Howard Goodall es muy conocido por su musicales (The Hired Man, Un cuento de invierno, Love Story, Bend It Like Beckham: The Musical Girlfriends, Days of Hope, Silas Marner, The Kissing-Dance, The Dreaming o Two Cities) y mucho menos por sus composiciones de corte más clásico.
And the Bridge is Love (Y el puente es el amor) es una obra de un fuerte carácter elegíaco que Goodall compuso en memoria de una joven violonchelista, Hannah Ryan, hija de unos amigos que falleció con tan solo diecisiete años.
El título procede de la frase final de la novela El puente de san Luis Rey, del escritor norteamericano Thornton Wilder, y ganadora del Pulitzer en 1928: Pronto moriremos todos, y todo recuerdo de aquellas cinco personas abandonarán la tierra, y también nosotros seremos amados un tiempo y luego olvidados. Pero el amor habrá sido suficiente; todos los deseos de amar volverán al amor que los engendró. ni siquiera el recuerdo es necesario para amar. Hay una tierra de los vivos y una tierra de los muertos y el puente es el amor (la negrita es mía).
Independientemente de la tragedia que cuenta la novela (un puente que se hunde en 1714 en Perú y causa la muerte de cinco personas) y del infortunio real de la muerte de una joven, la música es bellísima, envolvente y... sanadora.
Interpreta: Orquesta de Cámara Hwaum.
Dirige: Park Sang-yeon.
Solo de violonchelo: Lee Gil-jae.
Que la música os sea favorable.
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