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jueves, 7 de junio de 2018

FRANKENSTEIN O EL MODERNO PROMETEO, 200 años de una idea genial

Editorial Anaya
Prácticamente todo cuanto rodea a esta obra es excepcional: la autora, la edad a la que la escribió, el origen de la misma...

Mary Wollstonecraft Shelley, como su apellido indica, era la hija de la primera feminista de la historia en el sentido de la primera mujer que redacta una obra para desarrollar propiamente un pensamiento feminista, Vindicación de los derechos de la mujer. La madre, por desgracia, murió en el parto. Pero sigamos adelante. A los dieciocho años se encuentra en Suiza, junto con P. B. Shelley —el marido—, Byron y alguna que otra amistad. Allí Byron desafió a sus amigos a escribir un cuento de terror. Solamente Polidori, lo llevó a cabo; pero fue M. Shelley la que a partir de algún sueño y de las investigaciones de Galvani y E. Darwin desarrolló una historia completa: Frankenstein o el moderno Prometeo.

La historia se inicia en el Polo Norte donde un explorador llamado Walton ve un día un ser de aspecto casi humano pasando a toda velocidad en un trineo tirado por perros. Al día siguiente el barco en el que viaje el explorador recoge al doctor Frankenstein. Este le cuenta su historia a Walton. La criatura que había creado el doctor desapareció un día del laboratorio e intentó relacionarse con las personas, leyó a Plutarco, a Milton, a Goethe. Su aspecto solamente provoca temor y desconfianza. El monstruo regresa al laboratorio y pide al doctor que cree una compañera con la que compartir su vida. Frankenstein se niega, lo que provoca la ira del monstruo y la consiguiente tragedia: mata a todas las personas queridas por el doctor y este se dedica a perseguirlo. La aventura termina en el Polo Norte donde Frankenstein muere agotado y su "creación" se da fuego y desaparece en la oscuridad de la noche.

Como véis, el argumento es ligeramente distinto de lo que más tarde nos presentó Hollywood. Pero lo importante de la novela no es quién muera o quién no. Lo importante es el punto de vista que adopta la autora. El romanticismo vio en Prometeo el símbolo del creador, del artista creador, porque el artista no imitaba a la naturaleza, el artista la creaba. La escritura era considerada un nuevo acto de creación. De esta manera pasaban a ser semejantes a Dios. Eran los genios, aquellas personas que tenían la capacidad de crear un mundo mediante un acto de su imaginación. M. Shelley sustituye en esta historia el genio artístico por el científico. En eso también se adelantó.

Si no la habéis leído durante la infancia o la adolescencia, no perdáis la ocasión del bicentenario para hacerlo. Tenéis la ventaja de que ya conocéis la historia y más experiencia, lo que alejará el miedo de la lectura y permitirá que disfrutéis de otras honduras literarias de las que no podemos disfrutar normalmente cuando se tienen doce años. Y si todavía no os he provocado las ganas de leerla, escuchad este audio, que lo cuenta todo mucho mejor que yo.

lunes, 29 de mayo de 2023

UNA DEFENSA DE LA POESÍA, P. B. Shelley

Editorial. Traducción: Pedro Larrea.
En mi opinión, uno de los textos de carácter ensayístico más interesantes de cuantos que escribió Shelley, y escribió sobre multitud de temas, es este que surgió a raíz de la publicación del de su amigo Th. Love Peacock, Las cuatro edades de la poesía. Es un ensayo breve (45 páginas), asequible a cualquier persona y de una concepción romántico-idealista que todavía gusta mucho. En él podemos encontrar algunas de esas grandes frases que son citadas innumerables veces, esas frases que la gente cursi llama inspiradoras y se dedica a repetirlas vía WhatsApp. Creo que unas cuantas citas de esta Defensa serán suficientes para mostrar cuál era la posición Shelley ante la poesía y de qué manera la entendía.

Pero los poetas, o aquellos que imaginan y expresan este orden indestructible, no son sólo los autores del lenguaje y de la música, de la danza, de la arquitectura, de la escultura y de la pintura: son los institutores de las leyes, y los fundadores de la sociedad civil, y los inventores de las artes de la vida, y los profesores, que se involucran en una cierta propincuidad con lo bello y lo verdadero, esa comprensión parcial de las acciones del mundo invisible que se llama religión (p 21).

Un poeta participa de lo eterno, lo infinito y lo único; por lo que respecta a sus concepciones, tiempo y lugar y número no existen (p 22).

Un poema es la imagen misma de la vida expresada en su verdadera eternidad (p 25).

La Poesía fortalece la facultad que es el órgano de la naturaleza moral del hombre (p 29).

[La Poesía] es, siempre en calma, la luz de la vida; la fuente de lo que de bello o generoso o verdadero pueda tener lugar en un tiempo malvado (p 38).

Las funciones de la facultad poética son dobles: mediante una, crea nuevos materiales de conocimiento y placer y poder; mediante la otra, engendra en la mente un deseo de reproducirlos y organizarlos con un cierto ritmo y orden que pueden llamarse lo bello y lo bueno (...) La Poesía es, en efecto, algo divino. Es a la vez centro y circunferencia del conocimiento; es aquello que comprende toda ciencia, y aquello a lo que toda ciencia debe referirse. Es al mismo tiempo la raíz y la flor de todos los otros sistemas de pensamiento; es aquello de lo cual mana, y aquello que adorna todo; y aquello que, si sufre plaga, niega fruto y semilla, y al mundo estéril retiene el alimento y la sucesión de los vástagos de la vida (p 53).

La poesía es el registro de los mejores y más felices momentos de las más felices y mejores mentes (p 55).

Un Poeta, pues es a los otros el autor de la más alta sabiduría, placer, virtud y gloria, debería ser personalmente el mejor, el más feliz, el más sabio y el más ilustre de todos los hombres (p 57).

Ellos miden la circunferencia y sondean las profundidades de la naturaleza humana con un espíritu abarcador que lo penetra todo (...) Los Poetas son los legisladores incomprendidos del Mundo (frase final, p 61). 

(Ignoro por qué en la traducción hay una gran variación de mayúsculas y minúsculas para poeta y poesía).

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lunes, 19 de septiembre de 2022

DONDE ESTÁN LOS ETERNOS

Editorial
Hace menos de un año —noviembre 2021— Reino de Cordelia publicaba esta magnífica antología de poemas de P. B. Shelley a cargo de José Luis Rey

La verdad es que se hacía necesaria una antología amplia —podéis ver el índice aquí— del romántico inglés, pues desde que Hiperión publicó en 1991 No despestéis a la serpiente, no se había publicado nada importante del amigo de Byron. 

No voy a comparar las ediciones porque son imcomparables. La de Hiperión es la clásica y bien cuidada edición de bolsillo —a cargo de Juan Abeleira y Alejandro Valero—; la del Reino de Cordelia, en cambio, es una edición en tapa dura, cosida, con sobrecubierta, papel ahuesado, letra generosa, interlineado espacioso y de un contenido muchímo mayor. Un regalo para amantes de Shelley y de la poesía.

Si tuviera en este momento que hacerme con alguna de las dos, sin duda, optaría por la segunda que me parece, repito, magnífica. Solamente echo en falta un pequeño poema o fragmento o lo que sea, que sí aparecía en la primera y que era el que daba título a la antología:

NO DESPERTÉIS JAMÁS A LA SERPIENTE

No despertéis jamás a la serpiente,
por miedo a que ella ignore su camino;
dejad que se deslice mientras duerme
sumida en la honda yerba de los prados.
Que ni una abeja la oiga al arrastrarse,
que ni una mosca efímera resurja
de su sueño, acunada en la campánula,
ni las estrellas, cuando se escabulla
silente entre la yerba, escurridiza.


(Traducción: Abeleira y Valero).


WAKE THE SERPENT NOT


Wake the serpent not – lest he
Should not know the way to go, –
Let him crawl which yet lies seleeping
Through the deep grass of the meadow!
Not a bee shall hear him creeping,
Not a way-fly shall awaken
From its cradling blue-bell shaken,
Not the starlight as he's sliding
Through the grass with silent gliding.

Si el poemilla os deja confusos, acudid a la nota que aparece en la página 193, y que no voy a repetir aquí. Esto es poesía.

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Путин, немедленно останови войну!

lunes, 4 de agosto de 2014

SI MUEREN DULCES VOCES

Imagen tomada de Wikipedia
Un 4 de agosto, igual que hoy, pero de 1792 nacía el poeta romántico inglés P. B. Shelley. De él ya hay algún otro rastro en este espacio (Ozymandias y Oda a Nápoles), pero un día como hoy se merecía estar presente y que él mismo hiciera honor a sus propias palabras. Celebrar la poesía y a quienes la escriben siempre será una tarea de este blog.


SI MUEREN DULCES VOCES

Queda la música de las voces que mueren
Vibrando en la memoria.
Viven los aromas de las enfermas violetas
En los sentidos que despierta su dulzura.

Cubren los pétalos de las rosas muertas
El lecho de la amada.
Y así sus pensamientos, cuando se haya ido,
El amor mismo los mecerá en sueños.

               Traducción de Ángel Rupérez.

Aunque el poema tiene que ver con el amor de pareja, no creo que ni Shelley ni nadie se enfade porque cada cual haga objeto de sus pensamientos a quien desee o a lo que desee. Por mi parte quiero que mi recuerdo sea para el propio poeta, y que su voz permanezca vibrando en nuestra memoria mucho tiempo.