Ejemplar del KM |
En el aire, la piedra ya no duele.
Cuando rueda, recorre con violencia
la edad que se camina hasta ser bronce
y transforma en herida cada lasca.
Limadura, fracción con que el lenguaje
despedaza la piedra en sus dos sílabas
como vocablo hendido y estilete
que afila la humildad de la derrota
para ofrecer la dádiva del miedo,
la floración solar del sacrificio.
Piedra cuchillo, caracola de aire
que encierra los sonidos de la tribu
en el tambor solemne de la guerra,
en la angustia y pezuña de animal,
en la desesperada turbación
con la que Gaza sangra por sus cifras.
Sin embargo, la piedra se resiste.
No está dispuesta a ser domesticada.
Hay en su corazón un alto pájaro.
Hay en ella arrecifes, elefantes,
caminos y escaleras, soliloquios,
las circunvoluciones, el destino,
el álgebra, la luz de las estrellas,
el abrazo de Abel y de Caín.
Hay en su corazón un alto pájaro.
Cuando vuela en el aire, ya no duele.Fiebre y compasión de los metales es un poemario breve, intenso, originalísimo y lleno de hallazgos poéticos, donde los protagonistas son los metales. Los metales con sus características, sus propiedades, sus formas de presentarse ante nosotros y su lenguaje específico que desordenan la sintaxis para crear la suya propia y adentrarnos en la cotidianeidad de su mundo, que no deja de ser el nuestro, con todo su desgarro y su perfil fragmentario.
Fiebre y compasión de los metales es un poemario donde lo importante es la palabra, la palabra medida y escogida con la precisión de la cirujía. A veces por su sonoridad: la palabra naranja es tan redonda / que parece imposible su desgarro (…) / tan redonda que es casi inverosímil: / solsticio que se abraza a su sintaxis. Y siempre por su medida (precisión del endecasílabo). La cuestión es poder nombrar lo que toda gran poesía quiere nombrar: lo oculto, lo que se nos escapa, lo inefable. Por eso niguna palabra es casual.
Fiebre y compasión de los metales es un poemario fabricado con objetos sacados de la cotidianeidad más sencilla e inmediata, eso sí, todos fabricados con metal y punzantes: tijeras, cuchillos, bisturíes, agujas, hoces..., que le sirven a la poeta para hablarnos del aquí y el ahora, del sufrimiento y del dolor, de la realidad social, pero sin renunciar a una composición poética profundamente trabajada. La degradación que sufre la materia sirve de metáfora a la descomposición moral de nuestra sociedad.
Fiebre y compasión de los metales es un poemario intenso y hermoso que conviene leer muy despacio para poder apreciar toda la sabiduría que encierra.
***
Путин, немедленно останови войну!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este blog es personal. Si quieres dejar algún comentario, yo te lo agradezco, pero no hago públicos los que no se atienen a las normas de respeto y cortesía que deben regir una sociedad civilizada, lo que incluye el hecho de que los firmes. De esa forma podré contestarte.