miércoles, 2 de marzo de 2022

LIBROS PARA PENSAR LA PAZ, 1

Путин, немедленно останови войну!

Bajo el impacto del horror de la guerra —espero y deseo que acabe lo más pronto posible— he decidido dar noticia cada semana de libros que nos ayudan a imaginar y construir la paz. Son lecturas para aprender a enfrentarnos mejor a los conflictos, lecturas que nos enseñan a resolverlos sin recurrir a la violencia. 

Es una manera de expresar mi rechazo a la guerra, a todas las guerras, y una forma de reivindicar el valor de la cultura inclusiva, dialogante, respetuosa y creativa en la resolución de conflictos. Porque seamos serios y no caigamos en la fantasía infantil de creer eso de que conocer la historia nos evitaría caer en los errores del pasado. 

¿Alguien se cree que dictadores, déspotas, tiranos y opresores de toda calaña no conocían la historia de su pueblo y la de los de al lado? Es posible incluso que la conocieran —la conozcan— mejor que otros muchos, precisamente para utilizarla en su propio beneficio. Todos esos tipejos son gente intelectualmente bien preparada. De lo que carecen absolutamente es de conciencia ética, de empatía social. Pero, como decía Kohlber, eso se puede aprender, y él pasó toda su vida intentando poner en marcha grupos de aprendizaje para el desarrollo moral. 

Esta semana, en cambio, dejaré aparcado a Kohlber y propongo un libro menos didáctico y más ligero, al alcance de todas las personas y de casi todas las edades. Es un libro colectivo en el que ha colaborado mucha gente. Hay quien ha participado escribiendo textos y hay quien lo ha hecho ofreciendo ilustraciones. Es un libro que ya no se edita, pero que se puede encontrar fácilmente en algunas librerías y, desde luego, en las bibliotecas. Es este:

Y esta es la ilustre nómina de la colaboración: 

Os dejo una muestra. Es el texto más breve de todos. Se titula El niño cinco mil millones. Lo escribió el ya desaparecido Mario Benedetti.

En un día del año 1987 nació el niño Cinco Mil Millones. Vino sin etiqueta, así que podía ser negro, blanco, amarillo, etc. Muchos países, en ese día eligieron al azar un niño Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto.

Sin embargo, el verdadero niño Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energías para su primer llanto. Mucho antes de nacer ya tenía hambre. Un hambre atroz. Un hambre vieja. Cuando por fin movió sus dedos, éstos tocaron tierra seca. Cuarteada y seca. Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas. También con el esqueleto del niño 4.999.999.999.

El verdadero niño Cinco Mil Millones tenía hambre y sed, pero su madre tenía más hambre y más sed y sus pechos oscuros eran como tierra exhausta. Junto a ella, el abuelo del niño tenía hambre y sed más antiguas aún y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer.

Una semana después el niño Cinco Mil Millones era un minúsculo esqueleto y en consecuencia disminuyó en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado.

Grafía sobre la arena de la playa de la Concha (27-02-2022).

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