiere endulzar la película. Le falta aquello que Aristóteles señalaba como esencial a toda narración: verosimilitud, es decir, credibilidad.
Es cierto que, en general, como receptores, agradecemos la existencia de una relación con final feliz. Eso nos emociona y nos hace sentir bien. Pero esta historia resulta sospechosa, porque la que verdaderamente tiene fuerza es la otra, la de la investigación en torno al asesinato, que termina de forma soberbia (atención a la frase que formula el encarcelado al secretario del juzgado), y porque no hay elementos sociales ni personales que nos permitan admitir tanta panfilez en el comportamiento del personaje masculino.
Dicho esto, debo decir que, en mi opinión, es una película muy bien realizada, que funciona bien en todo momento y que el trabjo de los actores es muy bueno. Sin ninguna duda, muy recomendable.
domingo, 27 de septiembre de 2009
GIMFERRER
Ya tenéis la colección de poemas de Pere Gimferrer alojadas en el apartado corespondiente a las tertulias (2009, octubre). También podéis acceder a ella pinchando aquí.
Espero que hayáis hecho caso de la entrada anterior y hayáis empezado a mirar en Zurgai qué es lo que dicen los especialistas sobre su obra.
Feliz lectura.
sábado, 26 de septiembre de 2009
AMY MACDONALD Y EL OTOÑO
Feliz otoño.
domingo, 20 de septiembre de 2009
MALDITOS BASTARDOS
Veamos: un teniente americano de EEUU se dedica a realizar todo tipo de salvajadas con los ocupantes nazis en Francia. Por supuesto, esto nos gusta mucho, porque los nazis son malos-malísimos y no merecen vivir. Y como además perdieron, podemos realizar cualquier discurso en contra de ellos, aunque éste sea similar al que ellos realizaban sobre gitanos, judíos y demás. Pero hay más: el teniente americano -de EEUU- está por encima del mal, del bien y de lo regular, lo que le permite tomar cualquier decisión. Lo que no me queda muy claro es si está por encima del bien y del mal porque es él o porque es americano. Y ya se sabe que un americano -de EEUU- sólo desea nuestra libertad.
En fin, la película es algo así como una gamberrada para demostrarnos lo bien que hace el teniente americano -de EEUU- las esvástivas sobre las frentes de los nazis que se ve obligado a dejar en libertad. Todo eso en un primerísimo primer plano, que la sangre mola mucho.
Lástima que Tarantino no hubiera nacido mucho antes para que hubiera podido realizar, entonces sí, un gran ejercicio de valor e imaginación grabando esta película, pongamos por ejemplo, en 1940, cuando reírse del nazismo era un auténtico acto de valor, libertad y dignidad.
Corro a ponerme, aunque sea en una pantalla pequeña, Ser o no ser, del maestro Lubitsch.
sábado, 19 de septiembre de 2009
PERE GIMFERRER Y ZURGAI
Como bien saben mis contertulios de la biblioteca, la próxima tertulia versará sobre la poesía de Pere Gimferrer. Es éste un poeta tan interesante como difícil en una primera lectura. Requiere paciencia y, posiblemente, ayuda para adentrarnos en su mundo simbólico. Sin embargo, una vez que se accede a su reino poético, descubrimos a un enorme poeta, de una coherencia magnífica y de una belleza sublime.
Para facilitar esa primera aproximación, puede ser conveniente echar un vistazo a los artículos de varios especialistas en la obra de Gimferrer, publicados en la revista Zurgai (nº 12, diciembre 2006). Merce la pena darse una vuelta y descubrir lo que dicen sobre nuestro poeta autores como R. Regás, J. L. Rey, J. Goytisolo, A. Gamoneda, Muñoz Molina, y otros muchos expertos en su obra.
No quiero cerrar esta entrada sin agradecer a Zurgai la enorme labor que han realizado colgando en internet el contenido de todos sus números. Una labor que los lectores de poesía nunca agradeceremos suficientemente.
martes, 15 de septiembre de 2009
Signos del zodiaco: VIRGO
Virgo es Erígone, la que hospitalariamente acogió a Dioniso cuando éste bajó a la tierra. El dios se enamoró de ella y de la relación entre ambos nació Estáfilo (racimo). Cuando Dioniso se despide, deja en agradecimiento unos odres de vino, y aquí empiezan las desgracias.
El padre de Erígone, Icario, ofrece uno de esos odres a unos pastores. Estos se emborrachan y confunden borrachera con envenamiento. Matan a Icario a bastonazos y abandonan el cadáver. Cuando se entera Erígone, desesperada, se ahorca. El dios, al conocer estos hechos, hace que las atenienses enloquezcan y se ahorquen. En esta situación, los atenienses preguntan al oráculo de Delfos qué pueden hacer para que el castigo acabe. El oráculo indicó que el castigo acabaría una vez hubieran sido castigados los asesinos de Icario. Con el castigo de éstos acaban los suicidios de las atenienses.
Según otra versión, también muy difundida, Virgo es Astrea, la justicia, hija de Zeus y de Temis, y hermana del pudor. Ella es la encargada de enseñar a la humanidad la justicia y la virtud durante la Edad de oro. Sin embargo, posterorment, durante la Edad de hierro, hombres y mujeres degeneran y el mal se extiende por doquier. En ese momento decide huir de la tierra y volver al cielo. Y ahí está. Ella es la constelación de la que hemos hablado.
domingo, 13 de septiembre de 2009
A FAVOR DE INTERNET
Dicho esto, quiero decir también que para infinidad de escritores noveles -o no tan nuevos- la red es un excelente medio con el que dar a conocer su obra y gestionarla de forma autónoma, sin intermediarios. Esto también debería ser evidente y, no obstante, hay una extendida y preocupante opinión que da en desprestigiar lo que aparece publicado en internet por falta de calidad. La calidad, según esta opinión, radicaría sólo en lo que está publicado en papel, mientras que lo que se publica en internet carece de ella.
No voy a negar que en esta gigantesca comunidad virtual existen obras impresentables, basura de la peor calaña. Pero nadie podrá decir que todo lo que se publica en papel posee la calidad suficiente para acreditarlo como un buen texto. Sin duda, lo que se publica en papel tiene que pasar algún filtro -alguna lectura previa-, y lo que se escribe en páginas web, blogs y demás espacios virtuales, no necesariamente; sin embargo, esas pocas lecturas previas no garantizan por sí mismas la calidad. Es más, grandes obras de la literatura tuvieron que aguardar muchos años y muchas lecturas hasta ser impresas, porque no se las reconocía ninguna calidad.
El problema no es de calidad, sino de poder, de control. Críticos, académicos, editoriales, escritores, preocupados por la pérdida de control y desorientados por los cambios que introduce en la escritura la existencia de internet, proclaman una y otra vez la falta de calidad de todo lo que no esté escrito en soporte tradicional. Y como razón más poderosa apelan al tiempo. El tiempo que debe reposar el texto hasta ver la luz -lecturas, relecturas, correcciones...-, como si todo lo que se publicara en la red fuera producto de la urgencia, la hiperactividad y el capricho del momento.
Críticos, académicos, editoriales y escritores -no todos- sienten peligrar ese espacio de poder cultural y económico que gira en torno al papel. Les resulta cómodo ese espacio donde han aprendido a citar, a manejarse entre bibliotecas, a hablar de libros -incluso los que no han leído (Cómo hablar de libros que no se han leído. P. Bayard. Anagrama)- y quizá tengan dificultades para encontrar en la red un par de buenos poetas latinoamericanos que no han publicado en papel, una obra clásica que no está en la biblioteca de nuestra ciudad, o citar una docena de direcciones literarias interesantes en la red. Pero, por encima de todo, tienen miedo de perder el poder de decisión sobre qué obra debe ser publicada y cuál no y, lo más importante, de perder el control económico de lo que esa situación de privilegio implica.
De hecho, ahí está el acuerdo entre los autores de EEUU y google books (el enlace es con google libros), esto es, entre productores y distribuidores, que la justicia europea se niega a admitir. Pero ¿qué tiene que decir un juez europeo si el autor de un texto y quien lo va a colocar al alcance de todos están de acuerdo? Ganas de ser más papista que el Papa. Y de fastidiar.
jueves, 10 de septiembre de 2009
HISTORIA DE LAS MATEMÁTICAS
Pero no es esta la cualidad más importante. Ian Stewart hace un recorrido tan ameno y tan lleno de sabiduría por la ciencia matemática, que aun sin estar interesado en esta disciplina, resulta atractivo.
Especialmente hay que resaltar la habilidad del autor para hacernos comprensibles pensamientos matemáticos complejos y muy técnicos, así como la aplicación práctica que tienen en la vida cotidiana. Me refiero, por ejemplo, a la topología, el álgebra abstracta, la geometría de alta dimensión o la dinámica no lineal.
Tal y como advierte el autor en el prólogo, no podemos pensar que en 300 páginas pueda tener cabida la Historia de las Matemáticas, especialmente cuando se habla de los últimos cien años, en los que las Matemáticas han crecido tanto, en tantas direcciones y en tal grado de complejidad, que ningún esfuerzo sensato puede explicarlas en un libro de divulgación.
Aquí encontramos, por lo tanto, la selección que el autor ha realizado en función de aquellas ideas que tiene una mayor trascendencia en la sociedad actual o que se perciben como capaces de generar un mayor interés y desarrollo científico. De esta manera, el libro se cierra con un capítulo dedicado al caos y la complejidad.
Feliz lectura
lunes, 7 de septiembre de 2009
PHILIP LARKIN
Como dice Francisco Rico en su Mil años de poesía europea, Larkin (1922-1985) ha sido el más alto exponente del retorno a la realidad dentro de la poesía inglesa.
El propio Rico es el traductor de este famoso poema en lengua inglesa sobre la paternidad. De hecho, es la única versión en castellano que conozco. Si queréis leerlo en su lengua original, podéis encontrarlo aquí.
Y QUE DIGA ASÍ
¡Anda que tus padres bien te jodieron!
Quriendo o sin querer, la jorobaron.
Con todos sus defectos te cargaron
y algunos de propina aun añadieron.
Pero a su vez jodidos fueron ellos
por memos de chaqués y cuellos duros,
unos ratos seguros e inseguros
y otros ratos tirándose a degüellos.
Pasa de unos a otros el dolor.
Se ahonda como la costa hacia el mar.
En cuanto puedas, mira de escapar;
y no me tengas hijos, por favor.
En las librerías podéis encontrar Las bodas de Pentecostés (Lumen, 2007). Y revolviendo mucho, quizá, El barco del Norte (Acuarela Libros, 1999) y Ventanas altas (Lumen, 1989). Si no, ya sabéis que existen las bibliotecas.
Suerte y feliz lectura.
viernes, 4 de septiembre de 2009
PERE GIMFERRER
Feliz lectura.
miércoles, 2 de septiembre de 2009
EL CIELO DE SEPTIEMBRE
martes, 1 de septiembre de 2009
70º ANIVERSARIO DE LA MAYOR LOCURA DE LA HISTORIA
1 DE SEPTIEMBRE
Me siento en un lupanar
de la calle cincuenta y dos,
incierto y asustado
mientras mueren las grandes esperanzas
de una década baja y deshonesta:
olas de rencor y de miedo
corren sobre las iluminadas
oscurecidas tierras del planeta
oprimiendo nuestras vidas privadas;
el inmencionable olor de la muerte
ofende a la noche de septiembre.
La escolaridad debida puede
desenterrar toda la grosería que,
desde Lutero hasta ahora,
ha enloquecido esta cultura,
averigua lo ocurrido en Linz,
qué gran imagen hizo
un dios sicópata:
yo y el público sabemos
lo que aprenden los escolares:
aquellos a quienes se les hace mal
hacen mal a cambio.
Tucídides en el exilio sabía
todo lo que un discurso puede decir
acerca de la democracia,
y lo que hacen los dictadores,
la añeja porquería que dicen
a las tumbas apáticas;
todo lo analizó en su libro,
la ilustración ignorada,
el dolor que forma hábito,
pena y mala administración:
todo hemos de sufrirlo nuevamente.
Hacia este aire neutral
donde usan los ciegos rascacielos
toda su altura para proclamar
la fuerza del Hombre Colectivo,
derrama cada lengua su vana
competencia de disculpas;
pero quién puede vivir tanto tiempo
en un sueño eufórico;
se asoman fuera del espejo
la cara del Imperialismo
y el error internacional.
Los rostros en la barra
se aferran a lo cotidiano:
nunca deben apagarse las luces,
la música debe siempre oírse,
conspiran todas las convenciones
para que este fuerte asuma
los modos del hogar;
a menos de que veamos lo que somos:
perdidos en un bosque hechizado,
niños temerosos de la noche
que jamás han sido buenos ni felices.
La más ventosa basura militante
que gritan las Personas Importantes
no es tan vulgar como nuestro deseo:
lo que el loco de Nijinsky escribió
sobre Diaghilev
es cierto del corazón común;
pues el error creado en el hueso
de cada mujer y de cada hombre
ansía lo que no puede tener,
no el amor universal
sino ser en soledad amado.
De la oscuridad conservadora
hasta la vida ética
los trenes atestados vienen
repitiendo su voto matinal:
“Seré fiel a mi mujer,
me concentraré más en mi trabajo”,
se despiertan los desvalidos gobernantes
y reasumen su juego compulsivo:
¿quién puede liberarlos ahora?
¿quién puede alcanzar al sordo?
¿quién puede hablar por el mudo?
Lo único que tengo es una voz
para deshacer la mentira y sus dobleces,
la mentira romántica en los sesos
del sensual hombre-de-la-calle
y la mentira de la autoridad
cuyos edificios tentalean el cielo:
no hay tal cosa como el Estado
y nadie existe solo;
el hambre no deja escoger
ni al ciudadano ni al policía;
debemos amarnos unos a otros o morir.
Indefenso en la noche
nuestro mundo yace en estupor
y con todo, punteado en todas partes,
irónicos puntos de luz
relampaguean donde sea que los Justos
intercambian mensajes;
pueda yo, compuesto como ellos de Eros y
de polvo,
sitiado por la misma negación y
desesperanza,
mostrar una flama afirmativa.
lunes, 31 de agosto de 2009
MAL DE ESCUELA
Así, para empezar, me parece que tiene grandes virtudes el librito, aunque no me ha gustado tanto como el maravilloso Como una novela (Anagrama, 1993). De entrada tiene una escritura vivaz, ágil y, además, simpática. Es uno de esos escritores que dice lo que tiene que decir y lo hace de forma muy clarita.
Se puede compartir o no lo que el autor piensa sobre la enseñanza, la escuela, los sistemas pedagógicos y los mil y un problemas en los que los centros educativos se desenvuelven. Lo que no se puede negar de ningún modo es que es un libro escrito con amor, además de ilusión.
Este sentimiento, amor, está presente en todas y cada una de las líneas. Y es muy loable, cuando se trata de un maestro jubilado (profe de secundaria) hablando del alumnado más problemático. Absolutamente recomendable.
Feliz lectura.
sábado, 29 de agosto de 2009
TERRADILLOS DE ESGUEVA
sábado, 15 de agosto de 2009
NEW YORK, NEW YORK
Si esa afirmación era cierta hace cien años, lo es mucho más en la actualidad, y más aún en Nueva York, ciudad atestada de gente hasta límites que a mí se me hacen insoportables. Vayas donde vayas está lleno y, además, la gente que ocupa ese espacio se mueve con soltura o tiene, aparentemente, prisa.
Nueva York es, sin duda, una ciudad llena y activa. Pero no me refiero a la actividad económica o política de las grandes instituciones —gobiernos, bolsa, empresas...—. Me refiero a las personas que deambulan por todas partes. A esa entidad a la que aludimos cuando hablamos de la gente de la calle. Da la impresión de que todas y cada una ellas tienen algo urgente y necesario que hacer, de que están profundamente ocupadas o de que llegan tarde, vaya usted a saber dónde.
Y, sin duda alguna, no es así, porque también hay parejas que quieren disfrutar de una puesta de sol desde el río Hudson, niños que juegan desentendidos de todo en los estupendos parques de la ciudad, ensimismados que buscan una imagen acorde a su estado de ánimo, mujeres que escriben una nueva línea en su diario al borde de un té, o fotógrafos que buscan el mejor punto de vista para su imagen. Es decir, como en todas partes.
A pesar de todo, está tan llena que parece que no cabe nada más. Llena de personas y de personajes; llena de objetos que se compran y se venden; llena de edificios; llena de tráfico; llena de imágenes; llena de ofertas; llena de trastos; llena de ruidos; llena incluso de recuerdos, aunque no hayamos estado anteriormente.
Sí, Nueva York está tan llena, que a mi me deja la conciencia reducida a un pequeño y perdido residuo urbano.
domingo, 9 de agosto de 2009
Signos del zodiaco: LEO
El Sol entra hoy, 9 de agosto, en la constelación de Leo, y estará ahí hasta el 15 de septiembre. El porqué de este aparente error de fechas, se debe al movimiento de precesión del eje de la Tierra. La explicación la tenéis en el enlace.
Leo es el león de Nemea, el que se dedicaba a infundir miedo en la región y al que Hércules dio muerte en el primero de sus doce trabajos. A partir de aquel momento, el héroe de los héroes griegos se vestirá con su piel, y es así como se le suele representar.
El león de Nemea era hijo de Tifón y de Equidna. Hera, la esposa de Zeus, lo había educado y situado allí. Su piel era invulnerable a las flechas y a la espada, por lo que Hércules tuvo que cogerlo entre sus brazos hasta que lo estranguló. Durante un tiempo estuvo intentando desollarlo sin éxito, hasta que, por inspiración divina, se le ocurrió hacerlo con las propias garras del animal. Desde entonces, la piel del león le sirvió de yelmo y de armadura.
Zeus colocó en el cielo la imagen del león en recuerdo de la hazaña de su hijo.
sábado, 8 de agosto de 2009
AMBIENTE FAMILIAR
A decir verdad, hasta entonces, siempre me había manifestado en contra del automóvil y de lo que éste supone de barbarie civilizada: ruidos, ansiedad, contaminación, gasto energético desmesurado y prepotencia del conductor sobre el peatón. Sin embargo, aquel verano en que, en plena calorina, nos pusimos en marcha hacia la playa y, a mitad camino, nos rendimos en un parque, me dije a mí mismo y a la familia que el verano siguiente iríamos en coche. Y así fue.
Desde entonces, no sólo hemos atravesado los seis kilómetros que nos separan de la playa en automóvil, sino que hemos recorrido casi toda la península y buena parte de Europa. Hemos descubierto juntos lugares maravillosos y hemos disfrutado de viajes inolvidables. Hemos cantado a voz en grito al son de la música que salía del radiocasete por carreteras alejadas de toda circulación, y hemos vivido momentos divertidos, como aquella vez en que avanzando por la autopista a la velocidad que el código permite, cuando se tiene una “L” puesta en el cristal trasero, mi hija mayor, cansada seguramente de que todos nos adelantaran, dijo:
-Mirad, mirad, un caracol nos está adelantando por la derecha.
¡Cómo reímos todos la ocurrencia! Pero lo más entrañable, lo más emotivo, lo que me hizo olvidar casi definitivamente todas mis opiniones negativas sobre el coche, fue cuando, hace casi ya dos años, la pequeña, que estudia fuera de casa, y a la que le costó unos meses adaptarse a esa nueva situación, dijo a la vista del coche, cuando fuimos a recogerla un viernes por la tarde:
-¡Qué bien, por fin ambiente familiar!
Sorprende, a veces, lo que puede hacer un coche.
domingo, 2 de agosto de 2009
VIDA POR LIGA
Lo que me estaba ofreciendo aquella desconocida era de una sencillez horrorosa:
Cambiar vida por liga. Días de mi vida porque el Madrid recuperase los 12 puntos que le llevaba el Barcelona. Días de mi vida por ganar la liga...
Estaba viendo el partido contra el Villarreal en la Peña Vikinga y en medio del griterío general se hizo un extraño silencio. Todo el mundo estaba mirando fijamente a la puerta que se acababa de abrir. No tardé mucho en darme cuenta de que el silencio se debía a que los corazones y los pulsos de todos nosotros se acababan de parar. No es que en la peña no hubiese mujeres, que las había, y mucho más forofas que los hombres, pero juro que no había ninguna como aquella, ni en la peña, ni en la calle, ni en el trabajo, y si me apuran, ni en las revistas. Vino derecha hacía mí y sonriéndome se sentó a mi lado. Para aquel momento, entre la sorpresa y la emoción, babeaba de tal manera que me estaba mojando los zapatos. Era alta y con curvas de guitarra. Una mezcla de Ava Gadner, Marylin y Sofía Loren, que puestos a hacer mezclas no se me ocurre, ni creo que exista, una mejor. Morena como el infierno, ojos color miel como la que yo le untaría en todo el cuerpo, labios para morder y un cuerpo digno de dioses, aunque con el tiempo me di cuenta de que los dioses ni la cataban y sólo disfrutaban de ella demonios, satanes y belcebúes.
Cuando conseguí cerrar la boca, vi que me tendía su mano a la vez que me volvía a sonreír. Le alargué la mía y me fijé que tenía todas las uñas pintadas de blanco y un enorme anillo de oro que le tapaba medio anular, en el centro destacaba una perfecta S en color rojo ardiendo entre llamas. Era un anillo muy raro para aquella mujer y aunque nada me hacía sospechar de ella, supuse que lo habría robado. Entonces no supe el porqué, pero un escalofrío recorrió mi espalda.
- Me lo regaló un afortunado. El siguiente podrías ser tú....me dijo mientras se alisaba la falda y cruzaba las piernas. Dos. Las conté varias veces para cerciorarme.
Durante diez minutos seguimos mirando el partido sin dirigirnos la palabra. Yo estaba deseando hablar con ella pero "El Madrid es el Madrid" y como estaba atacando y jugando bien, me limitaba a mirar sus largas piernas (dos) torciendo los ojos. Me imaginaba en el césped del Bernabéu haciendo el amor rodeado de todos los títulos del Madrid, rodeado de copas y copas, de orejonas y de 100 años de historia. Había leído en el As que un jugador inglés había hecho el amor con su novia en el campo de su equipo con todas las luces encendidas, era una fantasía sexual que el jugador tenía y había cumplido su sueño, parece ser que en el equipo acabaron enterándose y, desagradecidos ellos, multándole por saltarse la normativa interna. Desde entonces me parecía que juntar en un mismo sitio las dos cosas que más me gustaban era lo máximo a lo que alguien podía aspirar. Y allí estaba yo con las copas volando a nuestro alrededor, ella se había empezado a desabrochar el primer botón de la camisa, el segundo, el....
Su voz me despertó. - En el minuto 26 te concedo un gol de Sergio Ramos, a pase de Robben, con la cabeza, de rebote en el cuerpo de Cazorla, me dijo al oído.
No le hice mucho caso y seguí alternando la visión deformada (creo que desde aquel día estoy estrábico) de sus pechos, piernas, piernas, pechos y el partido.
En el minuto 26 Robben cogió la pelota a la altura de la medular, avanzó unos 15 metros, centro medido y cabezazo de Ramos, el balón golpeó en la espalda de Cazorla y se coló dentro.
Todo el bar estalló de júbilo. Todos menos la mujer y yo. Le miré asombrado y me dijo:
- Tranquilo. Es fácil. Dentro de 14 minutos el segundo. Pepe, también de cabeza, a pase de Guti, por la escuadra derecha.
A partir de ese momento conté los segundos. A los catorce minutos, en el 40, vino el gol de Pepe exactamente como ella había dicho. Tampoco lo festejé, la volví a mirar y esta vez, para mí asombro, me dijo:
- ¿Quieres más o te vale un 2 a 0?
Estaba tan asustado que entre balbuceos incomprensibles pedí dos más. Uno de Raúl y otro de Robben. Se cumplieron los dos. El partido acabó 4 a 0 y mi curiosidad se impuso al miedo a lo que acababa de presenciar. Hacía unos segundos me encontraba al borde del infarto y todavía no sé porqué, pero cuando le hice la pregunta estaba extrañamente tranquilo y esta vino a mis labios como si fuese otro el que la hiciera.
- ¿Puedes ganar más partidos?
- Depende.
- ¿Depende de qué?
- De ti. De lo que estés dispuesto a darme.
- No tengo mucho dinero.
- No quiero dinero, quiero vida.
- ¿Como vida?
- Tu vida, quiero parte de tu vida, la que estés dispuesto a darme para ganar la liga.
-¿Estás loca ?
- No. Piensa en los meses que quedan hasta que acabe la liga. 7 maravillosos meses para disfrutar, para gozar cada fin de semana con la remontada. Piénsalo bien y valóralo en su justa medida. Tienes una semana. Nos vemos el sábado que viene aquí mismo, a la hora del partido contra Osasuna.
Se levantó sin decir nada más y se encaminó hacia la puerta. Un par de metros antes de alcanzarla se dio la vuelta, me miró, se tocó varias veces la sien con el dedo índice y luego me señaló.
Desde aquel momento hasta que la volví a ver a la semana siguiente, apenas dormí, no dejaba de dar vueltas a lo que me había dicho. Imaginaba quién podía ser, pero no tenía cuernos ni rabo y sí un imán que me atraía a ella sin remisión. A pesar del temor estaba dispuesto a hablar con ella. 7 meses de felicidad merecían por lo menos 7 meses de mi vida. Calculando que viviese 97 años merecía la pena vivir 7 meses menos por gozar de la victoria del Madrid. Decidí ofrecerle un mes. No sabía exactamente qué era lo que quería, pero si tenía que regatear era un buen comienzo. Me propuse no ofrecer más de siete meses, justo lo que faltaba hasta el final de la liga.
Llegó a la peña cinco minutos antes del partido. Yo llevaba sentado 1 hora. Se acercó a mí, me volvió a sonreír (todavía hoy recuerdo cada una de sus sonrisas) y me hizo la pregunta directamente:
- ¿Cuánta vida me ofreces?
- Un mes- dije sin mucha convicción.
Entonces ella, para mi sorpresa y gratitud eterna, hizo algo que nunca he olvidado. Me besó. Bueno, primero me besó, luego separó su cabeza lentamente dejando que su lengua fuese lo último en despedirse de mí y por último, mirándome con aquellos ojos de miel, me dijo:
- Siete, me ofreces siete meses y aunque no quisieras ofrecer nada más, llegarías a hacerlo sin dudar, pero no me gusta abusar de vosotros, me quedo con siete meses. Cuando llegue el momento vendré a buscarte. ¿Estás de acuerdo?
La palabra salió de mi boca rápidamente, ya que mi cerebro no intervino en ello, estaba muy ocupado con otros menesteres como segregar todo tipo de endorfinas y feromonas.
-Sí, dije sin dudarlo.
Me contestó como sólo ella sabía hacerlo. Se acercó a mi oído y al hacerlo noté el olor dulce de su pelo rozando mi cuello, pasó la lengua por el lóbulo, lo mordisqueó suavemente y me dijo susurrando:
-Vale, se cumplirán tus deseos, el Madrid ganará la liga, y para que empieces a disfrutar te regalo el primer gol de nuestro pacto.
Me dio la espalda, caminó varios pasos con aquellas largas piernas de siete leguas y un momento antes de salir me lanzó un beso juntando y alargando aquellos rojos labios, beso que como acababa de decirme coincidió con su primer regalo. Raúl marcó su gol número 307 con la oreja (ella lo había anticipado....), la peña estalló de júbilo y yo vi cerrarse la puerta detrás de aquella increíble mujer.
Tardé dos minutos más en darme cuenta de la estupidez que había hecho, me entró el miedo, un miedo cerval a la equivocación que acababa de cometer, a lo desconocido, a las consecuencias de mi estúpido acto. Hasta aquel momento no lo había visto claro, pero había sido un idiota por dejarla marchar, no volvería a verla hasta sabe Dios cuando y no podría vivir con ese peso. Tenía que volver a negociar. No podía dejar las cosas de esa manera. Me levanté de la silla y eché a correr, abrí la puerta de la peña y miré a derecha e izquierda. Ni rastro. Me lancé hacia la derecha y en el cruce con la siguiente calle, la vi a lo lejos. Corrí como nunca lo había hecho en mi vida. Llegué a su altura sin aliento, todavía estaba a tiempo de corregir el error. La miré fijamente a los ojos e imploré algo de lo que nunca me he arrepentido:
- ¿Y la décima?
martes, 28 de julio de 2009
UN POEMA DE RICARDO RUIZ
lunes, 27 de julio de 2009
AMNISTIA INTERNACIONAL
Apoyar los derechos humanos puede resultar tan sencillo como entrar en la página de Amnistia Internacional y rellenar unos pocos datos. No te va a requerir más de 20 segundos y tu acción puede salvar la vida a una persona.
Si dispones de unos minutos, date una vuelta por la página y, si te parece bien, echa una mano. Deja sin validez, en lo que a ti atañe, este poema de Ángel González:
INTRODUCCIÓN A LAS FÁBULAS PARA ANIMALES
Durante muchos siglos
la costumbre fue ésta:
aleccionar al hombre con historias
a cargo de animales de voz docta,
de solemne ademán o astutas tretas,
tercos en la maldad y en la codicia
o necios como el ser al que glosaban.
La humanidad les debe
parte de su virtud y su sapiencia
a asnos y leones, ratas, cuervos,
zorros, osos, cigarras y otros bichos
que sirvieron de ejemplo y moraleja,
de estímulo también y de escarmiento
en las ajenas testas animales,
al imaginativo y sutil griego,
al severo romano, al refinado
europeo,
al hombre occidental, sin ir más lejos.
Hoy quiero —y perdonad la petulancia—
compensar tantos bienes recibidos
del gremio irracional
describiendo algún hecho sintomático,
algún matiz de la conducta humana
que acaso pueda ser educativo
para las aves y para los peces,
para los celentéreos y mamíferos,
dirigido lo mismo a las amebas
más simples
como a cualquier especie vertebrada.
Ya nuestra sociedad está madura,
ya el hombre dejó atrás la adolescencia
y en su vejez occidental bien puede
servir de ejemplo al perro
para que el perro seamás perro,
y el zorro más traidor,
y el león más feroz y sanguinario,
y el asno como dicen que es el asno,
y el buey más inhibido y menos toro.
A toda bestia que pretenda
perfeccionarse como tal
—ya sea
con fines belicistas o pacíficos,
con miras financieras o teológicas,
o por amor al arte simplemente—
no cesaré de darle este consejo:
que observe al homo sapiens, y que aprenda.
Gracias.
sábado, 25 de julio de 2009
TIME STOP (6ª y última entrega)
No se me había pasado por la cabeza volver donde el chino que me lo había vendido. Cuando lo hice y a pesar de mis miedos la tienda seguía en el mismo sitio. El “todo a cien” estaba igual que hacia dos años. Entré corriendo y encontré aquel anciano chino en el mismo mostrador. Inmóvil. Quieto. Con la misma estúpida sonrisa que el día que me lo vendió. Lo zarandeé, grité y golpeé varias veces haciéndole pagar por algo que sabía que tenía que pagar yo. Era inútil.
Desesperado rebusqué por todos los cajones otro reloj igual que el mío y no encontré ninguno. Busqué la pila y tampoco dio resultado.Pasé un par de días en el bazar rebuscando en todos los cajones, los armarios, las estanterías, dentro de todos los productos, en los bolsillos del chino…busque por todo el local, lo puse de arriba abajo y no conseguí nada.Pasaron otros dos meses y el mundo seguía parado. Todo parado menos yo. Era como cuando pides ser inmortal y el deseo se cumple para todos los demás. La perspectiva de ser inmortal era horrible viendo envejecer a los demás y la que a mí me sucedía era igual de horrible. Sólo había una persona en el mundo que envejecía y esa era yo. Había conseguido una eternidad imperfecta. Los días pasaban lentamente y mi desánimo iba en aumento. Había subido varias veces a la torre más alta de la ciudad pero no reunía el valor suficiente para saltar. A pesar de que no confiaba en mi mismo aquella mañana volví a intentarlo.
Estaba en la azotea, la ciudad se extendía a mis píes y un fuerte viento hacía que caminar hacia el borde del edificio me costase enormemente, tenía el viento de cara y cada paso que daba me suponía un gran esfuerzo. El viento hacía que mi ropa sonase y ese sonido mezclado con el de un anemómetro que giraba locamente hizo que estuviese a punto de desistir en un par de ocasiones, pero ya había tomado la decisión y no me podía echar atrás. No tenía fuerzas para seguir viviendo aquel infierno. Había llegado a mi límite y lo sabía.
Ahora sólo tenía que saltar y acabar con todo. Cuando conseguí llegar al borde, escalé la valla que me separaba del abismo y una vez superado aquel último obstáculo, me agarré a ella con una mano antes de lanzarme al vacío. Entre mí y la nada había unos 40 centímetros. Antes de hacerlo decidí hacer un último intento. Sacaría la pila por última vez y la volvería a colocar. El último cartucho. El último milagro.
Pegué todo lo que pude mi cuerpo a la valla e intenté quitarme el reloj de la muñeca, ya había soltado la hebilla, lo tenía en mi mano y estaba punto de abrir el compartimiento de la pila cuando una ráfaga de viento más fuerte que las demás hizo que se me resbalase.
Di un manotazo al aire intentando atraparlo pero fue inútil. Golpeó en el borde y se precipitó al vació. Aquel instintivo manotazo hizo que perdiese el equilibrio y cayese detrás del reloj.
Estaba hecho, el destino había querido que los dos nos estrellásemos al mismo tiempo. Había descendido unos 80 metros cuando lo vi. Mi peso hacía que cayese mucho más deprisa y se acercaba a mí rápidamente. Por mi velocidad calculé que me estrellaría antes que el reloj. A pesar de aquella frenética situación todo iba muy lento, no habían transcurrido más que un par de segundos, pero veía todo a cámara lenta, como una repetición, como uno de esos documentales en los que se ve cómo un felino atrapa a su presa. Seguía cayendo y el reloj seguía acercándose. Faltarían unos 50 metros para llegar al suelo y el reloj comenzó a brillar. Algo pasaba. No sabía qué, pero ya me daba igual. Todo me daba igual.
Primero con una tenue luz y luego con una mucho más cegadora el reloj se había convertido en una especie de cometa incandescente. A pesar de su fulgor seguía bajando a la misma velocidad y yo me seguía acercando.
Faltaban unos cinco metros y casi lo había alcanzado. Nos estrellaríamos a la vez. Acabaríamos juntos lo que juntos habíamos empezado.
Tenía el reloj medio metro debajo de mí e intenté alcanzarlo estirando el brazo. Justo cuando estaba a punto de conseguirlo el reloj golpeó el suelo, la luz desapareció y vi como se rompía en mil pedazos.
Y entonces sucedió. A veinte centímetros del suelo, a veinte centímetros del final, me quedé completamente inmóvil, tan inmóvil como el resto del mundo.
No noté nada, ningún golpe, ninguna parada brusca, nada. Absolutamente nada.
Pasaron diez minutos y lo único que seguía en movimiento era mi mente. Veía una y otra vez el reloj haciéndose pedazos y aunque sabía que estaba llorando no notaba las lágrimas.
El reloj se había destruido una décima de segundo antes que yo, una décima de segundo antes que la eternidad que me esperaba mirando aquella baldosa gris que me acompañaría siempre.
viernes, 24 de julio de 2009
TIME STOP (5ª parte)
Al ver parado a Inzaghi con las piernas abiertas decidí empezar por él recreándome con un cañito marca de la casa, corrí 15 metros y unos dos antes de llegar le lancé un caño que no pasó por poco, golpeó en su pierna derecha y el balón retrocedió hacía mí, lo volví a intentar y esta vez golpeó en su pierna derecha y salió disparado hacia la izquierda. Como había empezado mal y no era cuestión de joder el gol del siglo, fui a por el balón y volví a la portería para comenzar de nuevo.
Empecé seis veces. Sí, lo confieso, a la sexta, lo conseguí a la sexta, soy muy malo y mi único contacto con el fútbol es el sofá y la grada, o sea, que lo conseguí a la sexta y de milagro. Animado por el tubito me lancé por Pirlo que estaba de espaldas y no me veía, llegué con la lengua fuera y eso que solo había recorrido 30 metros, me escoré un poco a la izquierda y un momento antes de llegar lo superé por la derecha, lo hice lentamente para recuperar el resuello y la fe en mi fútbol. Ya caliente, metido en faena y armado de valor me fui a por Gattuso, el cabrón de él, parado y todo, daba miedo, estaba a unos 20 metros y decidí echar el resto, me lancé como un poseso y cuando estaba a su altura decidí adornar la jugada haciendo una bicicleta y claro yo de bicicletas ni idea, como mucho había visto las de Robhino en la tele e intenté imitarle y hacer algo parecido. Creo que fue en la segunda pedalada cuando mi pie izquierdo tropezó con el derecho y me fui al suelo cuan largo como era. Quiso la mala suerte que a estas alturas de la jugada ya me encontrase al lado de Gattuso y al caer mi cabeza, concretamente mi ojo izquierdo, se estampó contra su codo. Yo me retorcía de dolor en el suelo y el cabrón de él ni se inmutó.
Pasaron varios minutos hasta que conseguí levantarme, lo hice muy lentamente, y la poca fuerza que me quedaba la empleé para estamparle una patada en los huevos que al menos hizo que recuperase mi maltrecha autoestima.
Recogí el balón y me fui caminando en busca de Dida, unos 10 metros antes de llegar me encontré con Maldini, dejé el balón en el suelo, me cuadré y le hice una reverencia, lo cortes no quita lo valiente, y Maldini se merece cientos.
Coloqué el esférico en las manos de Dida para que se le resbalase y volví a mi asiento, en el camino volví a reverenciar a Maldini, até los cordones a Seedorf le di una hostia a Nesta y otra patada en los huevos a Gattuso.
Me senté y aunque el dolor apenas me dejaba disfrutar del momento, coloqué de nuevo la pila para ver el gol.
Desde que me había asomado a la ventana no había vuelto a sentir un miedo tan atroz. Aquella vez fue por ver el mundo detenido. Está también. La diferencia es que ahora la pila ya estaba en el reloj. La pila estaba puesta y nada se movía. El reloj no funcionaba. Asustado saqué de nuevo la pila y la volví a colocar en su sitio. Nada. Todo seguía igual. Todo parado. La pila había perdido su brillo característico y el Time Stop ya no parpadeaba.
Pasé varias horas en el campo, sobrecogido, horrorizado, con los nervios destrozados y varias ideas martilleando mi cabeza.
Cuando se hizo de noche salí del Santiago Bernabeú y me encaminé hacia mi casa. Tardé media hora con una bicicleta que le quité de las piernas a un ciclista. Se quedó en una postura muy rara y por un momento imaginé su desconcierto cuando colocase la pila. El problema, mi gran problema, es que no sabía si conseguiría que el reloj volviese a funcionar. Esa noche no dormí y la siguiente tampoco. El ojo se me había amoratado de mala manera y no conseguía que bajase la hinchazón. Aunque mi cara era horrible, en aquellos momentos era lo que menos me preocupaba. El reloj seguía sin funcionar. Había sacado y metido la pila cientos de veces pero todo seguía inmóvil.
Pasaron cuatro angustiosos meses y el suicidio empezó a tomar forma. Una cosa era que el mundo se parase a mi voluntad y otra muy distinta que se parase para siempre. Necesitaba la vida. Detener el mundo sólo servía para que la vida fuese más interesante, más divertida. No quería el mundo parado, con el mundo parado nada tenía sentido. De repente aquel juego había dejado de serlo. Yo supuse que la pila era eterna, que el reloj era eterno, que el tiempo era perpetuo. Me equivocaba. Había cometido un tremendo error y algo me hacía pensar que era un error irremediable. El dinero, el poder, el ser dueño del tiempo me habían perdido para siempre. Ahora el horror se había convertido en el tiempo. El tiempo que solo pasaba para mí. El tiempo que me hacía envejecer y ver a todos siempre con la misma edad de aquel fatídico día de la final.
Continuará...
jueves, 23 de julio de 2009
TIME STOP (4ª parte)
Me levanté, le hice un corte de mangas y abrí la puerta de la oficina. Justo en el quicio grité bien alto para que todo el banco lo oyese un !Que te jodan¡ y salí del banco siendo el hombre más feliz del mundo.Un estupendo y eficaz bufete se encargó de cobrar mi talón, preservar mi intimidad y colocarlo en un banco suizo. Me mude a Cádiz, compré una maravillosa villa al lado del mar y empecé una nueva vida.
El dinero se malgasta fácil y rápido así que repetí lo del cupón a lo grande. Con un euro millón que se sorteaba en Zurizt y tenía un bote acumulado de 87 millones de euros. Acertaron. Gané.
Desde entonces hasta hoy en el Bernabeu han pasado cinco años. Tengo casas en cinco ciudades de los cinco continentes. Me he acostado con las mujeres más bellas del planeta. La mayoría de las veces he pagado. Poco, para ser más exactos, he pagado muy poco. Esto las primeras veces supuso una sorpresa para mí. Veía una nueva actriz en alguna serie de moda y en pocos días la tenía en mi cama. Las más famosas y deseadas no me costaron más de 600.000 euros, la mayoría por la mitad eran capaces de cualquier cosa. Repito, cualquier cosa.
Las de Holliwood eran más caras. Tenían más compradores y se ofrecían al mejor postor. Como ya les he dicho el tope lo pagué por Mónica Bellucci. Fueron 11 millones de euros bien empleados. Era normalita en la cama pero aquellas medias de redecilla negra, los ligueros a juego, el apretado corpiño y la cofia no los he olvidado nunca por dos motivos. El primero es que nunca he visto una mujer tan increíblemente sexy y el segundo que la hija de puta me sacó otros dos millones por la vestimenta....
Luego cuando veía alguna de aquellas "famosas" en las revistas de cotilleo con su novio de safari por Namibia, disfrutaba del momento y de mi intimidad con una buena copa de Champagne Cristal.
He usado el reloj unas 200 veces. Algunas de ellas para cosas ridículas y otras para trucar partidos, obtener más dinero (soy un manirroto) o ridiculizar a algún cabrón.
Esto último lo he hecho varias veces con indeseables de medio pelo. Parar el reloj, desnudarlos, ponerles el calzoncillo en la cabeza y una zanahoria en el culo. El efecto al "despertar" en medio de una calle abarrotada de gente con esas pintas es demoledor para su autoestima y muy gratificante para mí.
Y aquí estoy bajando los escalones hacia el Santiago Bernabéu, hacia la final de la Copa de Europa entre el Osasuna y el Milán. No se pueden imaginar lo que me ha costado. Primero que estos mantas ganasen la liga, que mira que son mantas, tuercebotas y tiramelones, y luego que llegasen a la final. Que hay jornadas en las que he tenido que parar el reloj siete veces ¡Siete!He viajado por toda España para que ganasen la liga y luego por toda Europa para que llegasen a la final.
Que yo venga a "colocarles" goles y ellos a encajarlos. Y mira tú que la crítica deportiva decía que era increíble que con el juego de Osasuna y con esa plantilla tuviesen tal pegada. Que pa tú culo pirulo, que si no es por mí y por el reloj, están en segunda.....
Primero empecé a "ayudarles" en casa pero como eran incapaces de ganar ni un puto partido fuera, no me quedó más remedio que hacer turismo. Les daba unos cuantos puntos de ventaja y no tardaban ni un mes en perderlos....Normalmente amañaba los partidos con cantadas de los porteros, paraba el partido justo cuando tenían el balón en sus manos, bajaba al campo, movía unos centímetros el balón y al poner en marcha el reloj, el balón se les resbalaba.
Eran tan malos que algunos partidos fui incapaz de hacer que los ganasen. ¡Pero sin no tiraban a puerta! Lo dicho, que me costó Dios y el reloj hacer posible aquel momento.
Ya estaba en el césped y me encaminaba hacia la portería del Milán disfrutando de la privilegiada vista desde el campo. Los que sólo hayan visto fútbol de arriba a abajo, de las gradas al césped no saben lo que se pierden. No hay nada como pisar la hierba, olerla y girar 360 grados desde el círculo central. Yo ya lo había visto muchas veces pero no dejaba de impresionarme. Cuando llegué a la altura de Dida no lo pude evitar, le quité el balón y con él en las manos fui corriendo hasta la portería de Ricardo. Una vez allí coloqué el balón en el suelo y me decidí a hacer un sprint de 90 metros sorteando a todos los jugadores. El gol de los goles. El gol fantasma. El gol que nunca nadie vería. El mejor gol de la historia solo para mí.
Continuará...
miércoles, 22 de julio de 2009
POESIA VASCA ACTUAL
Harkaitz Cano Su exposición sobre la poética de la disolución ha sido francamente original, divertida e irónica. Siempre tiene un punto de vista novedoso y sorpresivo.
Angel Erro Le cuesta arrancar en público, pero se crece delante del papel. Este chico cada vez me gusta más.
Teresa Irastortza Es una pena que su exposición sobre la poesía que ha llegado no esté en internet. Comedida, sensata y oportuna.
Felipe Juaristi La conexión que tenéis es a su propia página y ahí encontraréis el enlace con su blog. Mejor eso que lo que yo os pueda decir.
Rikardo Arregi Me encantó la chapa Yo no sé quién soy yo.
Itziar Mínguez No encuentro una página o un blog donde podáis leer sus poemas, pero os animo a que leáis sus poemarios Luz en ruinas (Visor) y Cara o cruz (Huacanamo).
Karmelo Iribarren Habla poco, pero lo que dice siempre es acertado. Enseguida publicará un nuevo poemario en Huacanamo.
Feliz lectura.
TIME STOP (3ª parte)
Me puse los guantes de látex y tarde unos 15 minutos en encontrar 7800 euros en un sobre dentro de un cajón. Esperaba más. Con todo el dinero que nos robaban imaginé que en el banco habría dinero para jubilarme pero no fue así. En las cuatro cajas que funcionaban había otros 3000 euros pero no los toqué. No quería revuelos cuando volviese a conectar la pila y me encontrase en la cola. Para evitar problemas decidí volver a casa para dejar el dinero. La sensación en el camino de vuelta era la de una ciudad vacía. Ni un ruido. Todo estático. Estaba muy inquieto pero el dinero en el bolsillo me tranquilizaba. En media hora me encontraba de vuelta en el banco. Me coloqué de nuevo en la fila y no pude evitar volver a tocar a la chica que tenía delante. A pesar de mi nerviosismo coloqué a la primera la pila en su sitio, esperé mi turno, tramité un recibo que tenía que pagar con la cajera del banco y me marché con una sonrisa mitad miedo mitad placer.Hice lo mismo en unos siete bancos más. La diferencia era que quitaba la pila al salir de casa y así me evitaba aparecer en ninguna cámara de seguridad. En poco tiempo me hice con unos 80000 euros. De los bancos pasé al chollo de los hipermercados, es increíble el dinero que te encuentras en las 50 cajas de un hipermercado un día de fiesta. Parece que la gente gasta más cuando es fiesta y como los hipermercados abren sábados, festivos y fiestas de guardar en poco tiempo conseguí más de 700000 euros. Para moverme por la ciudad e ir a los hiper usaba la bicicleta, los hiper solían estar en las afueras con lo cual hacía deporte y me forraba. No se podía pedir más. Cogía mi bicicleta y una bolsa de deporte. Antes de salir de casa ponía en marcha el TIME STOP y paraba el resto. Podía ir en coche hasta el hiper pero era mucho más divertido ir por la autopista, esquivando coches parados y adelantando Mercedes.Como me costaba disimular el dinero que tenía (si no lo gastas no lo tienes) y la prensa solo hacía que airear aquellos extraños robos decidí blanquearlo en la Once. Compré un cupón de un sorteo extraordinario de verano (la mejor época del año) con un premio de 18 millones de euros, cogí un tren y me marché a Madrid. Fue complicado pero divertido. Sentado entre los cuatro gatos que asistían al sorteo tuve que parar el tiempo seis veces. Una por cada número y otra para el de la serie. Cuando el bombo estaba girando y un momento antes de salir la bola, detenía el tiempo, me levantaba, abría el bombo, colocaba el número que correspondía al de mi cupón y me sentaba. Hice lo mismo hasta conseguir tener el número premiado. Cuando terminó el sorteo me levanté con 18 millones de euros en el bolsillo y amor eterno a la Once. Esa misma noche paseando por la gran vía vi que estrenaban la última película de Mónica Belluci y que estaría presente en una rueda de prensa en el Ritz. Habían colocado una alfombra roja en la entrada del hotel y me mezclé entre un montón de gente histérica a esperar su llegada. Juro que no lo pude evitar. Cuando pasó con aquel vestido negro y aquel cuerpo cimbreante saqué la pila y alguna cosa más....Siento vergüenza al contarlo pero cada uno tiene sus fantasías (me encanta hacer el amor en los estadios) y Mónica Bellucci es una de ellas. Se que están pensando que hacer el amor de esta manera es indecente, rastrero y roza, si no lo es directamente, la violación. Y tienen razón en pensarlo, así que les diré en mi descarga que empecé tocándole el culo y acabe dándole un tierno beso. Nada más. Tocarle el culo y besarle sin lengua fue mi fechoría sexual. Muy pobre, de acuerdo, pero intensa. Un año más tarde conseguí sus favores con dinero y sin reloj. Me acosté con ella en Anacapri, en la suite del hotel Caesar Augustus. Me costó nueve millones de euros pero mereció la pena. Aquel día me dí cuenta de que el dinero lo puede comprar todo. Al día siguiente regresé a casa y me presenté en mi banco para pagar mi hipoteca. Pedí hablar con el director y una vez en su oficina coloqué el cupón premiado y un periódico encima de la mesa. Le enseñé la hoja donde aparecía el número premiado y luego con un leve movimiento de cabeza señalé el cupón.He venido a ingresar estos 18 millones de euros en su banco y a cancelar mi hipoteca _dije simulando cierta timidez que no sentía.Pocas veces he visto unos ojos más fuera de sus órbitas y una lamida de culo mayor. Le deje que hablase varios minutos glosando su banco y los enormes beneficios contables y fiscales que mi dinero iba a generar. Yo le seguí el juego con cara de interés y cuando estiró su mano para coger el cupón y meterlo en la caja fuerte le pedí que me lo dejase ver y tocar por última vez. Una vez con el cupón en la mano y después de mirarlo con cariño y darle un tierno beso extendí mi brazo para entregárselo. El director alargó la suya y justo cuando sus dedos lo rozaron hice un rápido movimiento y me lo guardé en el bolsillo.¡Plas! el siguiente movimiento fue todavía más rápido. Le pegué una sonora bofetada que le dejó marcados los cinco dedos. Lo siento. He cambiado de opinión. Antes pensaba que era usted un gilipollas y ahora pienso que es usted un gilipollas y un cabrón. Puede meterse mi hipoteca por el culo, demandarme o hacer lo que considere más oportuno.